martes, 8 de marzo de 2016

"Día de la Mujer"

“DÍA DE LA MUJER”

            Aunque yo no crea en el “Día de la Mujer”, porque dicha celebración no la gestó ni la dio a luz una Institución que supiera conjugar los valores, los principios morales de la mujer, ya que no ha sabido conservar su dignidad y el concepto claro de lo que es la identidad femenina. Este movimiento no le gurdo a la mujer su identidad: le arrebató la virtud de la abnegación, la conquista perpetua en el hogar; el honor de ser esposa, de ser madre, en una palabra, de ser realmente mujer. Este obscuro y fatal movimiento de la “Liberación Femenina” es un engendro de altas encomiendas para acabar con la familia y, con ello, prostituir a toda la sociedad.  “Por sus frutos los conoceréis” ¡que frutos… ha dado la “Liberación Femenina” en el mundo, en la misma mujer, y en toda la humanidad y, como consecuencia, aunque parezca increíble, en el terreno universal!”.
            Sin embargo, aprovecho estos pensamientos, para felicitar a un gran número de mujeres, que han resistido a este mal trascendente de la “Liberación Femenina” y han sabido conservarse dignamente, dentro del límite de su Ser de Mujeres.
            Son mujeres alegres, modernas, pero conservan todo el tinte de una mujer que es verdaderamente hija, madre, esposa, amiga, prójimo, cristiana.
            Conoce muy bien sus valores propios, sus principios singulares de mujer los ordena, los sabe aplicar y sin minucias e hipocresías vive decentemente y con piedad cristiana sigue siendo una Verdadera Mujer.





            Gracias a estas mujeres valientes, guerreras de verdad, aún se conservan hogares cristianos.
            En espera del artículo de mañana expondremos este bello Poema Acróstico sobre la mujer

IX. POEMA ACROSTICO SOBRE LA MUJER PERFECTA
           
Una mujer completa ¿Quién la encontrara?
                         es mucho más valiosa que las perlas.
En ella confía el corazón de su marido,
                             y no será sin provecho.
                       Le produce el bien, no el mal,
                           todos los días de su vida.
                       Se busca lana y lino
                            y lo trabaja con manos hacendosas.
                       Es como nave de mercader
                que de lejos trae su provisión.
                      Se levanta cuando aún es de noche
                            da de comer a sus domésticos
                           y órdenes a su servidumbre.
                      Hace cálculos sobre un campo y lo compra;
                           con el fruto de sus manos planta una viña.
Se ciñe con fuerza sus lomos      
                             y vigoriza sus brazos.
                     Siente que va bien su trabajo,
                            no se apaga por la noche su lámpara.
                     Hecha mano a la rueca,
                           sus palmas toman el uso.
                    Alarga su palma al desvalido,
                         y tiende sus manos al pobre,
                     Por lo que hace a su casa, no teme a la nieve,
                           pues todos los suyos tienen vestido doble.
                    Para sí se hace mantos,
                           y su vestido es de lino y purpura.
Su marido es considerado en las puertas,
                          cuando se sienta con los ancianos del país.
Hace túnicas de lino y las vende,
                           entrega al comerciante ceñidores.
Se viste de fuerza y dignidad,
                             y se ríe del día de mañana.
Abre su boca con sabiduría,
                lección de amor hay en su lengua.
Está atenta a la marcha de su casa,
                            y no come pan de ociosidad.
Se levantan sus hijos y la llaman dichosa;
                            su marido, y hace su elogio;
Muchas mujeres hicieron proezas,
                           ¡pero tú las superas a todas!
Engañosa es la gracia, vana la hermosura,
                          la mujer inteligente y piadosa, esa será alabada.
Dadle del fruto de sus manos
                        y que en las puertas la alaben sus obras.

Proverbios 31 versículos del 10-31.                                08 de marzo de 2016


Sor Clotilde

 


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