domingo, 31 de enero de 2016

"La Purificación de la Virgen María"

Purificación de la Virgen María

        “Esta fiesta es una de las más antiguas de la Santísima Virgen María. Celebrada en Jerusalén desde el siglo IV, la Fiesta de la Purificación pasó después a Constantinopla y luego a Roma donde la encontramos, el Siglo VII, asociada a una procesión que parece ser anterior a la fiesta de la Virgen”.
            “La Purificación de la Santísima Virgen se realizó cuarenta días después del nacimiento del Salvador. Se halla, pues, unida al Misterio de la Navidad. La Iglesia la Celebra el 2 de febrero y, al mismo tiempo, la Presentación de Jesús en el Templo”.

 


            “Es una fiesta de Luz. Por su simbolismo, la procesión de la “Candelaria”, procesión de las candelas, evoca la manifestación de Cristo, Luz del mundo, recibido en el Templo por el anciano Simeón como el enviado de Dios: “Luz para iluminar a las gentes y gloria de Israel su pueblo”, el templo, centro de la piedad Israelítica, al recibir a Jesús dentro de sus muros parece que abrá de irradiar con dimensiones universales. La venida del Salvador al Templo. Es el tema principal de la fiesta; pero el pensamiento de la Santísima Virgen se halla presente en toda ella
            La Purificación era una prescripción de la antigua ley: Por su concepción virginal María estaba textualmente excluida de la Ley de la Purificación. Quiso, sin embargo, sujetarse a ella, como su hijo se sujetaba a la Ley de la Presentación de los primogénitos en el Templo, sin tener el Niño ninguna necesidad.
            En cumplimiento de ambas leyes sube hoy la Sagrada Familia al Templo. Allí espera al mesías el Anciano Simeón, que recibe regocijado en sus brazos al Salvador de Israel.
            Se concluye, Celebración del doble Misterio: la Presentación de Cristo y la Purificación de la Virgen María. Y bendícense hoy las candelas para acompañar con ellas encendidas a Cristo, Luz que ilumina al mundo.
            Recomendación: guárdense en casa las velas benditas; en la mano del agonizante la candela encendida es una protesta de fe en la inmortalidad gloriosa que Cristo nos ha merecido.
            Finalmente: estos piadosísimos Misterios nos dan ejemplos muy grandes de sencillez y de humildad. Ojalá reflexionemos en la profundidad de esta preciosa celebración.

Sor Clotilde


 















domingo, 24 de enero de 2016

"Una Reflexión para el Apóstol Verdadero" (final)

CONTINUACIÓN DE:

UNA REFLEXIÓN PARA EL APÓSTOL VERDADERO
           
            Dios que es infinito en todas sus perfecciones, lo es en su Bondad que tiende de suyo a difundirse y comunicar la felicidad que goza. Nosotros, a pesar de nuestra limitaciones y grandes imperfecciones, cuando permanecemos en un clima espiritual, gozoso, sentimos llenarnos de la verdadera felicidad y es, cuando nos mueve una imperiosa necesidad de comunicarla y hacerla llegar a los demás; y si nosotros creaturas, queremos repartir de lo que nos ha sido dado, ¿Cómo será el Señor Dios, para los que ha creado a su imagen y semejanza?
            Con admiración contemplamos en la vida terrena de Nuestro Señor Jesucristo, una entrega continua de Sí mismo y de lo suyo. Desde el primer momento hasta el último el Evangelio nos presenta al Maestro y Redentor, entregando a manos llenas los infinitos Tesoros de su Amor. Y, como antes se dijo, entregándose a Sí mismo con el anhelo de conducir a los hombres hacia la salvación eterna. Por ello no es extraño que, además de que Dios se ha hecho hombre, haya compartido con los hombres la vida de la tierra, haya vibrado en dolor y alegría, haya sido crucificado por todos, a pesar de nuestras traiciones. Y, aun así, nos haya dejado todas las gracias necesarias en su Iglesia quien transmite el depósito de la fe para que nos salvemos.
            La Iglesia Misionera trabaja para difundir, no solo la doctrina que ha de entregarnos la luz de la Eterna Verdad y el Fuego de la Caridad, sino que nos inyecta el celo por la Gloria de Dios y la salvación de las almas, de la cual no sólo es heredera, sino que guarda día a día al que es de Ayer de Hoy y de Siempre.
            Más esa Iglesia, cuyo cabeza invisible es Jesucristo y cuya luz y movimiento perenne lo tiene del Espíritu Santo, está en la tierra formada por hombres y la fundó Jesucristo precísamente para la salvación de los hombres, por consiguiente, somos los hombres, los que constantemente hemos de ayudarnos, para vivir en la Barca de Pedro.
            Es verdad, que en la Santa Madre Iglesia contamos con la Cabeza visible que es el Papa, quien nos dirige y nos gobierna en una forma universal. Es también cierto que cada Diócesis tiene su Obispo, quien está en nombre de Pedro en dichas Diócesis. de la misma manera las Parroquias tienen su Párroco, quien depende del Obispo y los Padres Vicarios que dependen del Párroco. Además, Sacerdotes, Religiosos y Religiosas, que, aun dependiendo de sus propios Superiores, no se desligan de la Autoridad Diocesana y menos aún de la Autoridad Papal. Sin embargo, aún con todo lo explicado, nadie excluye al Seglar del Apostolado, antes, al contrario, el Seglar tiene una obligación y una obligación que le viene desde lo alto para misionar, en orden a la Iglesia.
            Todas las personas bautizadas dentro de la Iglesia Católica, que no han recibido el Sacramento del Orden ni Profesado dentro de una Comunidad Religiosa, se les llama Seglares, aunque en la actualidad erróneamente se les dice Laicos.
            Llamamos familiarmente Apostolado a toda acción encaminada a la salvación de las almas, porque prolonga y hace efectiva la Misión de los Apóstoles.
            No confundamos el Apostolado con los medios, el Apostolado es la actitud exclusiva para guiar al prójimo a la Felicidad Eterna, y los medios son todas aquellas cosas, de las cuales nos valemos, para conducir a las almas a su verdadero destino. Todas las obras de misericordia, todas las satisfacciones licitas que podemos ofrecer a nuestros hermanos para interesarlos en su salvación son buenas.
            “La Iglesia ha nacido con el fin de que, por la propagación del reino de Cristo en toda la tierra para Gloria de Dios Padre, haga a todos los hombres partícipes de la Redención Salvadora y por su medio todo el mundo se ordene realmente hacia Cristo. Todo el esfuerzo del Cuerpo Místico dirigido a este fin se llama Apostolado”.
            Los medios para guiar a la creatura humana a la Felicidad Eterna, son todos aquellos que llevan a introducir a las almas a Dios, mediante un camino de perfección.
            En el Catecismo tenemos una lista de catorce Obras de Misericordia, siete Espirituales y siete Corporales; todos ellas constituyen el amplio campo social y espiritual cuyo ejercicio, dirigido a la salvación del prójimo, da forma al verdadero Apostolado Social y Religioso.

 
 VOCACIÓN AL APOSTOLADO:
            Así como todos, absolutamente todos los hombres estamos llamados a la Salvación Eterna, al regreso a nuestro origen, a través de la perfección; así mismo todos los hombres, especialmente los católicos, estamos llamados a misionar, a procurar a través del Amor y la Doctrina de Cristo, la Gloria de Dios y la salvación de las almas.
            “La vocación cristiana, por su misma naturaleza, es también vocación al Apostolado, así como la estructura de un cuerpo vivo, ningún miembro se forma de una manera puramente pasiva, sino que toma parte en la actividad del cuerpo a la vez que participa de su vida, así sucede en el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia”.
 

DEBERES Y DERECHOS:

            Aunque es verdad que, dentro de la misma vocación del cristiano al Apostolado, encontramos insertos sus derechos y sus deberes; ya que todo compromiso, toda acción lleva consigo derechos y deberes; sin embargo, no confunda el seglar esos derechos y esos deberes con una absoluta independencia, con plena autonomía. El Seglar debe dejar la conducción de esa fuerza que integra derechos y deberes a los Superiores Eclesiásticos y cada Superior conociendo las capacidades de sus Apóstoles, les ira dejando en mayor o menor libertad.
            El Apóstol Seglar es verdad que tiene el deber de respetar, de sujetarse amorosamente a los lineamientos de la Santa Iglesia y de sacrificarse para aumentar el Reino de Cristo. Pero, igualmente tiene todo el derecho de ser instruído, de que lo dirijan y lo enseñen auxiliado de los Sacramentos. Igualmente ha de ser exhortado en aras de su perfección y su dicha Eterna.
            “Los Seglares como todos los fieles cristianos, tienen derecho a recibir con abundancia de los Pastores los bienes espirituales de la Iglesia, ante todo los auxilios de la Palabra de Dios y de los Sacramentos; y debe mostrarles sus necesidades y deseos con aquella libertad y confianza que conviene a los hijos de Dios y redimidos por Cristo.
            Procuren los Seglares, que siguiendo el ejemplo de Cristo quien con su obediencia hasta la muerte abrió a todos los hombres el gozoso camino de la libertad de los Hijos de Dios, han de abrazar con prontitud y cristiana obediencia todo lo que los sagrados Pastores como representantes de Cristo, se establecen en la Iglesia como Maestros y Gobernantes, y no dejen de encomendar a Dios en sus plegarias a sus prelados.
            Los Sagrados Pastores por su parte; reconozcan y promuevan la dignidad y responsabilidad de los Seglares en la Iglesia” (Constitución Lumen llentium cap. IV, No. 37).





FINALIDAD DEL APOSTOLADO:

            El Seglar Apóstol ha de enseñar a sus hermanos la excelsitud de su origen divino, su real grandeza venida de la Santísima Trinidad. A demostrarle la cuna en que nació y el manto con que fue cubierto.
            Enseñarle paso a paso y de principio a fin la historia de Nuestra Salvación. Convencerlo con la fuerza de la Revelación Divina del camino a seguir para alcanzar la meta.
            A de enseñar a su prójimo el orden de los valores, el precio y relación del Creador con sus creaturas y el precio y relación de las creaturas entre sí.
            Si el Apóstol olvidado de sí mismo, pisoteando anhelos de fama y de gloria, rompiendo con el propio yo y elevándose a sí mismo, no logra despertar en las almas ansias de Dios, deseos de vivir, anhelos de verdad, no ha cumplido con la finalidad.
            Sin embargo, toda la creación es una completa armonía, aunque la creo Dios los hombres tienen su parte en este mundo que nos rodea, pues todo aquello que el hombre hace, trabaja, goza o descubre, siempre que no vaya contra Dios y sus principios, es bueno. Esta armoniosa creación también nos deja unir lo temporal con lo eterno. No hemos de renunciar a este mundo que Dios preparó al hombre, como una madre prepara la cuna y la ropa al hijo que ha de nacer; no; la sabiduría consiste en ordenarlo todo jerárquicamente, en no apegarse al mundo, más no en renunciar totalmente al mundo. Hemos de combinar perfectamente lo terreno con lo espiritual en escala perfecta y saber renunciar aun de lo lícito cuando Dios lo pida.
            Jústamente, todas las cosas de esta vida usadas con oportunidad, templanza y orden, más nos sirven para acércanos a Dios que para alejarnos; sin embargo, y ésto como un paréntesis: ¡qué dichosa etapa de la vida espiritual cuando ya es poco lo que la tierra nos sirve, y más bien quiere el cristiano abundar en lo espiritual para sentirse en paz!
            Que no sirva nunca el apostolado para realizar sueños de fama y gloria, para competir con los demás, para expresar palabras que nos satisfagan y menos si hacen daño a los demás. Esto no es el espíritu de Cristo.
            Qué más da si somos mejores o peores en cuanto a capacidad, si tenemos don de gentes o no, si somos muy simpáticos, o lo contrario. Todo esto no importa, lo que hemos de hacer es reflexionar si llevamos a Cristo, sí damos a nuestros hermanos con honradez, lo que Cristo quiere, sí soy capaz de dar paz y amor.
            “Ahora me gozo en mis padecimientos sufridos por vosotros y cumplo, por mi parte, lo que falta a las fatigas de Cristo en mi carne por el bien de su Cuerpo que es la Iglesia” (Col. Cap. I ves. IV).


Sor Clotilde

miércoles, 20 de enero de 2016

"Una reflexión para el Apóstol verdadero"


UNA REFLEXIÓN PARA EL APÓSTOL VERDADERO.

           
            El alma, la fuerza de todo Apostolado es la “CARIDAD”, más no la caridad en el sentido popular, que consiste en dar bienes materiales a quien no los tiene. Aunque la generosidad del rico se desprenda de lo propio, sean sus posesiones o su tiempo, o quizá, de sí mismo para ayudar a los demás, e incluso el pobre, que quitándose de lo poco que tiene reparte también entre los más necesitados; no por ello cumplen, con una verdadera caridad, pues no realizan el ser, la esencia de todo apostolado. Sin embargo, el que socorre a su prójimo y lo hace por Dios, está cumpliendo con las Bienaventuranzas y así alcanzará las alturas de la Verdadera Caridad.
           
            Pero vamos hablar de la misma CARIDAD, que no solo mueve al Apóstol a preocuparse de sus prójimos, con relación a las cosas de la tierra; no; no hablo sólo de ese punto de la Caridad; sino de aquella cuyo objetivo se dirige al orden sobre natural. De aquella que nace de Dios y que se proyecta en Dios: cuando nuestras ansias, nuestros anhelos de hacer el bien, tienen como principio a Dios y desembocan en Él. Cuando se despierta la profunda inquietud por la Gloria de Dios y la salvación de las almas.
           
            Movidos por la gracia del Espíritu Santo nuestro Apostolado será fecundo, sólo así daremos a la Iglesia muchos soldados deseosos de batallar por Cristo, sólo así despertaremos para el mundo, ciudadanos rectos y para la Iglesia almas justas.
           
            Cuando no seamos movidos por el espíritu falso de melosidad, cobardía, conveniencia, sentimentalismo… sino cuando convencidos podamos mover en nosotros y en nuestro prójimo el fondo de las entrañas por la Gloria de la Santísima Trinidad y el anhelo de ver a todos en el cielo.
            “Amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios: y todo el que ama, de Dios ha nacido y conoce a Dios. Quien no ama no conoció a Dios, porque Dios es amor”.
            Pero esa alma del apostolado que es la Caridad, no podemos conseguirla en la propia naturaleza, en la actividad, sin una profunda vida interior, sin la cual no llegaremos más allá.

SIN ORACIÓN NADA ES FECUNDO


            Los fracasos continuos del Apóstol, no estriban en la ignorancia, sino en la falta de vida interior, en una vida que no tiene unión íntima y constante con Dios. Aunque sus intenciones sean muy buenas, pero si carecen de esa necesaria reflexión, de esa importante meditación que nos enfrenta a Dios y nos hace contemplar nuestra miseria y contemplarlo a Él con su poder, con su excelsitud, no tendremos éxito.
            Actualmente el ministerio es muy extrovertido y sensorial, con proyección limitada y con autosuficiencia personal, es por ello que no se ven grandes frutos, nos falta el fuego de la caridad. El apóstol debe vivir cotidianamente la Santa Misa, la Sagrada Comunión y la Confesión, que al fin no solo perdona pecados, sino dá y aumenta la Gracia.
            No hemos de concebir a un Apóstol sin oración, no se trata sólo de hablar de enseñar, es menester convencer, proyectar, mover y remover; eso no lo logra el Apóstol sin paciencia y oración.
            Advirtiendo que la vida misma hemos de convertirla en perpetua oración, trabajando en la presencia de Dios, aceptando su voluntad, viendo en todos los acontecimientos el cuidado de la Divina Providencia. También estamos en oración, cuando aceptamos nuestras limitaciones, nuestras miserias y nos dolemos de ellas, pero no nos desesperamos.
            Durante la vida Ministerial de Nuestro Señor Jesucristo, miramos con claridad como Él combinaba la actividad con la oración, pues de Él, dice San Lucas, “que pasaba las noches en la oración”.
            El mismo Plan de la Redención, globalmente considerado, tuvo sus preparativos de apartamiento y contemplación nueve meses en el Seno de la Virgen, contemplando la Esencia Divina. Y antes de su vida pública, treinta años en el interior de la Sagrada Familia, dedicado a la oración y, aún más, cuarenta días y cuarenta noches ayunando en el desierto para iniciar su vida apostólica y antes de la Pasión: la Institución de la Santa Misa, del Sacerdocio Católico y una noche sudando sangre en Huerto de los Olivos.
            Además, hay que hacer comprender al que es misionado, que nada conseguiremos ambos sin la Gracia de Dios, la inspiración del Espíritu Santo y la interseción de la Santísima Virgen y del Señor San José.

Sor Clotilde




             

miércoles, 13 de enero de 2016

"La Epifanía" (final)

Continuemos ahora con el Triple objeto de esta solemnidad, que es una Triple manifestación del Señor:


1.    El Misterio de Los Magos venidos de Oriente en pos de una estrella para adorar la divina Realeza del Niño nacido en Belén, manifiestan su divinidad y su carácter de Redentor. Nos enseñan cómo debe tratarse al único Dios Verdadero, porque si es verdad que el Niño nace en un lugar humilde, también es verdad, que los Tres Reyes Magos le dan un culto esplendoroso: oro, incienso y mirra como al único Dios Verdadero.


    Ojalá en esta época, bastante desacralizante, retornáramos a un culto digno de Dios, con todo su esplendor, respeto y magnificencia; e igualmente los pastores, asemejando a   Los Reyes en el servicio de Dios, usaran la debida ornamentación y olvidara el mundo, a los Teólogos de la Liberación, que igual que judas, quieren todo para los “pobres”.


2.    El Misterio del Bautismo de Jesucristo en la Aguas del Jordán, y su proclamación como Hijo Verdadero de Dios: “ESTE ES MI HIJO MUY AMADO EN QUIEN TENGO PUESTAS TODAS MIS COMPLACENCIAS”. El reconocimiento de que Cristo es Dios, por la Primera Persona de la Santísima Trinidad que es el Padre, es la primera manifestación plena del Excelso Misterio Trinitario: presente el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.


3.    Para confirmar aún más la Divinidad de Cristo, lo contemplamos en su primer milagro en la Bodas de Cána, sin pasar por alto que es la primera intercesión de la Santísima Virgen María. Allí se manifiesta la Divinidad y el Poder de Jesucristo y la Corredención de la Santísima Virgen María.



            Terminó con este hermosos escrito de San Máximo de Turín (Siglos IV y V) Sermón 13 La Santa Epifanía:
            “Hoy, en cierto sentido, celebramos un segundo nacimiento de Nuestro Salvador, pues, de hecho, lo vemos engendrado con las mismas señales y con los mismos Milagros, pero en un Misterio más Grande. En el Primer Nacimiento, el Espíritu Santo que intervino en el Seno de la Virgen, ahora lo rodea con su Luz en el Agua del Río Jordán. Quien conservo para Él la castidad de María, ahora Santifica para Él las corrientes del río. El Padre que entonces cubrió con la Sombra de su Poder, ahora lo proclama con su voz; y el que entonces, como si se tratara de una grande prudencia, oculto su nacimiento, ahora da testimonio de la verdad. Hoy, Dios dice: “Esté es mi Hijo amado, en quien me complazco; escúchenlo”. En este Segundo Nacimiento lo vemos rodeado de una mayor claridad. En el Primer Nacimiento Cristo fue generado en el silencio, sin testigos; ahora el Hijo es Bautizado gloriosamente con la proclamación de su Divinidad. En aquel momento, José se justifica pensando que era Padre; en este Segundo, Dios, que no era tenido como Padre, ocupa su lugar. Entonces, la Madre es Esposa para los sospechosos, pues el Padre no estaba declarado; aquí, la Madre es objeto de honor porque Dios reconoció a su Hijo”.
           


Sor Clotilde

domingo, 10 de enero de 2016

"La Epifanía" (continua)

LA EPIFANÍA

            “La Fiesta de la Epifanía que existía en Oriente y en ciertas Iglesias de Occidente, antes de penetrar a Roma, parece haber sido en su origen una Fiesta de la Natividad para la Iglesia.
El 6 de enero era para esas Iglesias, lo que es la Navidad para la Iglesia Romana. Introducida la Epifanía, en Roma, en la segunda mitad del siglo VI, se convirtió en el complemento y coronamiento de la Navidad, pues la Iglesias Orientales llegaron a celebrar con Roma el Misterio de la Navidad, el 25 de diciembre y entonces, el Occidente, adopto el 6 de enero para solemnizar la Epifanía”.
            Parece ser que a esta Gran Fiesta de la Epifanía que fue central para las Iglesias Orientales, nosotros sólo la vivimos como una celebración donde se reparten regalos a los niños.
            Muy hermoso es recordar nuestra infancia en espera de esos Tres Reyes Celestiales que llegaban cada año el 6 de enero. Sin embargo, cuanto más pasa el tiempo, nos olvidamos del gran contenido y expresión de esta Fiesta Eclesiástica.
            ¿Qué quiere decir Epifanía?
            Epifanía quiere decir “Manifestación”. Lo que celebra hoy la Iglesia es la manifestación del Señor al mundo entero.
            Después de darse a conocer a los pastores, se Revela a los Magos venidos de Oriente para adorarlo. Toda la Tradición Cristiana ha visto en los Magos las primicias de la gentilidad. Ellos preceden a todos los pueblos de la tierra, de suerte que la Epifanía, es una afirmación de que Jesucristo viene a salvar al mundo entero.
            Consideremos al Niño Dios en un pesebre o en una cueva, no importa, lo que trasciende es que allí Los Reyes atestiguan que ese Niño ese Rey, es Dios y es Hombre.
            Es Rey porque es y será el Rey de reyes y Señor de los señores y su majestad ha de vivir al fondo de cada creatura, de cada familia, de cada sociedad, de cada país… Él es, Cristo Rey.
            Es Dios, creador de todo lo existente, con todos los atributos del Único Verdadero Dios.
            Es Hombre, porque el Verbo se hizo Carne y hábito entre nosotros.
            Es el Hombre Dios, el Redentor que habrá de volvernos a la amistad con el PADRE.
            Los Santos Reyes venidos del Oriente, manifiestan al mundo que es Rey, Dios y Hombre pues le regalan oro, incienso y mirra.
            Es la primera y gran manifestación al mundo de ayer, de hoy y de siempre, de que ese Niño es Rey, Dios y Hombre
            “Es la hora de que el inmenso mundo pagano iniciará su camino para seguir a la estrella, que le llama para ir en pos de su salvación” (San León).
            Aquí está el sentido pleno de la magnífica profecía de Isaías:
             “De Sabá, vendrán todos trayendo oro e incienso, loores del Señor”. “¡Levántate Jerusalén resplandece, porque se levanta sobre ti, la gloria del Señor”



CONTINUA
           





sábado, 2 de enero de 2016

"LOS SANTOS INOCENTES"

EXPLICACIÓN POR ARTÍCULO EXTEMPORÁNEO

            Les comunicamos que este artículo del 28 de diciembre, no se pudo publicar en la fecha correspondiente por problemas de salud. Reconociendo que es importante hablar de esta fecha y, sobre todo de sus aplicaciones, lo hacemos hoy 2 de enero del 2016.

LOS SANTOS INOCENTES

            Durante la octava de Navidad, la Iglesia conmemora a los niños de Belén y de sus cercanías a quien Herodes mando matar. Con su martirio, estas vidas inocentes dan testimonio de Cristo perseguido ya desde su nacimiento, por un mundo que no quiere recibirlo. Ya comienza Jesucristo a ser motivo de contradicción, pero los perseguidores quedan impotentes; Cristo ha venido a cumplir una obra de salvación y nadie se lo impedirá, sólo cuando llegue la hora de Dios caerá en las manos de sus adversarios, pero será para rescatar al mundo con su propia sangre.
            Sin embargo, a Herodes le sorprendería, le causaría pavor conocer a los Herodes de hoy y a sus nefastos crímenes.
            Herodes, un pagano que por temor a perder su reino ejecuta a niños pequeños, creyendo que así se libraría de un impostor o de alguien que quisiera suplantarlo.
            Herodes, un perverso, pero no como los de hoy que ya conocen a Cristo. La multitud de los Herodes del presente, no son paganos y hasta conocen la doctrina católica; sin embargo, el poder, el placer y el dinero los encamina a herir lo más bello de la infancia: LA INOCENCIA.
Inocencia que en un niño no es ignorancia, no es indiferencia, no es estupidez; sino una cualidad natural innecesaria para que, durante su desarrollo, goce de esa época preciosa de la infancia.
            La Inocencia que todo lo contempla puro, limpio, llano, transparente etc.,
La inocencia cuya risa y alegría dá luz a nuestras vidas y nos hace recobrar la esperanza; la inocencia del niño bautizado que ofrece una dulce y serena mirada, a través de la cual  vemos la paz inalterable de Dios y el amor que llena fortifica y fructifica.
             “Dejad que los niños se acerquen a mí, porque de ellos es el reino de los cielos” (San Mateo) Y, aunque este texto evangélico, tiene muchas aplicaciones, la verdad es que Dios tiene predilección por la inocencia.
            Y, ¿quiénes son aquellos Herodes que destruyen la inocencia de los niños? La familia, La Escuela, La sociedad, La televisión, El internet, Las publicaciones impresas grandes o pequeñas; La pornografía infantil, Pederastas, Violadores… y los abortos.
            La Familia que ha perdido, precisamente, el sentido de familia y la responsabilidad de los hijos, y entre descuido, consentimiento, tiranía, y un mundo de pseudo-hogares y madres solteras los niños pierden su inocencia.
            Las Escuelas, instituciones comerciales, sin valores, llenas de conveniencias y adaptadas a este mundo de hoy libertino y sin principios. Sobre todo, los maestros, que no lo son, que han perdido el sentido de su vocación y de la verdadera educación. “Educar es dar al cuerpo y al alma la belleza de que son susceptibles” (Platón). Los Padres y Los Maestros confunden lo académico, que solo es una parte de la educación, con la educación del hombre que es llevarlo a la madurez total y auténtica.
Ya no hay verdaderos maestros. No se diga de ciertos maestros albañiles, que se dicen maestros y se manifiestan en las calles agrediendo, pintando, golpeando, incendiando y su pretexto es algo vergonzoso: no quieren seguirse preparando. ¡Pobres niños! ¡Pobre mundo!
La Sociedad corrompida, sin Dios, en crasa ignorancia; ya no es estímulo, ni ejemplo para los niños.
La Televisión, cubierta de hipocresía: por un lado regala instrucción y salud y por otro difunde los más asquerosos y sucios programas a cualquiera hora y sin brizna de cultura.
Los Medios de Comunicación, cuyos comunicadores, dentro del sistema televisivo, de la radio y del periodismo pierden la moral y se proclama ateos.
El internet, desde donde se puede saber desde la A y hasta la Z de toda inmoralidad. Internet que trabajan muy bien los pederastas, los violadores con su pornografía infantil, añadiendo allí la falta de vigilancia de padres, maestros y superiores.
Los Gobiernos que, de una u otra forma por defender la errónea libertad y la falsa democracia, exhiben lo que no debería exhibirse; permiten lo que no debería permitirse; aprueban lo que no debería aprobarse; defienden lo que no debería defenderse y van destruyendo la verdadera moral por una amoralidad libertina y degradante.
Olvidamos todos que el sol sale todos los días, pero que no sale de pronto, porque a pesar de ser cotidiano, aparece despacio para acostumbrarnos a la luz poco a poco, hasta que llega en plenitud cuando la vista ya ha sido preparada. Así debe ser la formación en el niño: irle enseñando gradualmente, irlo dejando que descubra, que pregunte… e írselo explicando no solo de acuerdo con su edad, sino con su propia sensibilidad. Todo llega a su tiempo. ¿Porqué se ha destruído la inocencia del niño? Los enemigos lo saben. Hagamos, los que hemos comprendido lo que es la inocencia, algo para que el niño viva en su imaginación y creatividad gozando de esa bella época.
“¿Cuándo Jesucristo vuelva, encontrará inocencia en los niños?”
NO.
En todo este sistema y proceso de destruír la inocencia, también se destruyen las vidas hasta llegar a la muerte. De la misma manera por este camino se llega al suicidio y al crimen.  Sin embargo, he dejado el aborto hasta el final para señalar a las modernas herodías, que, junto con sus Herodes, matan en su propio vientre y sin piedad a los hijos de sus entrañas.  ¡Criminales herodías y todos sus cómplices!
Además, les pregunto a estas criminales mujeres ¿Con qué derecho ciegan la vida de un ser humano, que tiene una vocación por delante y cuya vida ha sido creada por Dios?
Dios no ha terminado la Creación, es un CREADOR perpetuo; diariamente, en todo tiempo y espacio de la tierra, está Creando almas que son las que dan forma y vida al cuerpo inerte. Señalando cada alma Creada para cada cuerpo elegido.
¿Creen la Herodías que tienen el poder de dar la vida? No señoras, ustedes son un medio físico: hombre y mujer unen dos células orgánicas, pero sin una vida volitiva ni racional, es necesario que Dios, en el preciso instante en que se unen las dos células infunda el alma Creada y en ese instante al unirse alma y cuerpo se declara la vida humana.  Y las Herodías al matar el cuerpo expulsan la reciente alma del niño, destruyen la vida creada por Dios ¿Quiénes son ustedes para retar así a Dios y destruír el porvenir de una vida…?
Sor Clotilde