viernes, 30 de octubre de 2015
jueves, 29 de octubre de 2015
"La Pobreza" (1-9)
El tema esta dividido en 9 videos.
domingo, 25 de octubre de 2015
Primero de noviembre, Todos Santos (final)
¿Cómo se conmemora hoy a "Todos los Santos"?
Muy
mal. Contemplamos que el Primero de
noviembre para muchos, es el recuerdo de los difuntos y unidos a este error, se
suman otros gravísimos, de los cuales se hacen cómplices, por malicia e
ignorancia; pero lo peor que ha sucedido es confundir esta fiesta radiante,
esplendorosa y llena de gloria, por la obscura y aberrante celebración de
“Halloween”.
“Halloween”, fiesta de origen satánico,
surgida en Inglaterra, en una reunión de Brujas; no como las de los cuentos,
sino verdaderas brujas quienes tenia pacto con Satanás. De Inglaterra, lógicamente,
fue llevada a los Estados Unidos de donde no sólo nos ha venido la desgracia
del Protestantismo; sino toda impiedad, modas, malas costumbres y además la
diabólica celebración de Halloween.
Me
pregunto: ¿Cómo es posible que los sacerdotes desde el “pulpito” no prevengan a
la sociedad, de este gran peligro que ya está esfumando la Fe, e incluyendo el
desprecio a lo bello, a lo sublime; para implantarse disfraces grotescos,
obscuros, con permiso de los ignorantes padres de familia? Edificios, casas, tiendas,
con figuras de espectros diabólicos.
Católicos,
eso dicen que son… Pero no tienen convicciones, ni personalidad propia ni
carácter.
“Padres,
madres de familia, maestros, religiosas, etc., enseñen el verdadero camino a
los niños, no sean cooperadores y apoyo para que inviertan lo bello, lo
sublime, por las tinieblas”.
¿A
dónde te diriges humanidad sin Dios?
“Pueblo
mío, ¿Qué te hice Yo? ¿Oh, en que te contristado? ¡Respóndeme!
“¡Yo
te exalté con gran poder!”
“¡Tú
me suspendiste en el patíbulo de la Cruz!”
“¡Pueblo
mío!, ¿Qué te hice Yo?”
¿En
qué te he contristado? ¡Respóndeme!
Canto
durante la Adoración de la Santa Cruz, llamada “Improperios” y que se canta El
Viernes Santo.
Es
una queja de Cristo a quienes lo crucificaron y a nosotros que lo seguimos
crucificando.
Y yo
les pregunto: ¿Porqué hemos abandonado a Cristo Dios y Hombre Verdadero. A su
auténtica Doctrina, de ayer, de hoy y de siempre?
Volvamos
al Único y Verdadero Dios y el Primero de noviembre, además de la Santa Misa,
gocemos como Santa Teresita Del Cielo en la tierra, mirando lo Santo, en contemplación
perpetua a Dios, Y alrededor a la Santísima Madre de Dios y nuestra; a nuestro
Padre San José y todos los Ángeles.
Por Sor Clotilde García Espejel, E.D.
sábado, 24 de octubre de 2015
Primero de Noviembre, todos los Santos. (continua)
P R I M E R O D E N O V I E M B R E
T O D O S L O S S A N T O S
BREVE HISTORIA
DE ÉSTA FIESTA CELESTIAL
Podríamos
decir, y no aventuradamente, que ésta Fiesta guarda su origen en la Celebración
que se hacía de los Mártires.
El
Papa Bonifacio IV, hizo trasladar los restos de los Mártires al panteón que
fuera Templo de Agripa, dedicado a todos los dioses del paganismo. Cuéntase de un
gran número de carrozas con restos de Mártires que llevaron de las catacumbas
al referido panteón, el cual habiase ya
bendecido, y quedando mayormente bendito a la entrada de los Santos Mártires,
que allí eran sepultados.
La
conmemoración de todos los Santos, no sólo de los Mártires, se comenzó a
celebrar en Oriente. En el siglo VIII se encuentra ya en Occidente en
diferentes fechas.
El martirologio
venera al Papa Gregorio IV (827-844) por haberla extendido a toda la
Cristiandad.
Pero
además el Papa Gregorio III (731-741) ya
había presidido con anterioridad en esta decisión.
Sin
embargo, el Papa Gregorio VII trasladó el aniversario de esta dedicación, al
Primero de noviembre.
Nota:
“No sólo a los Mártires que dieron ejemplo con su sangre, sino también a los
confesores y doctores, a las vírgenes y a los anacoretas.
San Isidro
¿A QUIÉNES CELEBRA LA IGLESIA?
La
Iglesia que, a través de la Liturgia, va celebrando durante el año, el recuerdo
de cada uno de los Santos, hoy los reúne a todos en una Fiesta común,
universal.
La
celebración Litúrgica de “Todos los Santos…” no evoca solo a los Santos
canonizados, sino a aquellos que habiendo ingresado del lecho al cielo, no son
presentados al público como Santos, pero lo son en el Cielo.
Ahora
escuchen esto: igualmente son festejados por la Iglesia, aquellos, que antes de
entrar al Cielo, se purifican en el purgatorio y que, después de haber limpiado
sus almas se van al Cielo y también son elevados a la Santidad.
En
conclusión: El Primero de noviembre
recordamos a los Santos canonizados; a los Santos que, aunque hacia la tierra
no fueron proclamados, en el Cielo, ya
forman la procesión de los Santos y, finalmente, también son Santos los que
salidos ya del purgatorio, gozan de Dios por siempre, por siempre.
A
éste hermoso conjunto de santos le llamamos “Iglesia Triunfante” y ¿Cómo no
hemos de llamarles así, cuando ya han logrado retornar al Eterno Padre, de
donde hemos salido?”.
Estos
son los Verdaderos triunfadores, los que supieron, de alguna u otra forma,
vivir en plenitud las virtudes de la Fe, la Esperanza y la Caridad. La
prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza. Y siempre dentro de la
Barca de Pedro.
Además,
ante la experiencia del dolor, del sufrimiento, de la negación… no conocieron la desesperanza; sino la aceptación
a la Voluntad Divina y que, ante el gozo y la alegría que ofrece el mundo,
supieron usar de lo usuable, no dejándose atrapar de lo efímero, lo pasajero,
vendiendo su Eternidad.
Han
triunfado, están en el sitio al que todos hemos sido llamados; “EL CIELO”, a contemplar a Dios, al Dios
que supieron glorificar en la tierra y que hoy contemplan en una luz infinita y eterna.
CONSIDERACIONES
Imitemos
a los Santos, vale la pena. Por ello la Iglesia los proclama Santos ante el
mundo, para que nos estimulen a vivir santamente y a imitar sus virtudes, escogiendo
nuestro propio modelo e imitando esencialmente, a través de ellos, al mismo
Cristo; ya que todos y cada uno de los Santos, imitaron a Nuestro señor
Jesucristo en la infinitud de dones que inspira el “Espíritu Santo”.
¡Adelante,
sigamos a Cristo a través de sus Santos, con los multiformes dones y gracias del “Espíritu Santo”!
Pensemos,
como dice el autor cristiano: ¿A cuántas personas que conocimos aquí en el
tiempo y que ya partieron, hoy festejamos?. ¡A muchas Almas!
Pensemos
en nuestros padres, hermanos, abuelos, parientes, amigos… a quienes tratamos y
tanto quisimos como a creaturas, que
luchando encontraron la victoria. Pidámosles que sean nuestros intercesores: no
únicamente para los bienes terrenos ó el remedio a nuestras enfermedades; sino
que nos alcancen de la Santísima Trinidad, luz y fortaleza para pisotear las
pasiones y elevarnos en la virtud, por medio de la oración y llegar al Cielo a
la contemplación de Dios en unión con ellos.
Por Sor Clotilde García Espejel, E.D.
(Continua)
jueves, 15 de octubre de 2015
La Jerarquía de los Valores (final)
EJEMPLOS:
POR SOR
CLOTILDE GARCÍA ESPEJEL, E.D.
Corre
el educando, lo presionan sus padres quienes están dispuestos a cualquier
sacrificio, por una exitosa profesión, aunque esto traiga apuros económicos y
una pésima alimentación y, a veces, lo que es peor, que el joven mal preparado
en su hogar, en su escala de valores, termina con el título o sin él pero con
la Fe perdida.
Pero
si todo este esfuerzo hubiera que hacerlo para ser instruído en su moral, en su
religión etc., se encontrarían millares de pretextos.
Defienden
los hombres, y en justicia, sus posesiones si alguien quiere arrebatárselas; y
no defienden así la inocencia de sus hijos. Reclaman los padres de familia a
los maestros y superiores el que corrijan a sus hijos, pero jamás advierten a
esos maestros, que no escandalicen a sus hijos con sus herejías e
inmoralidades.
Lloramos
y nos afligimos mucho por la muerte de un ser querido pero, mientras vivió, jamás
derramamos lagrimas para alcanzar su conversión. Contemplamos teatros, cines,
bares, antros, llenos de jóvenes que se pervierten, con lo cual, los
propietarios adquieren fabulosas fortunas, mientras los padres de esos jóvenes
viven tranquilos, aunque sus hijos, tengan corrupta el alma, bajo condición, de
que tengan incólume su cuerpo.
Catecismos desiertos, Iglesias vicias, inmoralidades, sacrilegios, hijos sin
padre, madres solteras, drogadicción… Rotos todos los límites de la moralidad y
nadie se queja, nadie llora, nadie agoniza.
Hoy es así: poder, placer y dinero= valores
supremos; moral y religión= valores ínfimos.
¡Pobre humanidad! Ha invertido los valores, ha
olvidado a Dios que es el valor supremo. No está consciente de la existencia de
su alma. Hoy, el valor supremo es el culto al cuerpo, pisoteando el espíritu y olvidando a Dios. A esto si podríamos
llamarle: “LA MUERTE DE DIOS”.
La
lógica de esta inversión de valores, es un mundo que vive en el placer; sin
embargo desconoce la felicidad, pues al invertir la causa, ha invertido los
efectos; al cambiar el orden, a variado en
los conceptos.
En
este sencillo artículo no se pretende enseñar en un instante, lo que se va
aprendiendo durante el curso de la vida y, solo anhelo, en nombre del Espíritu
Santo, despertar, motivar, inquietar
para que en busca de la felicidad y no del placer, se procure buscar la
jerarquía objetiva de los valores, sin la cual el hombre no puede ser feliz, ni
proyecta felicidad.
Para
dar fin a este artículo les propongo alcanzar la real y objetiva escala de
valores a través del estudio y la oración.
SOR CLOTILDE
GARCÍA ESPEJEL, E.D.
sábado, 10 de octubre de 2015
La Jerarquía de los Valores (continuación)
¿QUÉ ORDEN DEBEMOS SEGUIR EN ESTA ESCALA DE VALORES?
POR SOR
CLOTILDE GARCÍA ESPEJEL, E.D.
En una
escala de valores objetiva y por lo mismo real, síntesis y fundamento de toda
sólida formación: lo inferior que es el cuerpo, se subordina a lo superior que
es el alma espiritual. Y el alma a lo
supremo que es Dios. Los sentidos deben subordinarse a la razón y la razón a
Dios. Y todas las cosas que nos rodean, deben ser empleadas, utilizadas, enfocadas a este orden. “Dios y alma, Creador
y yo; todo lo demás es nada” (Cardenal Newman); Blondel decía: “Todo lo que no es Dios, se reduce a dos perros
que pelean por un montón de basura en la que nada encuentra el vencedor”.
En la
cúspide de la pirámide humana hemos de colocar a Dios, a menos que seamos
siempre una pirámide truncada que ha perdido su elevación y su hermosura. Se impone
lo Divino sobre lo humano, si queremos encontrarle sentido a la vida en la
perfecta organización de los valores.
“La
vida, el tiempo, no es más que un recipiente que debemos llenar, una ánfora preciosa
que henchida de perfume, bien debemos romper a los pies de Jesús”.
Oímos constantemente: que la jerarquía de los
valores, que el orden de los valores cuya especulación nos remonta a los más encontrados
pensamientos; que la Gracia, que Moral, que el Alma, que el Cuerpo; que lo
aparente, que lo real, que la Dignidad, que lo Necesario, que lo superfluo… en
fin, cada autor presenta su síntesis y uno queda en el anhelo de conjugarlos
todos para dar al lector un conocimiento completo, pero, al empezar este artículo
consulté, resumí, formule varios modos de expresión, otra forma de presentación;
pero al fin gano el amor y la verdad. ¿Qué, o quien es el amor? ¿Qué es la
verdad? El amor y la verdad es el mismo Dios, por tanto concreté: Dios, Espíritu
y Materia. Se pregunta uno siempre, desde que eran niño: y yo, ¿Para qué nací?
Y respondemos en este México Católico: “Para servir y amar a Dios en esta vida
y después verle y gozarle en la otra”.
¡Qué
forma más sencilla y clara de exponer y concebir la escala de valores!
Dios
como centro y altura, mi alma como una honda que se lanza a ese centro y a esa
altura, mi cuerpo unido a mi alma que sirve de custodia; todas las demás cosas:
concretas, abstractas, reales, necesarias, como medios para alcanzar el fin. Todas
las cosas ordenadas hacia Dios, subordinadas a Él.
Que fácil
sería comprender esta escala de valores, si cada acción ó cada acontecimiento,
fuera un medio para encaminar a mi alma al encuentro con Dios.
Lo que
dice el Concilio Vaticano II: “El Concilio proclama la primacía del orden moral
conjuntamente ordena todos los demás ordenes humanos, por dignos que sean sin
excluir el arte”.
Para
que haya mayor claridad en la práctica, citaremos este criterio de un autor contemporáneo:
PRIMER CRITERIO.- Valores Morales: libertad,
amor, dignidad, mutuo respeto, justicia, verdad.- Valores Materiales: casa, vestido, muebles,
terrenos, reloj, automóvil etc. El que prefiere y hasta pisotea el Valor Moral
por un material, esta visiblemente herrado.
SEGUNDO CRITERIO.- Valores Necesarios:
alimentos a la familia; convenientes: un regalo a un amigo; agradables: ir de
paseo. Debe preferirse lo necesario a lo conveniente, y lo conveniente
antes de lo agradable.
TERCER CRITERIO.- Valores Reales,
quienes siempre nos perfeccionan o enriquecen: estudiar Religión, practicar la
virtud; aparentes: son falsos, prometen un bien y nos despojan de otro mayor.
Pero,
sobre toda esta consideración, está el Valor Eterno: Dios, quien además, es
origen y fin de todo Valor. Más para
entender esto se necesita la Fe Católica, Valor lleno de Luz que ilumina y fortalece el camino hacia Dios en
orden y armonía.
Hoy el
mundo ha invertido los Valores y como ya hemos confirmado, el mundo maneja una
escala irreal, falsa y subjetiva.
Ejemplos:
SOR CLOTILDE
GARCÍA ESPEJEL, E.D.
miércoles, 7 de octubre de 2015
La jerarquía de los Valores
LA JERARQUIA DE LOS VALORES
POR SOR
CLOTILDE GARCÍA ESPEJEL, E.D.
La vida
es un don de Dios, el mayor de sus dones bastarianos unos segundos de reflexión
para comprobar que sin esta naciente y terrena vida, no alcanzaríamos la
grandeza, la sublimidad de la otra vida, que es la plenitud, la solidez y perennidad
de una vida que se inicia aquí y no concluye allá; sino en ese allá adquiere su
verdadera esencia, convertida en eternidad.
Pero
como no toca hoy hablar de la vida, sino solo por ser el primer valor, lo
hacemos como de paso e introducción. Por ahora dejamos a toda la sublime
belleza y profundidad de la vida como valor; para que el día que nos toque
hablar de ella solo digamos: “¡Ay de aquellos cuya vida se convierte en una fría
existencia en lugar de transformarla en fecunda y fervorosa!”
El que
solo existe es un problema para sí y para los demás; en cambio, el que vive y
sabe vivir es un don para sí y para los otros. El que solo existe, vegeta, se
confunde, se pierde en el común de la masa humana. El que vive, lucha, se nota,
es útil y benéfico para todos, y brilla por su presencia entre la humanidad. Hay que
vivir, pero saber vivir.
Y aprender
a vivir en la realidad, en la verdad, requiere poseer, a base de esfuerzo,
a)
Una autentica concepción
de las cosa;
b)
Una férrea voluntad
para actuar de acuerdo con el criterio, rectamente forjado.
La auténtica concepción
de las cosas supone una asimilación clara, valiente, objetiva, realista del
mundo físico, natural, espiritual, moral y religioso. Concebir el mundo tal
cual es en cada uno de sus elementos y en todo su armónico proceder, es hacer
una perfecta compresión y asimilación de la verdad que es la conformidad de la
palabra o del pensamiento con el objeto, con lo real o también con la verdad
misma.
Una de las mayores grandezas del hombre es
su entendimiento, con el penetra las causa últimas de las cosas y descubre las
leyes de la naturaleza. Por su entendimiento el hombre progresa, realiza los
inventos que le enorgullecen y lee en el interior de los seres. Ese entendimiento
le fue dado al hombre para alcanzar su finalidad y esa finalidad es, el
constante encuentro con la verdad: tesoro de los tesoros del entendimiento. Y como
la verdad suprema, absoluta es Dios y en dependencia de Él, están todas las
verdades. La relatividad en la verdad, solo depende de su comparación con la Verdad
Eterna, esa relatividad no quiere decir que hoy es y mañana no. La verdad siempre será verdad pues es la adecuación
del objeto con el entendimiento y,
aclaremos nuevamente la verdad relativa solo se entiende por la comparación de
lo fugaz con lo Eterno.
El tema de la verdad no ha de profundizarse
en este artículo, solo la hemos invocado en nuestro auxilio para señalar el
objeto de nuestro entendimiento y el punto de partida de nuestras concepciones.
En la auténtica concepción de las cosas de
la vida, es menester puntualizar, que solo aquel, que todo lo mira a través de
la verdad autentica y objetiva, logra alcanzar la asimilación solida clara,
profundamente certera de casos y cosas y da el paso fundamental y primero para
lograr que su vida sea eso: Una vida, y no únicamente una pobre existencia.
En esa asimilación, en ese conocimiento
cierto de casos, circunstancias, personas, objetos, etc., se adquiere el
verdadero valor de todo ello, que es lo que justamente, constituye la esencia,
no solo del vivir sino del saber vivir.
Al enhebrar una máquina de coser, vemos
como basta que la máquina en el enebro tenga una sola equivocación para que no
pueda realizar su fin; ya que el hilo no recorre el orden indicado, en la fisiología
del hombre, bastara la falla más pequeña para que todo su cuerpo se recienta. Y
es que el creador todo lo hizo en orden perfecto y nos prometió la felicidad
terrena bajo condición de no alterar, en ningún aspecto, el orden creado.
Lástima grande es que actualmente el ser
humano no reflexiona, pues de hacerlo, concluiría que las grandes penas de la
vida, las angustian, las desesperaciones, inestabilidades, enfermedades… solo
se debe a que el hombre ha alterado ese orden Divino, y esa alteración empieza
por dar a las cosas el valor que no tiene, o valorarlas superlativamente.
Nuestro hombre del momento, se distingue
por la subjetividad para juzgarlo todo: juzga, no por el valor del objeto, sino
por la conveniencia o disconveniencia que el objeto tiene para él. Es la pasión,
es la sensualidad, son los fines puramente terrenos quienes los animan a dar
valor a las cosas.
Nos es menester tener una apreciación recta
de las acciones humanas ó de los bienes, ó los valores que hemos de adquirí. A esto
llamaríamos tener una escala de valores. Pero una escala objetiva, real, verdadera,
y no aparente.
Quien se equivoca también forma una escala
de valores invertidos ó herrados. Es una escala subjetiva equivocada y, por lo
mismo, ya está alterando el orden de su vida y la de los que lo rodean.
¿QUÉ ORDEN DEBEMOS SEGUIR EN ESTA ESCALA DE
VALORES?
SOR
CLOTILDE GARCÍA ESPEJEL, E.D.
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