¿Qué es la Gracia Santificante o Habitual?
La Gracia Santificante o
Habitual, es la Gracia que, como cualidad, permanece en el alma, comunicándole
la Vida Sobrenatural. La Gracia Santificante es un Don Sobrenatural inherente
al alma, es decir: habitual; nos hace santos, o sea justos, hijos adoptivos y
amigos de Dios y herederos del Cielo. Es un don gratuito porque la primera
Gracia, estando nosotros con el Pecado Original, no la podemos merecer. Es infundido
y aumentado por Dios en nuestra alma cuando recibimos los Sacramentos. La
Gracia Santificante no va a las facultades. sino a la esencia del alma, así
como la vida no se dirige a solo un miembro, sino a todo el cuerpo.
¿Qué es la Vida Sobrenatural?
Vida Sobrenatural es la que
resulta de la unión del alma con Dios por la Gracia Santificante y las Virtudes
de la Fe, la Esperanza y la Caridad: "No soy yo quien vive, sino es Cristo
quien vive en mí" (Gal. 11,20).
La Vida Sobrenatural es la vida
de Dios comunicada a nuestras almas mediante la Gracia. Si de la vida natural
del hombre que es la vida humana, racional, Dios eleva esa racionalidad a una
vida de Fe sobrenatural que lo pone en relación con Dios, puede vivir de alguna
manera con Dios, en Dios y para Dios; algo que no podría hacer con solo su vida
humana, que es la vida natural en el hombre.
¿Cuáles son los efectos de la Gracia Santificante?
1.- Nos hace justos, destruyendo en
nosotros el pecado. Este paso del estado de pecado al estado de justicia se
llama: "justificación".
2.- Nos hace hijos de Dios. Pues de
simples siervos pasamos a ser sus hijos.
3. - Nos da derecho al Cielo: de otra
forma sería imposible alcanzarlo.
4.- Sin la Gracia Santificante, nuestras
mejores obras son pobres, ya que ella hace meritorias todas las obras.
a) Las eleva a un orden
sobrenatural, en cuya virtud puede producir un acrecentamiento de gracia y de gloria
.
b) Obras, palabras,
pensamientos, obras de caridad, sufrimiento... son motivo de gloria de Dios, acrecentamiento
de Gracia. En cambio, sin la Gracia Santificante, las obras más insignes no merecen
nada en orden al Cielo: "Aunque yo distribuyese todos mis bienes (para el
sustento de los pobres), sin la caridad (amistad, unión con Dios), no me sirve
de nada" (I Cor. XIII, 3).
5.- Al ser infundida en un alma, la
Gracia Santificante trae consigo las Virtudes Teologales Infusas: FE, ESPERANZA Y CARIDAD.
6.- Todo hombre justo que vive en la
Gracia Santificante tiene en su alma la INHABITACIÓN
DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD, Por la Gracia somos hechos "partícipes de la
Naturaleza Divina" ( II Pedro I, 4).
¿Dios es la misma Gracia?
La Gracia que se nos da no es el
mismo Dios. La Gracia es un regalo de Dios que nos asemeja a El. La Naturaleza
Divina no se nos participa esencialmente – pues la esencia divina es
incomunicable –sino accidentalmente; en el sentido de que Dios imprime en el
alma una cualidad, que no la convierte en Dios, pero le da la capacidad de
contemplar y gozar y amar a Dios, operaciones propias de Dios mismo.
"Hagamos al hombre a Imagen y Semejanza nuestra", puesto que el hombre
creado en Gracia Santificante, fue creado a Imagen y Semejanza de Dios. Esa es
la auténtica semejanza; esta es la auténtica "participación de la Naturaleza
Divina".
¿Cómo se aumenta la Gracia Santificante?
Se aumenta en el alma por la digna recepción de los
Sacramentos, por la oración y por toda clase de buenas obras, pero sólo se
recobra con la Confesión, el Sacramento de la Penitencia o Confesión, o, en
casos particulares, por un acto de contrición perfecta; pero sólo en
determinadas circunstancias; no a capricho. Por ello son inválidas e ilícitas
las absoluciones generales que no llenen los requisitos que la Iglesia Madre ha
dado por siglos.
¿Por qué se Pierde la Gracia Santificante?
Por cualquier pecado mortal. y se
debilita con el pecado venial.
¿Cómo se recobra la Gracia Santificante?
La Gracia Santificante se recobra
por el Sacramento de la Penitencia o por un acto de Contrición perfecta, como
antes ya explicamos.
Busquemos la Gracia Santificante
Abracemonos con ella, no la
perdamos para que así nos llamemos con santo orgullo Cristianos: "Creced en
la Gracia" (II Pedro III,18). "Te exhorto a que vivas la Gracia de
Dios que reside en ti" ( II Tim. I,16).
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