AFECTOS
A CRISTO SACRAMENTADO PARA DESPUES DE LA COMUNION.
Yo soy de Dios: oh
dulce pensamiento,
Que anega el alma en
celestial amor,
Un Dios potente,
hasta albergarse llega
En mi pobre y
estrecho corazón.
Yo soy de Dios: el
cielo me contempla,
Y el ángel que se
acerca á mí veloz,
Halla mi pecho en
templo convertido,
Donde el Eterno fija
su mansión.
Yo soy de Dios: la
sangre inmaculada
Que de una Virgen
cándida tomó,
¡Oh gran prodigio! Con
mi sangre llega
Hasta mezclarse en
misteriosa unión.
Yo soy de Dios: se
abisma el pensamiento
Cuando en mi pecho
fija su mansión;
Con reverencia el
alma le recibe,
Mientras el serafín
tiembla á su voz.
Yo soy de Dios: mis
ojos se recrean
Al contemplar
absortos de esplendor
Desaparecer encantos
terrenales;
Huye ante la verdad
toda ilusión.
Yo soy de Dios: el
salvador del hombre,
El Rey de reyes hasta
mi bajó;
Al recibirle en lágrimas
desecho
Mi espíritu se
inflama en santo amor.
Yo soy de Dios: hasta
el postrer momento
Sólo he de hallar
encantos en mi Dios;
Su dulce nombre ha de
sellar mis labios
Al dirigirle mi
última oración.
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