domingo, 7 de diciembre de 2014

Invitación.

Saludos hermanos.
Los invitamos a la celebración de la misa para pedir por el descanso del P. José García Espejel el día martes 9 de diciembre de 2014 a las 12:00 hrs. en el templo de San Cosme y San Damián en la calle Serapio Rendón No. 5, Col. San Rafael, Ciudad de México, D.F.

lunes, 6 de octubre de 2014

Algo sobre la educación sexual (final)

La Propaganda: Vemos a nuestro paso en el viaducto, en el periférico y en todas partes fotografías, posters, cromos; o simplemente palabras abiertamente sexuales: las hay desde las sutiles: "es mejor que te arrepientas de lo que hiciste y no de aquello que dejaste de hacer" Sofisma malvado que engaña a los incautos. Así como los vulgares, infames, corrientes y seductores que hacen propaganda de una bebida alcohólica cuyo texto comienza: "Vale la pena, lo bailado nadie me lo quita" y otros que no me atrevería a repetir. Llegando así hasta cromos gigantescos nauseabundos y corruptores.

¿Es esto educación sexual?
Y qué decir de los Festivales de Acapulco y de Rock y otros más que solo son vicio, dinero y sexo.

¿Y los videos, y las películas y las modas declaradamente impúdicas, las discothecs, centros de lujuria y vicio? ¡Las revistas, las conversaciones... todo respira sexo!

El año pasado, con el pretexto del año de la mujer, en una organización mundial por todos conocida, se propuso, entre otros nefastos disparates, grupo en lugar de familia. ¿Para qué? Pues para que de esa manera no sólo hubiera 'matrimonios normales entre hombre y mujer, sino señor y señor e hijo adoptivo o bien señora y señora e hija adoptiva igual a grupo; ¡Infames! Se alegó que el concepto género existía sólo por circunstancias históricas y que además era accidental.

Para lograr así se aceptara la clasificación de seis sexos, ignorantes, no conocen la definición etimológica y menos la esencia del concepto. ¿A estas hipócritas maniobras puede llamárseles información sexual?

Las consecuencias: enfermedades, vicios, crímenes, violaciones, promiscuidad, indignidad, desintegración del hogar y rompimiento con Dios. ¡Condenación eterna!

¿Qué pasó con el respeto a los derechos humanos?

¿Y el pueblo? Pues el pobrecito pueblo ya corrompido quien más quien menos, naufraga en la confusión y en la obscuridad; perdió el criterio, invirtió valores, tergiversó conceptos, escapó de la realidad y ahora entre tinieblas se encanta con esta vida inmoral, y lejana de Dios, por lo menos del Verdadero Dios.

Hermanos en Cristo: existe una Ley Natural y una Ley de Dios quienes son las que deben guiar las leyes humanas.

Ahora se han independizado las leyes humanas, pisoteando a las leyes divinas y a la ley natural: el hombre vive a su gusto, tiranizado por su inconsciencia entre las falsas y relajadas leyes del hombre y de la sociedad.

Si lees con cuidado y atención todo el folleto, descubrirás que la Iglesia no es retrógrada sino moral; y que nada que esté dentro de los límites de la moralidad le escandaliza; sino que se aflige por aquello que conduce al hombre a desorganizar su vida y en consecuencia a vivir un infierno aquí en la tierra y prolongado en la eternidad.

La Santa Iglesia te quiere feliz y habrás de logrado viviendo en armonía con la naturaleza y la Gracia.

"Quien piensa estar en pie, mire no caiga" (I Cor. X-12).

Quiera Nuestro Señor y la Santísima Virgen ser los guardias de nuestra pureza, tal como hasta hoy lo han sido; ya que nada podemos sin la gracia del Señor y la Protección de María.

Despertemos, sólo se nos ha dado una vida para alcanzar el cielo, si no aprovechamos esta vida, la única, caeremos en el fuego eterno.



Sor Clotilde García Espejel, E. D.

Algo sobre la educación sexual (cont.)

LO QUE ES PARA EL MUNDO LIBERTINO LA EDUCACIÓN SEXUAL.

Después de exponer este resumen sobre la educación sexual cuya brevedad no le ha restado certidumbre, veamos lo que piensa la generalidad del mundo sobre dicha educación.

Los perversos, aquellos cuya única pretensión es corromper al mundo para lograr fines inconfesables; otros que cooperan a la prostitución para lograr poder, placer y dinero; así como aquellos cuyo anhelo siniestro es gozar y justificar su asquerosa vida... Para éstos la formación de la sexualidad consiste en romper con toda la dignidad del hombre, para vivir sin medida una inmoralidad sin límites.

Ellos son los falsos "apóstoles" que se preocupan por informar a niños, jóvenes, adultos y viejos sobre un sexo burdo, prosaico, degenerado, que conduce al hombre no sólo a la perversión sexual, sino a vivir en la mezcla de toda clase de vicios.

Son estos quienes se "asombran" de la explosión demográfica, de los niños sin padre; de las madres solteras, de las relaciones incestuosas, de las violaciones, etc. Pero ellos justamente, son quienes con toda hipocresía, propician todos los pecados citados en este párrafo; añadiendo a su maldad ingeniosos recursos, dizque para remediar aquellos males; V. Gr. Una vacuna contra el sida.

Televisión.- Nadie que se suponga siquiera medianamente cristiano puede, sin censurar, ver los programas de televisión y sentarse tranquilamente a gozarlos. Un programa en mil, sin exageración, es digno de verse y aún en esa circunstancia se combina con los comerciales de gran inmoralidad, llenos de lodo. Programas abiertamente eróticos, crudos, llenos de violencia, de crímenes e imágenes insólitas.
Hay otros que desvían el criterio y muchos, que no sólo lo desvían, sino lo invierten: me refiero a ese tipo de programas con invitados cuyo atrevimiento es ofensivo a la ciencia y a la moralidad; discuten temas escabrosos y jamás concluyen, sino que, intencionadamente los dejan abiertos para provocar dudas, tergiversaciones, hasta llegar al error.

De los más obscenos, degradantes, que carecen de arte y cultura alguna hasta llegar a lo grotesco, es el de la diabólica, amoral, disfrazada de conductora: la tal Cristina. Esta cubana aventurera, dice tener hijos, ¡pobres hijos...! Hijos de tal madre. Otro degradante entre muchos es el morboso, vulgar, desproporcionado y feo "Don Francisco".

Los directores, productores, conductores y todos los relacionados en estas producciones me causan desprecio, no sólo por su extravagante inmoralidad, sino por sus fines aviesos, mientras por el pobre público siento profunda compasión por su poca vergüenza, su ya perdida dignidad y su entrega a la manipulación de unos cuantos malvados.

El programa de Raúl Velasco carente en lo absoluto de la mínima cultura e inmerso en la más cruda deshonestidad, en el que repugna la presentación de sus grupos, cuya única diferencia entre un grupo y otro es el nombre; porque los imbéciles, desarticulados, afeminados y epilépticos movimientos, así como el estilo, es semejante, común, masificado, copiado de la gringuería. ¿Cómo pueden las masas perder el breve tiempo de vida que Dios nos da, en programas deformantes y desorientadores?

Igualmente los "sabelo-todo" que van desde cómo limpiar un piso hasta cómo educar a los hijos: intervienen en Religión, moral, arte, ciencia, filosofía, no se diga sexo. Personitas que además de exhibir su incultura y su falta de ciencia, demuestran su carencia de principios y de valores.

¿Qué decir de Cable Visión y Parabólica? Programas extranjeros y extranjerizantes; decadentes corruptores, que según cuentan, tienen programas especiales de una sexualidad peor que la de un animal, porque los animales guardan la ley natural.

Y en la misma televisión, por un gran deseo de "educar" el “sexo” repetitivas escenas comerciales donde se insta, se prostituye lavando el cerebro al pueblo con la programación de los hijos, usando toda clase de anticonceptivos naturales, pero eso sí, dando rienda suelta al sexo.

Se proclama el amor libre, el adulterio, la homosexualidad, las relaciones sexuales, no sólo en los adolescentes sino en los mismos niños. ¡Hoy desgraciado es aquel que quita la inocencia a los niños! Me callo otros pecados que son autorizados por esta clase de gente, sólo por respeto a mis lectores y a mí misma.

¡Hipócritas!

La Radio: la única diferencia entre la televisión y la radio es que ésta no tiene imágenes, pero sí promueve la imaginación, y es tan inmoral la una como la otra, excepto dos o tres radiodifusoras.

Lo mismo que en la televisión, los "sabelotodo" se arriesgan a tratar todos los temas sin saber nada, ejemplo: hay en la 970 un grupo de ignorantes que exponen crítica, y sentencian errónea y vacíamente. Allí en el 970 hay un "hombre" de pésimas costumbres, desviado en su conducta, dícese estilista de las estrellas, quien se atreve a dar consejos, cuando no ha podido orientarse a sí mismo. Esto lo realiza tal sujeto, no sólo por su atrevimiento, sino por la ignorancia crasa de este pobre pueblo que lo lleve a consultarle.

 Pero algo de lo peor de la radio, es escuchar a los falsos psicólogos que creen poder componer el mundo, personas desequilibradas de malas costumbres, quienes tanto por su mala vida como por la ausencia de principios y valores, viven descaradamente. ¿Cómo es posible? ¡A donde hemos llegado! Que el pobre mundo en tinieblas pide que un ciego lo guíe en su ceguera.

Citaremos al Doctor "Lamogle", quien después de su vida escandalosa contada por el mismo "aconseja" y "dirige", "recomendando" insistentemente pecados contra la naturaleza. El pobre doctor además de ser un ogro por la neurosis que no ha podido curarse, actúa con una ciencia sin profundidad, con desvíos morales irreversibles, con una mente morbosa que se descubre en sus conceptos. ¿Qué decir de su compañera de trabajo en la radio? ¡Ay, pobre, está enferma de sexualidad! ¡El sexo es su principio y su fin! Y dicho sea de paso, sostiene por las noches un programa en que trata y justifica las más asquerosas desviaciones sexuales.


Esto es algo de lo mucho que se podrá decir. 

Algo sobre la educación sexual (cont.)

V.- LA CASTIDAD.

La castidad es una virtud que dimana de la virtud cardinal de la templanza, por la cual el hombre respeta las Leyes impuestas por el Creador en la generación.

A.- La castidad es para todos. La castidad es una virtud moral cuya práctica rechaza al pecado capital de la lujuria, siendo por ello fundamental en la estructura espiritual del ser humano.

1.- La castidad para los esposos, porque, aún dentro de la libertad de su entrega, tienen limitaciones impuestas por Dios y por la misma naturaleza y porque, una vez casados, no tienen derecho a desear o mirar indebidamente a alguien que no sea el propio cónyuge. Preciosamente expone la Castidad Conyugal el Papa Pío XI en su Encíclica "Casti Connubil'' (21): "Hasta las mutuas relaciones familiares entre los cónyuges deben estar ordenadas con la nota de la Castidad, para que el beneficio de la fidelidad resplandezca con el decoro debido , de suerte que los cónyuges se conduzcan en todas las cosas conforme a la Ley de Dios y de la naturaleza y procuren cumplir la voluntad del Creador Sapientísimo y Santísimo, con entera y sumisa reverencia a la divina obra".

2.- La castidad para los célibes, entre los que incluyo a los viudos de buena edad, tienen obligación de guardar Castidad absoluta mientras no contraigan nupcias, y de huir de todo aquello que pueda conducirlos a faltar a su estado.

3.- La castidad para los consagrados a Dios, quienes tenemos perpetua obligación de guardar para siempre y en toda su plenitud la Castidad; ya que voluntariamente nos hemos consagrado con voto al Señor.

Y porque la castidad obliga a todos, San Agustín la compara a las variadas flores de un  jardín: "El huerto del Señor es fecundo. No sólo tiene rosas de martirio; tiene también lirios de virginidad, hiedras de matrimonio y violetas de viudez." (Sermón 304).


B.- ¿Es posible la Castidad? ¡Claro que sí es posible!:

1.- Dios mismo, quien nos ha creado, es quien nos la ha impuesto sellándola con leyes indelebles en la propia naturaleza;
2.- Cristo Hijo de Dios, que es también Dios, nos dio ejemplo de virginidad y tuvo predilección por las almas vírgenes como San Juan;
3.- Hay funciones orgánicas indispensables como el respirar, comer, digerir, etc.; que el no realizarlas causaría la muerte al hombre. Pero jamás hemos visto morir, ni siquiera enfermar, a alguna persona por no realizar el apetito de la carne; antes al contrario, las almas vírgenes presentan en su rostro una expresión singular y sus nervios y facultades superiores se encuentran en perfecto equilibrio; y si algunas dieran otra impresión, no es porque la castidad perjudique, sino porque, aunque vírgenes, a veces no han elegido con acierto su vocación o no han amado con ardor su ideal de Vida Consagrada.

C.- ¿Cómo guardar la castidad? Usando de todos los medios que da Dios, la naturaleza, la sociedad y...
1.- Medios naturales:
a) recto criterio;
b) firme voluntad;
c) apasionamiento por un ideal sublime;
d) constante laboriosidad;
e) la entrega amorosa al cumplimiento del deber;
f) combatir la tristeza y el tedio, fruto de una vida sin Dios y sin ideales;
g) austeridad y amor al sacrificio en la vida diaria;
h) buscar, asistir a diversiones que tonifiquen, que eleven y que, cuando menos, sean indiferentes y no nos conduzcan o empujen, de alguna manera, al pecado;
i) escoger siempre buenas lecturas. La vida es tan bella, tiene tantas cosas lícitas que nos proporcionan alegría y satisfacción y que, no sólo no son pecaminosas, sino que nos libran de caer en el pecado, nos conforman en nuestra alma y nos conducen al cielo. Todo depende de que sepamos ver y amar rectamente la vida; ya que a veces el mismo sufrimiento nos motiva a vivir, siempre que se sepa vera Dios en toda la cosas.

2.- Medios sobrenaturales:
a) la oración;
b) frecuencia, de Sacramentos;
c) presencia de Dios;
d) Santo Temor de Dios;
e) cultivo de las virtudes teologales;
f) mortificación de las pasiones;
g) ejercicio de las Obras de Misericordia.

Sin estos medios nadie, absolutamente nadie, puede ser casto; sin llevar a cabo estas orientaciones, no es posible guardar la Castidad. En cambio, quien toma estas prácticas y lucha con ellas, alcanza la Gracia de Dios y por ello llegará a ver en el sexo algo optativo y jamás necesario.


Claro que como el mundo vive al contrario de todo lo expuesto, no guarda la Castidad y para apoyar su licenciosa vida niega que otros la guarden.

Algo sobre la educación sexual (cont.)

IV.- AMOR Y SEXO.

Caminando por la gran Ciudad de México, hermosa en sí, pero afeada por el abigarramiento de máquinas y aglomeración de personas, he visto anuncios que además de eclipsar la hermosura de los edificios y avenidas repugnan por su mala filosofía y su pésima gramática "Higiene es Salud", "Amar al niño es comprenderlo”... y me pregunto; ¿acaso la Secretaría de Educación no repara en estos errores o no se entera que deforma el pensamiento y dañan la cultura? No lo sé, lo que sí sé es que higiene no es salud, que una cosa es higiene y otra cosa es salud, y que si la higiene preserva de las enfermedades y nos libra de ellas y que en consecuencia nos conserva la salud, eso no quiere decir que la higiene sea salud o la salud sea higiene. Igualmente, las personas deseosas de hacer propaganda a sus negocios, buscan una publicidad que "impacte", - como se dice hoy con bastante vulgaridad – y para ellos exhiben anuncios con tales faltas de ortografía, que la mente se confunde; sin embargo, ellas concluyen: "escribimos mal, pero lo hacemos bien". Y algo que horroriza por su impiedad es leer la propaganda de un aceite para motores que dice: "no solo de aceite vive el coche" parodiando así la Sagrada Escritura, la Inspiración Divina: "No sólo de pan vive el hombre...". Aquí ya no se falta únicamente a las ciencias humanas; aquí se mofan de la religiosidad y se rebaja lo divino; pero lo importante para ellos es ganar dinero, gozar del placer y vivir sin freno, pues las ciencias, el hombre y Dios no son de su incumbencia.

Y dirán ¿qué tiene que ver esta larga introducción con el amor y el sexo? Mucho, ya que hoy amor y sexo para la mayoría significan lo mismo.

Aun cuando las relaciones sexuales llenen las debidas condiciones y se efectúen dentro de la licitud y la normalidad, no dejan de ser únicamente una expresión física del amor, pero no el amor, son sólo una de las expresiones; no la única, y esta expresión física es exclusiva de los esposos. Esta unión es la consecuencia, la necesidad lógica, honesta, legítima de un verdadero amor; pero de una sola faceta del amor: el amor de los cónyuges. Pero ni es el Amor, ni el amor de los esposos es todo el amor.

Cuántas veces por la lejanía o por variadas circunstancias no realizan los esposos su unión y, sin embargo, si su amor es verdadero se siguen amando entrañablemente sin creer que tales mezquindades pueden acabar con la solicitud y la dicha de amarse.

Pero si ese tipo de manifestaciones es privativo de los cónyuges para la procreación y la cristalización de su amor, el amor no es exclusivo para ellos; ya que el amor es tan inmenso como sublime, pues emana del mismo Dios que es EL AMOR. El amor tiene muchas expresiones, cual más hermosa. Veamos: el amor de los Padres generoso, sacrificado, perseverante, connatural, imparcial, casi único y semejante, de algún modo, al del mismo Dios; el amor filial que, aunque a veces ingrato, no pierde su pureza y su candor; el dulce, pero sólido amor entre hermanos; el amor de los amigos tan consolador, tan pleno, afecto este, tan fuerte y singular que comúnmente muere con la misma muerte para resucitar en la eternidad. Y todos estos amores, no son sino participaciones, manifestaciones de un solo amor: del AMOR y no necesitan del sexo, antes el sexo los derrumbaría, los "mataría; luego sexo no es amor. Estas clases de amores sin sexo, se nutren, se gozan, se alimentan con obras de generosidad, de gratitud, confianza, ternura, comprensión, fidelidad, constancia... y si hubiera alguna manifestación física conmovería por su delicadeza, ternura y respeto: no sería manifestación del sexo; sino del amor.

¿Verdad que el sexo no es el amor?

Y, ¿qué diremos de las almas consagradas a quienes mueve solamente el amor de Dios y de su prójimo? ¡Qué completo, qué exquisito es el amor cuando se ama por el mismo amor sin condición y sin barreras! Esto sí es amor. ¿Qué sería de nosotros los que amorosa y voluntariamente renunciamos a la carne para ofrendar nuestra perpetua y perenne castidad al amor de los amores Cristo Nuestro Señor? Acaso pensarán que no sabemos amar, puesto que renunciamos al placer de la carne: ¡imposible! concebir así sería un disparate, ya que nuestro primer impulso fue por el Amor, en el Amor y con el Amor y nuestra perseverancia se debe al Amor y a un Amor más fuete que la muerte. (Cant. VIll-6).

¿Y el Amor divino, el Amor de Dios, Esencia del Amor, quien no sólo nos ama con un amor  extraordinario e individual, sino que nos participa y nos baña de su Amor? El amor divino que no sólo no recuerda a la carne, sino que es puramente espiritual y que si tiene presente la materia es para ordenarla y elevaría hacia Él.

Ahora: cuando las relaciones sexuales son ilícitas, prohibidas, inmorales, indudablemente, sólo son pasiones carnales y si queremos ser benignos, llamémosles: desviaciones del amor.

Si Dios es Amor y Él nos participa de ese Amor, siendo El esencialmente el Amor, tiene que ser el amor no sólo la búsqueda del amado, sino la realización del bien por el amado. ¿Y qué mayor bien que ayudar a aquellos que amamos, a buscar la felicidad a través de las buenas obras, de una vida limpia procurándoles así el equilibrio  y la paz; alma de la verdadera dicha aquí en la tierra y fundamento de la eternidad feliz? Todo lo contrario sucede a aquellos que por un momento de placer traicionan al amor para darle paso a la pasión, al deseo de la carne.

Los afectos desordenados convertidos, en pasión, nulifican la grandeza del verdadero amor que tan agradable le es al creador despreciando y destruyendo la gracia divina que eleva; conduce y fortalece hacia la realización de un auténtico amor. Otra cosa, cuando los hombres pierden, de distintas formas, el objeto de su pasión, de su placer terminan en el crimen, la embriaguez, la traición, la desesperación, el suicidio y estos no pueden ser frutos del amor.

Ojalá el mundo llegue a nombrar las cosas por su nombre y cuando exhiban desvergonzadamente sus caricias eróticas y morbosas; cuando se juren amor en sus adulterios y en su desquiciado amor libre, no pregonen que es amor, no se escuden en tan bello concepto y confiesen con valor: "a esto llamamos pasión desenfrenada de la carne".

Algo que nos angustia, que nos lleva casi a la desesperación por sentimos impotentes para detener tal desenfreno y porque vemos que el mundo cada vez se acostumbra a esto, por lo menos a verlo, y porque, los obligados a reformar la sociedad ya viven en constante disimulo, es el homosexualismo, del cual ya no son casos aislados ni menos ocultos. Antes al contrario, yo no sé de dónde, pero pululan y con tal descaro que al mismo tiempo que se les mira, evocan a Sodoma y a Gomorra y se pregunta uno: ¿qué tiempos habrían sido peores? Indudablemente que estos, porque ahora los pecadores están bautizados.


Y acerca de los homosexuales, hay unos que de algún modo nos conmueven y otros que nos provocan indignación: nos conmueven aquellos cuya inocencia fue corrompida, aquellos que recibieron una educación equivocada, inmoral, tergiversada y nos indignan aquellos que viviendo disolutamente llegaron a sacar del placer insólitos placeres y terminaron idolatrando asquerosamente a su mismo sexo. Esto no es más que la lógica consecuencia de una naturaleza viciada en el apetito carnal y un justo castigo de Dios a su desenfreno. Porque si algo es despreciable y repugnante hasta las náuseas es ver que a un hombre le guste otro hombre y a una mujer le apasione otra mujer. ¡Qué estigma más vergonzoso! Este tipo de gente abunda hoy por todas partes presentando con descaro y audacia sus pésimas costumbres y su asquerosa apariencia, corrompiendo con sus degeneradas costumbres a otros inmorales, que aún no habían llegado allí, o que en verdad fueron cayendo sin sentido. Este horrible pecado contra la misma naturaleza que convierte al ser humano en esclavo feroz de la carne, ellos lo trasmiten e inyectan, por decido así, a los niños; nada agrada tanto al homosexual como corromper infantes. ¿Qué hacemos ante tan peligrosa situación?

Algo sobre la educación sexual (cont.)

1.- El Criterio.- Toca ahora hablar del criterio. ¿Qué es el criterio? Es el conjunto de principios incorporados a la mente y a la conciencia, que nos permiten discernir lo verdadero de lo falso y que norman nuestra conducta. Apoyados en esta definición exhortamos a toda clase de educadores, en particular a los padres de familia, a dar a los educandos una visión clara de la vida y los conceptos.

Si aprendemos a conocer y a diferenciar el pie de la mano, un perro de un gato, una flor de una hoja, la piedra de la arena, la luz de la obscuridad, con mucha mayor razón necesitamos discernir verdades y actitudes de orden moral y religioso: el amor de la pasión, la diplomacia de la hipocresía, la justicia de la venganza, la libertad del libertinaje, la constancia de la terquedad, el orgullo de la dignidad, la caridad de la filantropía. Al mismo tiempo que se vaya haciendo criterio se va llevando al educando a aplicar esos conceptos debidamente. A ser, formar un ser que no se asocie al error, o peor, a la maldad; o bien a las masas; sino con humanidad y sencillez sepa ser él mismo: tener su propia personalidad. A ser un hombre valiente, independiente, un ser que protege y no busca ser protegido, que sepa arrastrar al bien y no dejarse llevar del mal.

Un hombre, una persona, que siendo por origen como todos, sabe ser él mismo, sabe ser diferente.

2.- La voluntad.- Es la facultad del alma por la cual se determina libremente a actuar por sí misma.

El criterio bien formado sin una voluntad férrea, de nada sirve sino para atormentar al hombre. Si ya se ha iluminado el entendimiento con conceptos sólidos que hacen al hombre mirar la claridad, corresponde ahora fortalecer a la voluntad Madre de todas las obras: grandes o pequeñas, buenas o malas. El que actúa contra los verdaderos principios es como "bronce resonante o címbalo estruendoso" (1 Col. Xlll-1).

Educar la voluntad es difícil, pero siempre posible cuando se hace a tiempo, se sabe hacer y se insiste. La voluntad no ha de forjarse en un ambiente sensual, acomodaticio, aunque sí con amor y convencimiento pero siempre, en la renuncia y el sacrificio mostrándoles el valor de tales virtudes: puesto que el ser humano es más grande cuanto más lucha y sabe hacerlo; hay que guiarlo para vencer los obstáculos que encuentre en su camino, mostrarle la grandeza del sufrimiento, del dolor y de las lágrimas, no sólo la fuerza, sino la necesidad para lograr una vida grande, consciente: hombres más fuertes que poderosos, con esa fuerza interior que aplasta al poderoso. Y cuando la maldad destruye al bien o cuando no se alcanza el bien que se pretende, no ha de tomarse como un fracaso, sino como un motivo o circunstancia para vitalizar la voluntad y llenar el entendimiento con la idea de que el único fracaso es perder el camino hacia Dios.

3.- El carácter: Paralela a la formación de la voluntad, va la formación del carácter, el cual ha de estructurarse en la firmeza y el equilibrio de la justicia con la benevolencia, no olvidando que el carácter nace de la conjugación del criterio y de la voluntad.

4.- El Corazón: Ahora el corazón, los sentimientos: conformarlo en un hombre generoso, hombre AGRADECIDO, suave y todas esas virtudes guiadas y templadas por el criterio, la voluntad y el carácter.

Hoy tal es la petulancia, el egocentrismo, la fatuidad... Las pobrecitas madres de nuestra época pelean para los hijos todo aquello que les causa placer y satisfacción de los sentidos, los enseñan a ser comodinos, envidiosos, murmuradores excesivamente sentimentales, inmaduros, ególatras  y soberbios. Se acabaron aquellas madres templadas que hacían hombres del bien héroes... mártires.

Hay que educar el corazón para no ser ni cruel ni tirano, ni sentimentalucho y débil, pero sí pleno de amor, de generosidad, que el corazón arda de amor por todo hombre.

Hay mujeres que pierden su virginidad y hoy se arrastran porque no supieron distinguir el amor, y el temor de perder al ser inmundo que aman las hace entregar su virginidad y después ser abandonadas o tiranizadas por un perverso. Igualmente hay hombres que pisotean su dignidad y se convierten ignominiosamente en juguete de ciertas aventureras, o mujeres de mala entraña por la debilidad de no enfrentarse a la renuncia de una persona que aman y que nunca debieron amar. Da tanto dolor ver al hombre pisoteado por este tipo de mujeres perversas y dominantes cuya fuerza está en su maldad.

No confundamos el sentimentalismo con la nobleza que supone carácter, fuerza y bondad ni con la fina y exquisita sensibilidad que se da en seres delicados que sienten, vibran con el arte, el amor y la belleza y que sufren lo suyo y jamás olvidan lo ajeno en lo más profundo, y que saben con entereza levantarse y pisotear todo lo indigno.

Aquel padre de familia, aquel educador que eleva el espíritu de los educandos enseñándolos a saborear la felicidad que da la contemplación de la naturaleza con sus variados paisajes, la música desde las alturas de lo clásico hasta lo aceptable y humano de la música romántica, pero de la que es realmente romántica, la pintura, el dibujo, las buenas y morales obras de teatro, etc., obtendría para sus educandos una formación certera y elevada que ya los hubiera enseñado a tener el cuerpo sujeto a la elevación del alma, y la costumbre de sobreponerse a las exigencias de la carne les daría un feliz resultado que sería como un regalos de Dios: sobriedad, ecuanimidad, serenidad en las cosas del sexo, y sabrían tener ese valor en su respectivo sitio.

Por esta falta de elevación constatamos que el ambiente general está super-sexualizado: las depravadas funciones de cine, las agresivas y lujuriosas obrillas de teatro, las revistas, las novelas, la televisión, los comerciales, las modas, las canciones abundantemente eróticas, las conversaciones y ... todo esto no sólo presenta la crudeza del sexo, sino su gula y degeneración. En los mismos hogares hay tanta relajación al respecto que, en verdad no sabe uno a donde volver los ojos; sin embargo exhortamos a los padres de familia para que traten, de algún modo, de enaltecer su vida y la vida cumpliendo con su deber.

Padres, haced de vuestros hijos seres grandes y fuertes, y ellos os lo agradecerán. Amad a vuestros hijos, pero no los consintáis, eso no es Amor, eso es egoísmo. Sed rectos, firmes, pero amadlos, comprendedlos y ayudadlos, sobre todo no dejéis ni un sólo día de presentárselos al Padre Universal: Nuestro Dios y Señor, y de pedir protección a la Sma. Virgen, la Madre de Dios y Nuestra.


Educadores: no perdáis el tiempo, no derrochéis vuestra vida, cristalizad vuestros ideales, proyectándoos a vosotros mismos amad vuestra vocación. Si sentís que vuestro anhelo sólo es ganar dinero, lo mejor será que dejéis el lugar, si no sois capaces, cuando menos sed honrados.

Algo sobre la educación sexual (cont.)

III- CÓMO HA DE IMPARTIRSE LA EDUCACIÓN SEXUAL.

A) Específica y directa. - aquí ya no se concreta el educador a informar la mente de conceptos, ni a presentar dibujos o láminas; ahora hay que aplicar:

1.- primero a la generalidad de la humanidad.
2.- a la persona interesada. Es el momento de conducir, de convencer, de la necesidad de llevar una vida sexual no prematura, centrada, ordenada y condicionada, así como de comprender las ventajas psíquicas, psicológicas, somáticas, sociales y económicas que se obtienen con la sobriedad sexual. En una palabra, en conseguir la felicidad presente y la eterna, así como evitar los grandes peligros del desenfreno sexual para sí y para la sociedad.

Esta información va incluida en la instrucción, sobre todo de los adolescentes y de los jóvenes.

Si realmente somos maestros, ya no haciendo elogios a la moral sino examinando al sujeto en sí, reflexionemos: ¿quién de los lectores podría negar que en esencia los seres de hace dos siglos son iguales a los de hoy? ¿Qué pedagogo o psicólogo, profundo conocedor de su materia, podría aseverar, sin quedar en ridículo, que los niños, adolescentes y jóvenes de hoy no son en la esencia de su ser, los de ayer? Lo que ha cambiado son las circunstancias, sin embargo, hoy, bajo el pretexto de que todo ha cambiado son los mismos adultos quienes de una u otra manera fomentan la relajación de principios morales diciendo "que hoy no es como antaño".

Si los niños, si los adolescentes se destorrentan a esa edad están ya deformando su personalidad presente y futura y de no ponerles un dique frustrarán su vida y en ella su capacidad volitiva, intelectual, afectiva y así caerán en caóticas degeneraciones. El joven que ha llegado a una edad propicia, sea hombre o mujer, tendrá que esperarse al matrimonio y sujetarse a él.

Decíamos que el hombre en su esencia, en su ser, es el mismo; por lo tanto las leyes divinas y naturales siguen en vigencia: Dios que nunca se equivoca no tiene por qué cambiar las leyes cuando al hombre no lo ha cambiado, lo que fue pecado ayer lo será hasta el fin del mundo.

Es posible, y más bien seguro, que de estos conceptos habrán de reírse, pues ya le han abierto a la presa todas las compuertas, y no será fácil detener la inundación; yo, en cambio no me río, ni me burlo; me duelo y compadezco de la humanidad que cayó, y contemplo sus rostros plenos de amargura, su personalidad deformada, su capacidad anulada y su alma sumergida en el vacío y la soledad. ¿Dónde estás hoy, verdadera alegría, si todo el frágil entusiasmo humano se ha empleado en la vanidad, el sexo y el dinero? Se acabó la capacidad de volcar ese amor universal que abraza a todos nuestros hermanos, para objetar que el sexo es el amor y que se aman...

¡Nada tan contrario al verdadero amor como el desenfreno sexual!


B.- General e indirecta.- Esto es lo más efectivo en la educación del hombre y, del mismo modo, en la educación sexual.

Deben los padres de familia modelar el ser del hombre teniendo como base y fundamento los principios cristianos, no inclinándolos a una vida de convencionalismos hipócritas que hacen del cristianismo una farsa y del cristiano un hombre con máscara; sino un cristianismo de conocimientos, convicciones y de prácticas.

Esto ha de empezar no en la gestación; sino mucho antes: en la formación de los mismos padres. Si durante la gestación la madre se llena de pensamientos puros amorosos y de piedad y los trasmite a la vida que lleva en su seno, está educando, porque en ese maravilloso misterio de la vida, como en todo, la madre juega el papel preponderante, sin que, de ninguna manera, el padre quede sin responsabilidades.

Cuando el niño ha surgido a la vida ha de llenársele de amor y de cuidados. Con el amor, el cuidado e interés, ha de ir la disciplina, aunque suave y dulce, pero debe empezar a aplicarse. Ya lo capta y explica preciosamente en sus "Confesiones" el gran San Agustín.


En el curso de la vida, sobre todo en las etapas preliminares, deben enseñarse a los hijos cómo sentarse, cómo estar de pie, el recto uso del lenguaje, los movimientos al caminar, la mímica, la gesticulación, el uso de todos los objetos que le rodean, el modo de desvestirse, la forma de comer... esto que parece exagerado y ridículo tiene profunda trascendencia en la conducta del hombre y, sobre todo en su proceder sexual, y si no, ¿qué dan a entender los jóvenes de hoy con sus posturas y movimientos, sus expresiones mímicas y verbales tan corrientes como procaces?

Algo sobre la educación sexual (cont.)

Hay mucha gente, casi toda, que dice que los niños de hoy son más inteligentes que los de antes porque saben más sobre el sexo y sobre otros puntos que ven en la televisión y oyen de sus mayores; y eso es otro error de nuestros tiempos, y no entro en materia porque sería muy largo, pero, si alguien tiene duda o qué objetarme, escríbame por favor para demostrarle la verdad de mi afirmación. Lo cierto es que el pobre niño de hoy vive entre los adultos, adultos de pésimas costumbres, oye todas las conversaciones buenas o malas, e igualmente ve toda clase de programas televisivos, los cuales están plagados de violencia, magia y sexo, incluyendo los nauseabundos comerciales y, así, en consecuencia el pobre infante, adolescente y joven respira sin quererlo, maldad, confusión y sexo por todas partes.

El hombre desde su concepción hasta la senectud o hasta que deja de vivir, tiene para cada etapa de su vida sus propios intereses, eso es lo normal. Pero si el niño pregunta sobre intereses que están fuera de su edad es muy precoz, y tiene cierta morbosa curiosidad y a veces - para dolor nuestro - lo encontramos perpetrando acciones indebidas, no es por un gran desarrollo de su inteligencia, sino por el ambiente enmarcado de sexualidad y del cual el niño no se libra: saliendo de la psicología de su edad hace preguntas y acciones que ya no corresponden a sus intereses, pues su camino ha sufrido una desviación. Advirtamos que cuando el niño se desvía hacia el sexo, aunque ya sólo se detenga en curiosidad, ya su fuerza intelectual y su voluntad se han debilitado.

Educadores: el más pequeño de los niños es una persona humana; tiene por ende, su propia forma de ser, de sentir y de pensar; vive su propio ambiente, goza de su mundo, lo rodean determinadas circunstancias; así que es criminal dar atropelladamente la educación sexual: con precipitación, descarada, si algo saben del hombre "el gran desconocido" como dijera Alexis Carrel, respeten a sus educandos, ámenlos, elévenlos y jamás se piense que una vez se ha dado un cúmulo de conocimientos aunque estos fueran bien dados, y todos los captarán, ya puede creerse que se ha educado sexualmente. No, mientras el sujeto no sea capaz de dominar y encauzar cualquier pasión carnal.

Contemplemos la aurora, veamos que dulce y que discretamente sale el día con el Astro Rey. Poco a poco la Providencia nos envía sus rayos hasta lograr sentirlos en toda su plenitud: luego miremos como se oculta, con que delicadeza, con que respeto, y esto diariamente.

¿Cómo es la vida del hombre? Graduada, armónica: concepción, gestación, lactancia, niñez, juventud, madurez, ancianidad, y todo sin precipitaciones, sin violencias, salvo que nosotros por nuestra libertad mal empleada, de algún modo, aceleremos nuestra vida. A la muerte, una vida entera nos la anuncia; por ello cuando ésta es trágica o violenta deja a los vivos choques indescriptibles y dolores irreparables: porque la muerte, para quien la vida misma ha preparado, ha de ser suave, por eso es que los Jets, son tan perjudiciales para lo psíquico, fisiológico y físico, porque su extraordinaria velocidad no corresponde al ritmo del hombre. Del mismo modo, todo ha de ser gradual, ordenado y armónico y vivificador, así de esa forma ha de prepararse al hombre con respecto al sexo. Veamos, por último, cuáles han sido los tristes resultados de la educación, que no es una educación, sino mala información, Para no extenderme, pues no hay espacio, me concreto a enumerarlos:

a) La pobre humanidad que deambula por las calles y casi brama en aras del sexo;
b) Madres prematuras y solteras;
c) Pisoteo y juego de la virginidad;
d) Descaro, burla de los más elementales principios y de la dignidad;
e) Trato asqueroso y público de los dos sexos;
f) Pérdida total de interés por los grandes valores, reduciéndose a adorar la lujuria, el dinero y la vanidad;
g) Desajustes emocionales, suicidios, crímenes, traumas, desviaciones, locura;
h) El más repugnante descaro de los homosexuales, degenerados por sus costumbres disolutas.

Amén de todo lo que me callo de males directos y de fatales repercusiones por tan relajado criterio y conducta.

Algo sobre la educación sexual (cont.)


II.- COMO HA DE SER LA EDUCACIÓN SEXUAL.

Para educar sexualmente con amplitud y resultados certeros, hay que formar e informar con gran maestría y delicado tacto. Distingamos los conceptos formar e informar.

A.- Informar, (del Latín informare), dar noticia de una cosa. Información sexual es instruir en todo lo concerniente al sexo: explicar conceptos, circunstancias... dar el conocimiento necesario sobre las condiciones para la realización de tales acciones; explicar el remoto origen y la trascendencia del sexo sin constituirlo en ídolo, enseñar cuál es su finalidad así como los deberes para con Dios, para con el prójimo y para consigo mismo en orden al sexo, hablar de la mano Creadora que todo lo mueve y que todo lo ordena, sin perder de vista a la Iglesia, Madre y Maestra.

B.- Formar:- Conformar criterio, fortalecer la voluntad, orientar la, conducta, modelar el corazón, enseñarle a ser verdadero cristiano siendo congruente su conducta con sus convicciones... La Formación sexual hemos de considerarla de dos maneras:
1.- directa cuando de manera específica se está educando al hombre en lo que se refiere a su conducta sexual;
2.- Indirecta y, yo diría que es la más importante; ya que cuando se modela el corazón, se despierta y ordena la conciencia, se forma en la responsabilidad, se afina y se reafirma el carácter, se forja la voluntad, se le conforma en el verdadero uso de la libertad, se le ilumina el entendimiento a la luz de la Verdad y del Evangelio dentro de la disciplina eclesiástica es, justamente cuando se está cultivando a un hombre de bien que sabrá, tanto en lo sexual como en toda su conducta ser digno, justo, decente y cristiano y amará, de verdad a Dios y a su prójimo.

C.- Educar es, indudablemente, la armonía entre la información y la formación.

D.- Como ha de ser condicionada la verdadera Educación Sexual.-

1.- Generalidades, ir mostrando y demostrando la verdad sobre el origen de la vida, sobre las características del sexo y todo aquello que ya en párrafos anteriores expusimos.
2.- Cualidades de la información, pero tal información será perjudicial si no tiene estas cualidades: oportuna; necesaria, prudente, sublime, decorosa, pedagógica, psicológica y, sobre todo, cristiana.

a) Oportuna.- Aprovechar todo momento de interés o recta curiosidad, enderezándola cuando es torcida, así como toda circunstancia propicia para instruido al respecto.

b) Prudente.- En la prudencia encontramos implícitamente la graduación, la sublimidad y el decoro. Preséntese con sencillez, pero no con vulgaridad y grosería; poco a poco, exponiendo, de tal forma que el sujeto capte el conocimiento, junto con la precaución y respeto que el tema merece y no sufra en cambio, choques, traumas o un descaro asfixiante cuyo resultado sería una conducta degenerada.

c) Necesaria.- Aquí se toma en cuenta el ambiente del educando para frenar o acelerar el conocimiento, su precocidad, su conducta, y así evitar que un ciego guíe a otro ciego.

d) En cuanto a lo psicológico y pedagógico repárese en la psicología general del ser humano, en la del niño y en la de cada educando en particular: los hay sensibles, fríos, sensuales, ardientes, hipócritas, descarados, precoces, retrasados, apasionados, limpios, inocentes, etc., etc. Y según el conocimiento que se tenga del educando se concluirá a qué grupo pertenece y se aplicarán los métodos correspondientes. Los Padres de Familia informen individualmente. Los Maestros seleccionen por grupos semejantes.

Jamás se imparta al mismo tiempo a hombres y mujeres juntos, sean, niños, adolescentes o jóvenes; sobre todo si son inmaduros o de dudosa conducta o de temperamento ardiente; e incluso cuando se explica a gente mayor, hay que ver si reúne las cualidades.

Si todas las materias deben ser claras y realmente enseñadas; en lo referente a la sexualidad hay mayor responsabilidad, y más valdría no tocar el punto que tocado mal. La mayoría de las ciencias son para que el hombre las asimile y las practique sin gran riesgo o un riesgo exterior, pero la educación sexual es para conformar a todo el hombre con repercusión al mundo que lo rodea.

Esta información es incompleta, cojeará en definitiva, si se prescinde de la Moral y de la Religión, de los derechos del Creador y de las Leyes establecidas por El.

Por lo expuesto concluimos la ignorancia e inmoralidad de los maestros que exponen a los niños aún muy pequeños, una información grotesca y ordinaria definitivamente dañina y corruptora.

Yo no diría que es información sexual tal narración de inmoralidades antipedagógicas, sino cuentos de color subido en los que ellos, gente de no buena conducta, se recrean y complacen; personas que desconocen a veces, por su origen o mala formación, el recato, la prudencia y son absolutamente irresponsables e inconscientes, logrando, en el presente, no sólo su corrupción sino la de la sociedad.

Hay maestros que hacen circular clandestinamente el super-inmoral y amoral "Libro rojo de la escuela" donde se llega a la insólita perversión, inculcando las más asquerosas prácticas sexuales que no solo corrompen y degeneran al individuo; sino le trastornan sus facultades psíquicas y lo llevan a las más miserables enfermedades físicas. ¿Eso es educación sexual?... ¡Infames!

Es el editor de tal libro un pobre náufrago de la vida, que personalmente narró por televisión - canal 11- su obscuro y triste origen. Un hombre que dejó entrever un gran talento, eclipsado por la costumbre del alcohol y del sexo, de irreversible mentalidad socialista pero poseedor de grandes sumas de dinero, sobre todo de lo que han redituado las ediciones del "Libro rojo de la Escuela".

Aunque actualmente este libro ha sido superado en perversidad e hipocresía por otros autores que menos crudos, pero más sutiles exponen a los jóvenes una degeneración sexual disfrazada de educación sexual. Tales autores han engañado, no sólo a los jóvenes sino a muchos maestros, directores y Padres de Familia; tenemos el caso entre muchos otros del libro intitulado "Juventud en Éxtasis" cuyo autor es un tal Cuauhtémoc creo que Sánchez, libro que casi fue obligatorio leer en las escuelas secundarias y preparatorias incluyendo a algunas que suponíamos guardaban un nivel más moral y Cristiano.

¿Cómo es posible que para ayudar a los jóvenes a elegir profesión existan orientadores  vocacionales - cosa muy buena - pero para algo tan delicado como es la información sexual se ponga a cualquier ignorante inmoral?

Yo diría que para informadores sexuales debería de haber una especialidad, no tanto para la materia como para el método, señalando personas de principios, equilibradas normales, centradas, con amplios conocimientos de Psicología y Pedagogía, pero, sobre todo educadores de sólida moralidad y, más todavía, de verdadera moral cristiana.

¿Y qué diremos de la espantosa ignorancia e indignante inconsciencia de los padres de familia que a cambio de que su hijo adquiera una sopa de letras y obtenga un papel reciben con gusto la corrupción y la impiedad? Igualmente el ejemplo morboso, no amoroso, de los cónyuges quienes delante de los hijos, manifiestan con caricias obscenas imprudentes su pasión, y no su ternura, además de sus libertinas conversaciones que no cultivan la mente del niño, sino despiertan el instinto aún en los más pequeños.


Los padres de familia temen que sus hijos caigan en el alcohol, más aún, en las drogas; pero jamás se angustian por un hijo que rueda por el sexo. ¡Cuántos padres y educadores en lugar de frenar y encauzar, empujan, fomentan, primero la pasión y luego el desenfreno!

Algo sobre la educación sexual.

ALGO SOBRE EDUCACIÓN SEXUAL.

Por Sor Clotilde Gara Espejel, E. D.

En estos tiempos tan confusos y contradictorios, todo mundo, debido a tantas comunicacionesopina e interviene en todos los temas; aunque sus opiniones carezcan, no sólo de profundidad y certeza, sino del más elemental conocimiento; así escuchamos por todas partes pseudo-definiciones vacías y ridículas, que en nada se identifican con los conceptos como el Amor, la Comprensión, la Verdad, la Libertad, la Amistad, el sexo y otros más.

Los conceptos han ido perdiendo, tanto, en la  especulación como en la pctica, su verdadera expresión y su auténtico valor para perderse en la opinión errónea de las masas. La falta de Dios, la inmoralidad y la ignorancia, factores básicos de esta terrible inversión.

Es indudable que, cuando más se popularizan y se ponen a subasta los conceptos fundamentales, los cuales estructuran el criterio de la persona humana, mayor es la relajación y el desorden que precipita al hombre al más profundo de los abismos.



1.- EDUCACIÓN SEXUAL.

¡Otra vez...! ¡Todos exponen, todos opinan, todos contribuyen a hacer realidad la más espantosa inmoralidad de nuestros tiempos!

Para consuelo nuestro hay libros, folletos, esquemas autorizadísimos por la veracidad de sus ideas, por la profundidad, certeza y respeto con que tocan este terna; pero, desgraciadamente, esos o no son leídos o de serlo no son comprendidos y, menos aún, puestos a ejecución; ya que nos piden esfuerzo, honradez y sinceridad.

Por mi parte, nada extraordinario voy a decir: únicamente trataré de exponer con claridad y sencillez lo que es, en honor a la verdad, la tan trillada "Educación Sexual", rompiendo, destruyendo las fuertes confusiones que por ignorancia o mala fe se exponen sobre el sexo, y que han tenido repercusiones altamente negativas conduciendo a una espantosa degeneración sexual. Esta exposición será clara y precisa con el anhelo de que nuestro pueblo se instruya y se convierta.


A.- Definamos lo que es Educación.-
Educación = la acción y efecto de educar y educar, etimológica y nominalmente se define así: del Latín, educare = “ex y dúcere”, dirigir, encaminar, adoctrinar...

La definición etimológica o nominal se funde en el origen del concepto y es base fundamental para definir esencialmente dicho concepto. La definición esencial no nos expresa el origen, sino el ser y el hacer del concepto, ejemplo: "Educar es realizar el cultivo y desarrollo de cuantos gérmenes de perfección física y espiritual ha puesto Dios en el hombre; con el intento de lograr hombres perfectos, tomando en cuenta su doble naturaleza, espiritual y corporal, en relación con su doble destino: temporal y eterno" (A. Manjón 1895).



B.- Ahora. ¿Qué es lo sexual? Lo correspondiente al sexo.- Y... ¿Qué es el sexo?
Entendemos por sexo la disposición somática, fisiológica y psíquica para la transmisión de la vida, que además distingue al sexo masculino del femenino y viceversa, porque no existe ni un sexo más que no sea masculino y femenino.

1.- Disposición Física o Somática:
Entendemos por esto, la disposición de todas las partes y órganos externos e internos, creados por Dios para lograr distinguir los sexos; atraerse mutuamente y combinarse en sus relaciones para cumplir la Sagrada misión de "Creced y Multiplicaos" (esn. I-28).

2.- Disposición fisiológica:
El hombre ha sido preordenado por Dios, internamente, para producir en sí la semilla de la vida y fecundar a su compañera con ese principio vital. La mujer fue creada para recibir ese primer impulso vital, y comunicarle también de su propia vida, y así fomentar y consumar el germen recibido.

Uno aislado de la otra no puede trasmitir la vida y viceversa: la una aislada del otro no la puede concebir.

Hagamos un paréntesis y reflexionemos en los millones de hombres y mujeres que, desconociendo o pisoteando la Divina Misión de los sexos, se enfrascan sin medida en placeres prohibidos y asquerosos que degeneran, hasta lo más indigno, o contradiciendo la voluntad de su Creador, intoxican y asesinan los gérmenes de la vida.

Observemos ahora con elevación, cómo en los altos designios de Dios, es el seno de la madre en donde se enaltece la vida hasta brillar como una nueva estrella en nuestro mundo exterior, después de haber vivido oculta en el seno mismo de la mujer. Digo se enaltece, porque a esa vida que arrulla ella amorosamente en su seno y que se origina por el amor de entrega de los esposos - por lo menos esto se supone - llega, precisamente, en el momento de la concepción, la Omnipotencia Creadora para infundir una alma que Él ha creado para ese cuerpo incipiente, y le da vida; aunque no tenga forma. En ese primer instante de la concepción esa semilla humana es ya toda una persona con derecho a la gracia y el cielo.

3.- Disposiciones Psíquicas:
No hay alma masculina ni alma femenina; el alma es simple, es la simplicidad una de sus propiedades, ya que es espiritual y por lo mismo, carece de partes, dobleces y complicaciones; sin embargo, a causa de la unión substancial del alma con el cuerpo, esas disposiciones fisiológicas influyen en el alma de tal modo, que hacen distinguir abiertamente las cualidades psíquicas del
hombre y de la mujer.

No hemos de pasar por alto que Dios, al distinguir los sexos, no lo hizo únicamente para lograr la procreación; sino que con ello marco obligaciones y derechos, delimitó caminos y señaló finalidades. Por ello es tan subversiva y dañina la mal entendida y hábilmente manipulada "Liberación de la mujer" y vemos cuán perniciosas son ahora las modas "uni-sex" que han dado como resultado mujeres hombrunas y hombres repugnantemente afeminados.

C.- En resumen, ¿Qué es la Educación Sexual?.-
Educar sexualmente: es encauzar, elevar, sublimar a todo el hombre en lo concerniente al sexo. Es enseñar a respetar su cuerpo, templo del alma y a respetar a la persona humana, respetando el cuerpo ajeno; tomando en cuenta las leyes de Dios impuestas en la naturaleza y en los Mandamientos.
Aunque el sexo está definido; enmarcado  física y fisiológicamente en determinados lugares del cuerpo humano; sin embargo el sexo abarca todo el ser del hombre y, así como dice la Filosofía que "el alma está toda en todo el cuerpo y toda en cada una de sus partes", de manera analógica, el sexo se refleja por sus características y sensibilidad en toda la persona humana. Es por eso que toda educación, toda formación positiva del hombre contribuye en forma directa o refleja en la educación sexual.

Educar es un término cuyo trabajo se aplica a todo el hombre meditemos en esta bella, profunda, precisa y exacta definición del gran filósofo Platón: "Educar es dar al cuerpo y al alma la belleza de que son susceptibles".

Esta es la tarea esencial de los Padres de Familia y la obligación primordial de todo educador: embellecer el alma y el cuerpo del hijo, del educando, tomando en cuenta todas sus capacidades, en la armonía que el Señor plantó en la tierra.

Cada hombre trae su propia vocación con respecto a la tierra tanto en lo que corresponde al estado de vida que ha de tomar, sea casado, célibe o consagrado a Dios; igualmente en lo correspondiente al oficio o profesión y al lugar que habrá de tener en la sociedad, considerando que todo ha de contribuir a su salvación eterna; ya que si las vocaciones particulares son variadas, la Vocación Universal es sólo una para toda la humanidad: la vocación a la Felicidad, al Cielo.


Pero la ignorancia, la fatuidad, la conveniencia, el amor desordenado a los hijos, convence a los Padres de familia que el hijo mejor logrado es aquel que escala sólo en la materia, o, cuando mucho, en lo humano, y si del campo llegan al bufete, o del taller a la oficina, los consideran triunfadores, olvidando en muchos casos, que la rectitud, la honradez, la pureza, la decencia, los valores cristianos son, los que realmente enaltecen al hombre sea, humanamente hablando, el más grande o el más pequeño.