jueves, 29 de octubre de 2015

"La Pobreza" (8-9)


"La Pobreza" (7-9)

"La Pobreza" (6-9)


"La Pobreza" (5-9)


"La Pobreza" (4-9)


"La Pobreza" (3-9)


"La Pobreza" (2-9)


"La Pobreza" (1-9)

Hablando mucho de la pobreza, es poco lo que de ella se sabe. Ve y escucha este video y te ilustraras, sobre lo que es la "Pobreza". 
El tema esta dividido en 9 videos.

domingo, 25 de octubre de 2015

Primero de noviembre, Todos Santos (final)







¿Cómo se conmemora hoy a "Todos los Santos"?
         
          Muy mal. Contemplamos que  el Primero de noviembre para muchos, es el recuerdo de los difuntos y unidos a este error, se suman otros gravísimos, de los cuales se hacen cómplices, por malicia e ignorancia; pero lo peor que ha sucedido es confundir esta fiesta radiante, esplendorosa y llena de gloria, por la obscura y aberrante celebración de “Halloween”.
          “Halloween”, fiesta de origen satánico, surgida en Inglaterra, en una reunión de Brujas; no como las de los cuentos, sino verdaderas brujas quienes tenia pacto con Satanás. De Inglaterra, lógicamente, fue llevada a los Estados Unidos de donde no sólo nos ha venido la desgracia del Protestantismo; sino toda impiedad, modas, malas costumbres y además la diabólica celebración de Halloween.
          Me pregunto: ¿Cómo es posible que los sacerdotes desde el “pulpito” no prevengan a la sociedad, de este gran peligro que ya está esfumando la Fe, e incluyendo el desprecio a lo bello, a lo sublime; para implantarse disfraces grotescos, obscuros, con permiso de los ignorantes padres de familia? Edificios, casas, tiendas, con figuras de espectros diabólicos.
          Católicos, eso dicen que son… Pero no tienen convicciones, ni personalidad propia ni carácter.
          “Padres, madres de familia, maestros, religiosas, etc., enseñen el verdadero camino a los niños, no sean cooperadores y apoyo para que inviertan lo bello, lo sublime, por las tinieblas”.
          ¿A dónde te diriges humanidad sin Dios?
          “Pueblo mío, ¿Qué te hice Yo? ¿Oh, en que te contristado? ¡Respóndeme!
          “¡Yo te exalté  con gran poder!”
          “¡Tú me suspendiste en el patíbulo de la Cruz!”
          “¡Pueblo mío!, ¿Qué te hice Yo?”
          ¿En qué te he contristado? ¡Respóndeme!
          Canto durante la Adoración de la Santa Cruz, llamada “Improperios” y que se canta El Viernes Santo.
          Es una queja de Cristo a quienes lo crucificaron y a nosotros que lo seguimos crucificando.
 
          Y yo les pregunto: ¿Porqué hemos abandonado a Cristo Dios y Hombre Verdadero. A su auténtica Doctrina, de ayer, de hoy y de siempre?
          Volvamos al Único y Verdadero Dios y el Primero de noviembre, además de la Santa Misa, gocemos como Santa Teresita Del Cielo en la tierra, mirando lo Santo, en contemplación perpetua a Dios, Y alrededor a la Santísima Madre de Dios y nuestra; a nuestro Padre San José y todos los Ángeles.
 

 Por Sor Clotilde García Espejel, E.D.

sábado, 24 de octubre de 2015

Primero de Noviembre, todos los Santos. (continua)

P R I M E R O    D E    N O V I E M B R E



  T O D O S    L O S    S A N T O S

BREVE HISTORIA DE ÉSTA FIESTA CELESTIAL

          Podríamos decir, y no aventuradamente, que ésta Fiesta guarda su origen en la Celebración que se hacía de los Mártires.
          El Papa Bonifacio IV, hizo trasladar los restos de los Mártires al panteón que fuera Templo de Agripa, dedicado a todos los dioses del paganismo. Cuéntase de un gran número de carrozas con restos de Mártires que llevaron de las catacumbas al referido panteón, el cual  habiase ya bendecido, y quedando mayormente bendito a la entrada de los Santos Mártires, que allí eran sepultados.
          La conmemoración de todos los Santos, no sólo de los Mártires, se comenzó a celebrar en Oriente. En el siglo VIII se encuentra ya en Occidente en diferentes fechas.
          El martirologio venera al Papa Gregorio IV (827-844) por haberla extendido a toda la Cristiandad.
          Pero además el Papa Gregorio III (731-741)  ya había presidido con anterioridad en esta decisión.
          Sin embargo, el Papa Gregorio VII trasladó el aniversario de esta dedicación, al Primero  de noviembre.
          Nota: “No sólo a los Mártires que dieron ejemplo con su sangre, sino también a los confesores y doctores, a las vírgenes y a los anacoretas.

 
    San Isidro

 ¿A QUIÉNES CELEBRA LA IGLESIA?

          La Iglesia que, a través de la Liturgia, va celebrando durante el año, el recuerdo de cada uno de los Santos, hoy los reúne a todos en una Fiesta común, universal.
          La celebración Litúrgica de “Todos los Santos…” no evoca solo a los Santos canonizados, sino a aquellos que habiendo ingresado del lecho al cielo, no son presentados al público como Santos, pero lo son en el Cielo.
          Ahora escuchen esto: igualmente son festejados por la Iglesia, aquellos, que antes de entrar al Cielo, se purifican en el purgatorio y que, después de haber limpiado sus almas se van al Cielo y también son elevados a la Santidad.
          En conclusión:  El Primero de noviembre recordamos a los Santos canonizados; a los Santos que, aunque hacia la tierra no fueron  proclamados, en el Cielo, ya forman la procesión de los Santos y, finalmente, también son Santos los que salidos ya del purgatorio, gozan de Dios por siempre, por siempre.
          A éste hermoso conjunto de santos le llamamos “Iglesia Triunfante” y ¿Cómo no hemos de llamarles así, cuando ya han logrado retornar al Eterno Padre, de donde hemos salido?”.
          Estos son los Verdaderos triunfadores, los que supieron, de alguna u otra forma, vivir en plenitud las virtudes de la Fe, la Esperanza y la Caridad. La prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza. Y siempre dentro de la Barca de Pedro.
          Además, ante la experiencia del dolor, del sufrimiento, de la negación…  no conocieron la desesperanza; sino la aceptación a la Voluntad Divina y que, ante el gozo y la alegría que ofrece el mundo, supieron usar de lo usuable, no dejándose atrapar de lo efímero, lo pasajero, vendiendo su Eternidad.
          Han triunfado, están en el sitio al que todos hemos sido llamados; “EL CIELO”, a contemplar a Dios, al Dios que supieron glorificar en la tierra y que hoy contemplan en una  luz infinita y eterna.
         
CONSIDERACIONES

          Imitemos a los Santos, vale la pena. Por ello la Iglesia los proclama Santos ante el mundo, para que nos estimulen a vivir santamente y a imitar sus virtudes, escogiendo nuestro propio modelo e imitando esencialmente, a través de ellos, al mismo Cristo; ya que todos y cada uno de los Santos, imitaron a Nuestro señor Jesucristo en la infinitud de dones que inspira el “Espíritu Santo”.
          ¡Adelante, sigamos a Cristo a través de sus Santos, con los multiformes dones  y gracias del “Espíritu Santo”!
          Pensemos, como dice el autor cristiano: ¿A cuántas personas que conocimos aquí en el tiempo y que ya partieron,  hoy  festejamos?. ¡A muchas Almas!
          Pensemos en nuestros padres, hermanos, abuelos, parientes, amigos… a quienes tratamos y tanto quisimos como a creaturas,  que luchando encontraron la victoria. Pidámosles que sean nuestros intercesores: no únicamente para los bienes terrenos ó el remedio a nuestras enfermedades; sino que nos alcancen de la Santísima Trinidad, luz y fortaleza para pisotear las pasiones y elevarnos en la virtud, por medio de la oración y llegar al Cielo a la contemplación de Dios en unión con ellos.

Por Sor Clotilde García Espejel, E.D.


(Continua)

jueves, 15 de octubre de 2015

La Jerarquía de los Valores (final)

EJEMPLOS:                                               
POR SOR CLOTILDE GARCÍA ESPEJEL, E.D.

          Corre el educando, lo presionan sus padres quienes están dispuestos a cualquier sacrificio, por una exitosa profesión, aunque esto traiga apuros económicos y una pésima alimentación y, a veces, lo que es peor, que el joven mal preparado en su hogar, en su escala de valores, termina con el título o sin él pero con la Fe perdida.
          Pero si todo este esfuerzo hubiera que hacerlo para ser instruído en su moral, en su religión etc., se encontrarían millares de pretextos.
          Defienden los hombres, y en justicia, sus posesiones si alguien quiere arrebatárselas; y no defienden así la inocencia de sus hijos. Reclaman los padres de familia a los maestros y superiores el que corrijan a sus hijos, pero jamás advierten a esos maestros, que no escandalicen a sus hijos con sus herejías e inmoralidades.
          Lloramos y nos afligimos mucho por la muerte de un ser querido pero, mientras vivió, jamás derramamos lagrimas para alcanzar su conversión. Contemplamos teatros, cines, bares, antros, llenos de jóvenes que se pervierten, con lo cual, los propietarios adquieren fabulosas fortunas, mientras los padres de esos jóvenes viven tranquilos, aunque sus hijos, tengan corrupta el alma, bajo condición, de que  tengan incólume su cuerpo. Catecismos desiertos, Iglesias vicias, inmoralidades, sacrilegios, hijos sin padre, madres solteras, drogadicción… Rotos todos los límites de la moralidad y nadie se queja, nadie llora, nadie agoniza.
           Hoy es así: poder, placer y dinero= valores supremos; moral y religión= valores ínfimos.
           ¡Pobre humanidad! Ha invertido los valores, ha olvidado a Dios que es el valor supremo. No está consciente de la existencia de su alma. Hoy, el valor supremo es el culto al cuerpo, pisoteando el espíritu  y olvidando a Dios. A esto si podríamos llamarle: “LA MUERTE DE DIOS”.
          La lógica de esta inversión de valores, es un mundo que vive en el placer; sin embargo desconoce la felicidad, pues al invertir la causa, ha invertido los efectos;  al cambiar el orden, a variado en  los conceptos.
          En este sencillo artículo no se pretende enseñar en un instante, lo que se va aprendiendo durante el curso de la vida y, solo anhelo, en nombre del Espíritu Santo,  despertar, motivar, inquietar para que en busca de la felicidad y no del placer, se procure buscar la jerarquía objetiva de los valores, sin la cual el hombre no puede ser feliz, ni proyecta felicidad.
          Para dar fin a este artículo les propongo alcanzar la real y objetiva escala de valores a través del estudio y la oración.


SOR CLOTILDE GARCÍA ESPEJEL, E.D.


sábado, 10 de octubre de 2015

La Jerarquía de los Valores (continuación)

¿QUÉ ORDEN DEBEMOS SEGUIR EN ESTA ESCALA DE VALORES?
POR SOR CLOTILDE GARCÍA ESPEJEL, E.D.

          En una escala de valores objetiva y por lo mismo real, síntesis y fundamento de toda sólida formación: lo inferior que es el cuerpo, se subordina a lo superior que es el alma espiritual. Y el alma a lo supremo que es Dios. Los sentidos deben subordinarse a la razón y la razón a Dios. Y todas las cosas que nos rodean, deben ser empleadas, utilizadas,  enfocadas a este orden. “Dios y alma, Creador y yo; todo lo demás es nada” (Cardenal Newman); Blondel decía: “Todo lo que no es Dios, se reduce a dos perros que pelean por un montón de basura en la que nada encuentra el vencedor”.
          En la cúspide de la pirámide humana hemos de colocar a Dios, a menos que seamos siempre una pirámide truncada que ha perdido su elevación y su hermosura. Se impone lo Divino sobre lo humano, si queremos encontrarle sentido a la vida en la perfecta organización de los valores.
          “La vida, el tiempo, no es más que un recipiente que debemos llenar, una ánfora preciosa que henchida de perfume, bien debemos romper a los pies de Jesús”.
          Oímos constantemente: que la jerarquía de los valores, que el orden de los valores cuya especulación nos remonta a los más encontrados pensamientos; que la Gracia, que Moral, que el Alma, que el Cuerpo; que lo aparente, que lo real, que la Dignidad, que lo Necesario, que lo superfluo… en fin, cada autor presenta su síntesis y uno queda en el anhelo de conjugarlos todos para dar al lector un conocimiento completo, pero, al empezar este artículo consulté, resumí, formule varios modos de expresión, otra forma de presentación; pero al fin gano el amor y la verdad. ¿Qué, o quien es el amor? ¿Qué es la verdad? El amor y la verdad es el mismo Dios, por tanto concreté: Dios, Espíritu y Materia. Se pregunta uno siempre, desde que eran niño: y yo, ¿Para qué nací? Y respondemos en este México Católico: “Para servir y amar a Dios en esta vida y después verle y gozarle en la otra”.
          ¡Qué forma más sencilla y clara de exponer y concebir la escala de valores!
          Dios como centro y altura, mi alma como una honda que se lanza a ese centro y a esa altura, mi cuerpo unido a mi alma que sirve de custodia; todas las demás cosas: concretas, abstractas, reales, necesarias, como medios para alcanzar el fin. Todas las cosas ordenadas hacia Dios, subordinadas a Él.
          Que fácil sería comprender esta escala de valores, si cada acción ó cada acontecimiento, fuera un medio para encaminar a mi alma al encuentro con Dios.
          Lo que dice el Concilio Vaticano II: “El Concilio proclama la primacía del orden moral conjuntamente ordena todos los demás ordenes humanos, por dignos que sean sin excluir el arte”.
          Para que haya mayor claridad en la práctica, citaremos este criterio de un autor contemporáneo:
          PRIMER CRITERIO.- Valores Morales: libertad, amor, dignidad, mutuo respeto, justicia, verdad.-  Valores Materiales: casa, vestido, muebles, terrenos, reloj, automóvil etc. El que prefiere y hasta pisotea el Valor Moral por un material, esta visiblemente herrado.
          SEGUNDO CRITERIO.-   Valores Necesarios: alimentos a la familia; convenientes: un regalo a un amigo; agradables: ir de paseo. Debe preferirse lo necesario a lo conveniente, y lo conveniente antes de lo agradable.
          TERCER CRITERIO.- Valores Reales, quienes siempre nos perfeccionan o enriquecen: estudiar Religión, practicar la virtud; aparentes: son falsos, prometen un bien y nos despojan de otro mayor.
          Pero, sobre toda esta consideración, está el Valor Eterno: Dios, quien además, es origen y fin de todo Valor.  Más para entender esto se necesita la Fe Católica, Valor lleno de Luz que  ilumina y fortalece el camino hacia Dios en orden y armonía.
          Hoy el mundo ha invertido los Valores y como ya hemos confirmado, el mundo maneja una escala irreal, falsa y subjetiva.


          Ejemplos:


SOR CLOTILDE GARCÍA ESPEJEL, E.D.

    

                                                                      

miércoles, 7 de octubre de 2015

La jerarquía de los Valores

LA JERARQUIA DE LOS VALORES

POR SOR CLOTILDE GARCÍA ESPEJEL, E.D.
          La vida es un don de Dios, el mayor de sus dones bastarianos unos segundos de reflexión para comprobar que sin esta naciente y terrena vida, no alcanzaríamos la grandeza, la sublimidad de la otra vida, que es la plenitud, la solidez y perennidad de una vida que se inicia aquí y no concluye allá; sino en ese allá adquiere su verdadera esencia, convertida en eternidad.
          Pero como no toca hoy hablar de la vida, sino solo por ser el primer valor, lo hacemos como de paso e introducción. Por ahora dejamos a toda la sublime belleza y profundidad de la vida como valor; para que el día que nos toque hablar de ella solo digamos: “¡Ay de aquellos cuya vida se convierte en una fría existencia en lugar de transformarla en fecunda y fervorosa!”
          El que solo existe es un problema para sí y para los demás; en cambio, el que vive y sabe vivir es un don para sí y para los otros. El que solo existe, vegeta, se confunde, se pierde en el común de la masa humana. El que vive, lucha, se nota, es útil y benéfico para todos, y brilla  por su presencia entre la humanidad. Hay que vivir, pero saber vivir.
          Y aprender a vivir en la realidad, en la verdad, requiere poseer, a base de esfuerzo,
a)    Una autentica concepción de las cosa;
b)    Una férrea voluntad para actuar de acuerdo con el criterio, rectamente forjado.
La auténtica concepción de las cosas supone una asimilación clara, valiente, objetiva, realista del mundo físico, natural, espiritual, moral y religioso. Concebir el mundo tal cual es en cada uno de sus elementos y en todo su armónico proceder, es hacer una perfecta compresión y asimilación de la verdad que es la conformidad de la palabra o del pensamiento con el objeto, con lo real o también con la verdad misma.
     Una de las mayores grandezas del hombre es su entendimiento, con el penetra las causa últimas de las cosas y descubre las leyes de la naturaleza. Por su entendimiento el hombre progresa, realiza los inventos que le enorgullecen y lee en el interior de los seres. Ese entendimiento le fue dado al hombre para alcanzar su finalidad y esa finalidad es, el constante encuentro con la verdad: tesoro de los tesoros del entendimiento. Y como la verdad suprema, absoluta es Dios y en dependencia de Él, están todas las verdades. La relatividad en la verdad, solo depende de su comparación con la Verdad Eterna, esa relatividad no quiere decir que hoy es y mañana no. La  verdad siempre será verdad pues es la adecuación del objeto  con el entendimiento y, aclaremos nuevamente la verdad relativa solo se entiende por la comparación de lo fugaz con lo Eterno.
     El tema de la verdad no ha de profundizarse en este artículo, solo la hemos invocado en nuestro auxilio para señalar el objeto de nuestro entendimiento y el punto de partida de nuestras concepciones.
     En la auténtica concepción de las cosas de la vida, es menester puntualizar, que solo aquel, que todo lo mira a través de la verdad autentica y objetiva, logra alcanzar la asimilación solida clara, profundamente certera de casos y cosas y da el paso fundamental y primero para lograr que su vida sea eso: Una vida, y no únicamente una pobre existencia.
     En esa asimilación, en ese conocimiento cierto de casos, circunstancias, personas, objetos, etc., se adquiere el verdadero valor de todo ello, que es lo que justamente, constituye la esencia, no solo del vivir sino del saber vivir.
     Al enhebrar una máquina de coser, vemos como basta que la máquina en el enebro tenga una sola equivocación para que no pueda realizar su fin; ya que el hilo no recorre el orden indicado, en la fisiología del hombre, bastara la falla más pequeña para que todo su cuerpo se recienta. Y es que el creador todo lo hizo en orden perfecto y nos prometió la felicidad terrena bajo condición de no alterar, en ningún aspecto, el orden creado.
     Lástima grande es que actualmente el ser humano no reflexiona, pues de hacerlo, concluiría que las grandes penas de la vida, las angustian, las desesperaciones, inestabilidades, enfermedades… solo se debe a que el hombre ha alterado ese orden Divino, y esa alteración empieza por dar a las cosas el valor que no tiene, o valorarlas superlativamente.
     Nuestro hombre del momento, se distingue por la subjetividad para juzgarlo todo: juzga, no por el valor del objeto, sino por la conveniencia o disconveniencia que el objeto tiene para él. Es la pasión, es la sensualidad, son los fines puramente terrenos quienes los animan a dar valor a las cosas.
     Nos es menester tener una apreciación recta de las acciones humanas ó de los bienes, ó los valores que hemos de adquirí. A esto llamaríamos tener una escala de valores. Pero una escala objetiva, real, verdadera, y no aparente.
     Quien se equivoca también forma una escala de valores invertidos ó herrados. Es una escala subjetiva equivocada y, por lo mismo, ya está alterando el orden de su vida y la de los que lo rodean.

¿QUÉ ORDEN DEBEMOS SEGUIR EN ESTA ESCALA DE VALORES?

    

     SOR CLOTILDE GARCÍA ESPEJEL, E.D.