miércoles, 26 de marzo de 2014

Desequilibrio del hombre por el pecado (cont).

Para este mundo, en las cosas, hechos o circunstancias, etc. no existe ni lo malo ni lo bueno, las cosas en sí, no son valorables, sino sólo en relación con el gusto o el disgusto, el querer o el no querer del individuo.

Sin embargo, lo que es malo es malo y lo que es bueno es bueno; no depende de mi concepción o de lo que yo quiera hacer para convertir lo bueno en malo o lo malo en bueno. La bondad o malicia de las acciones, palabras o pensamientos, reside en la esencia de las cosas, en el ser de todo lo abstracto o concreto y, por tanto, es imposible sustituir.

En estos equivocados juicios que hace el mundo de hoy y que se han convertido en errores universales, falta la más elemental reflexión lógica. ¡Bendita lógica que nos conduce a la verdad! Hace falta contemplar la naturaleza entera a la luz de Dios y comunicarse con EL, para encontrar la VERDAD ETERNA, que nos conduce, sin esfuerzo, a toda verdad.

"¿Cuándo, Dios mío, conocerá el hombre que el pecado que tiene contra Vos lo entorpece? ¿Cuando entenderá que lo que en miles de años, no ha podido convertir en su provecho, lo haría desde el momento en que buscase todas las cosas en Vos?" (José Pallés)


PECADO.


El que el hombre desconozca el mal, en consecuencia el pecado, no quiere decir que éste no exista; "Casi toda la Biblia habla de esta realidad a la que llamamos pecado. Los términos con los que designa el pecado el A.T. son múltiples y están tomados de ordinario de las relaciones humanas: mal, falta, iniquidad, rebelión, injusticia. El judaísmo añadirá el de deuda, del que también usará el N.T., pero mas generalmente se presenta al pecador como el que hace el mal ante los ojos de Dios" (León Dufourt).

"El pecado es un Misterio, tiene un sentido profundamente religioso porque para conocerlo necesitamos la luz de la Revelación Divina, el pecado escapa a la razón y ni la Antropología, ni la Historia, ni la Psicología, ni la ética, ni las Ciencias sociales pueden penetrar su profundidad".

¡Cómo entonces el hombre de hoy, tan lejos de Dios, va a entender lo que es pecado! Vuelvo a lo que dije al principio: para el hombre, el mal es aquello que le afecte a su persona, a su materia, algo que dañe real o aparentemente lo suyo: Eso es lo que entiende como mal, como malo.



¿QUE ES EL PECADO?


"El pecado es una falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta ... Pero, sobre todo es la falta al Amor verdadero de Dios y del prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos bienes. "Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana" (San Agustín) y el mismo Santo resume: "como una palabra, como un acto o un deseo de hacerse como "dioses" pretendiendo conocer y determinar el bien y el mal" (Gn.III,5).

El pecado es así; "amor de sí hasta el desprecio de Dios" (ibid cid, 1, 14,28).

"Por esta exaltación orgullosa de sí, el pecado es diametralmente opuesto a la obediencia de Jesús que realiza la salvación (cf. Flp. 2,6,9.).


"Contrarios a la Ley Eterna"

El pecado es una ofensa a Dios; "Contra Ti sólo he pecado, lo malo a tus ojos cometí" (Salmo 51, 6).

El pecado, en general puede definirse también: "el pecado es una transgresión a la Ley de Dios.

"Pecado es toda acción u omisión voluntaria contra la Ley de Dios que consiste en hacer, pensar o desear algo contra los Mandamientos de la Ley de Dios o de la Iglesia, o faltar al cumplimiento del propio deber ..."

El pecado es la rebeldía contra el mismo Dios: cualquier acción, cualquier pensamiento, cualquier deseo que vaya en contra de las Leyes de Dios, sea de las Leyes naturales impresas en la conciencia del hombre o bien, en contra de las escritas, por el mismo Dios en las tablas de la Ley entregadas a Moisés, se llama pecado.

Por lo que, quien se guarda de hacer el mal y no peca es agradable a los ojos de Dios:

"Tú no eres Señor, un Dios al que pudiera la maldad agradarle, ni el malvado es tu huésped, ni ante TI puede estar el arrogante.

Al malhechor detestas y destruyes, Señor, al embustero; aborreces al hombre sanguinario y a quien es traicionero.

Que se alegren con júbilo eterno los que se acogen a Ti, protégelos, que se regocijen los que te aman" (Del Salmo No. 5).

Hoy se llama retrógrado, ignorante, fanático... al que guarda la Ley de Dios, es decente y su vida es una coherencia entre lo que cree y lo que vive.

Cuando, que, ciertamente, los retrógrados, e insensatos, son aquellos que sin juicio alguno, siguen las modalidades del pensamiento y de la acción sin descubrir sus fatales consecuencias. Hablan de la época Medieval, sin conocer a fondo la Historia, sino que su documentación y toda su "ciencia" esta fundada en las historietas propaladas por los enemigos de Dios y de la humanidad.

Después de todas estas definiciones del pecado, de las que unas pueden ser mas cortas, otras mas largas y cuya forma parece diferente; la verdad es que en esencia, todas definen de igual manera; el pecado rompe con la Ley de Dios y, en consecuencia, se enfrenta al mismo Dios.

Invito a los lectores a que leyendo en calma y con reflexión todas estas definiciones del pecado, se enfrenten a la verdad y concluyan:

a) si el pecado ya no existe, 

b) si el mal no es pecado, y sobre todo, ¿cuánto pecas tú?




LO QUE FUE PECADO, LO ES Y LO SERÁ.


Igualmente en el año 200 antes de Cristo, como ahora, en el 2002 después de Cristo, lo que se consideró pecado, lo es hoy, y lo será siempre. Dios no ha dictado una nueva Ley. Su ley es eterna.

Así como la verdad existe, podamos aprehenderla o no. Así como la verdad puede abstraerse, entenderse ó expresarse, pero, jamás hacerse, ni darle consistencia propia, 'Ni podríamos, sin error, sostener que la verdad es relativa y que cada quien puede concebir del mismo hecho, circunstancia o cosa, su propia verdad, porque es la verdad la que da cuerpo e ilumina a nuestro entendimiento y no nuestro entendimiento quien da luz a una verdad que no existe; asimismo la moral y las leyes, tienen su propia esencia, y quien rompe con la Ley o la moral, ¡peca indudablemente!, ya que lo bueno y lo malo aunque sean abstractos los conceptos tienen su propia esencia, aplicable a pensamientos, obras y deseos. Y no depende del juicio equivocado del ser humano, calificar a su arbitrio lo que quebranta la Ley o no la quebranta. Solamente juzgando a la Luz de la fe y con la Ley divina en la mano, podemos resolver lo que es pecado.

Pero el hombre, en su precipitada carrera y lleno de soberbia, va implantando su propio credo, sus particulares leyes y un culto singular y corrompido, al dios que en su conveniencia ha 
concebido.

Sin embargo, Dios no ha cambiado las leyes, porque es sabio y no se equivoca; porque es inmutable y no cambiante, porque las leyes dadas en el Monte Sinaí, tienen como fundamento la voluntad de Dios eterno y son aplicadas al hombre, para quien fueron promulgadas, y el hombre creatura de Dios es esencialmente el mismo.

La naturaleza de toda criatura, desde la Creación hasta el momento presente, es la misma, podrán cambiar los accidentes, pero no su esencia o naturaleza; y si en los animales, vegetales y minerales, no hay ni habrá cambio esencial, mucho menos lo habrá en el hombre, y si el hombre por esencia y naturaleza es siempre el mismo, las leyes naturales y positivas aplicadas al hombre, será imposible cambiarlas.

Así que si el hombre rompe con las Leyes de Dios, comete pecado y, aunque la Ciencia, la tecnología y toda la degradación actual, lo haga sentirse prepotente, la omnipotencia corresponde sólo a Dios.

"Si no te humillas, tú que no sabes esparcir ni producir mas que la muerte, tu mismo destruirás y reducirás a la nada lo que ahora es motivo para que te engrías y se crea un Dios la criatura mas pecadora y diminuta".

"La exaltación, el triunfo de la raza humana, la gloria del porvenir esta en nuestra mano. Postrémonos a las plantas de Jesús nuestro Salvador, adoremos su divino Corazón y pidamos, todos los auxilios necesarios" (José Pallés).

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