INFALIBLE.
¿En qué consiste la infalibilidad de la Iglesia? En que la Iglesia jamás puede equivocarse cuando enseña las verdades que hay que creer, los deberes que hay que cumplir, y el culto que hay que dar a Dios.
La Doctrina de la Iglesia, en lo que concierne al Dogma, a la Moral y al Culto, como es Revelación Divina, es perfecta en sí misma e infalible, Jesucristo, infalible por naturaleza, participa de su infalibilidad a su Iglesia, y en Ella, directamente al sumo Pontífice su Vicario, pero con las debidas condiciones.
Cuando el Papa habla en nombre de Dios y de la Iglesia, no como maestro común, sino como Doctor Universal, sobre asuntos de Fe y Costumbres, se dice que entonces habla "Ex-Cáthedra" (Desde la Cátedra por excelencia).
En otras cosas, y aún en las de Fe y Costumbres, si habla como persona particular, podría equivocarse, sin más trascendencia que no fuera la demostración de la miseria humana.
Tengamos presente que esta infalibilidad "Ex-Cáthedra" es participada por Jesucristo y siempre con la asistencia del Espíritu Santo; y se hace necesaria porque de ello depende la credibilidad de la Iglesia y la salvación de las almas. Va en ello la veracidad del mismo Dios, que prometió ratificar en el Cielo cuanto su Vicario en la tierra atara o desatara.
De igual prerrogativa gozan los Obispos reunidos en Concilio Ecuménico bajo la presidencia del Papa.
Por tanto, Obispos, Sacerdotes, Religiosos y todos los fieles en general, están obligados a no salirse de la auténtica doctrina, y se han de sujetar a las definiciones dogmáticas y enseñanzas "Ex-Cáthedra" del sumo Pontífice y de los Concilios Ecuménicos.
Manchando la historia de la Iglesia está Martín Lutero, Sacerdote regular de la Orden Agustina, quien rompió con la Doctrina Infalible, con la Autoridad Papal, y cayó en espantosas herejías y se hizo una nueva religión a su gusto, la Luterana.
Nadie se pierde, repito, si vive conforme a las enseñanzas de ayer, de hoy y de siempre, de la Iglesia Infalible, Una, Santa, Católica y Apostólica.
Jesucristo ha entregado a la Iglesia el Depósito de la Revelación para que la transmita en su integridad a todas las generaciones; pero Ella no la podrá transmitir si está expuesta a engaños. Por esto, una de sus cualidades o propiedades es la infalibilidad, ya que ha de ser siempre fiel custodia del Sagrado Depósito de la Fe.
Si existe otra Iglesia que sea Una, Santa, Católica y Apostólica y que, además posea en sí y en su religión las propiedades de Visible, Perpetua, Invariable e Infalible, que me la muestren y luego me la demuestren. Pero como esto es imposible, me quedo con mi Iglesia, la única que fundó Jesucristo, amándola entrañablemente.
La Iglesia, además de ser Madre y custodia de nuestra Doctrina, es Maestra entregándonos mediante el Magisterio Eclesiástico, la Revelación divina Pública.
¿Qué es el Magisterio Eclesiástico? El Magisterio Eclesiástico es la misión encomendada y la capacidad infundida por Cristo a los Apóstoles y sus sucesores, de enseñar con autoridad suprema la verdadera Doctrina y las prácticas conducentes a la salvación eterna.
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