¿QUÉ ORDEN DEBEMOS SEGUIR EN ESTA ESCALA DE VALORES?
POR SOR
CLOTILDE GARCÍA ESPEJEL, E.D.
En una
escala de valores objetiva y por lo mismo real, síntesis y fundamento de toda
sólida formación: lo inferior que es el cuerpo, se subordina a lo superior que
es el alma espiritual. Y el alma a lo
supremo que es Dios. Los sentidos deben subordinarse a la razón y la razón a
Dios. Y todas las cosas que nos rodean, deben ser empleadas, utilizadas, enfocadas a este orden. “Dios y alma, Creador
y yo; todo lo demás es nada” (Cardenal Newman); Blondel decía: “Todo lo que no es Dios, se reduce a dos perros
que pelean por un montón de basura en la que nada encuentra el vencedor”.
En la
cúspide de la pirámide humana hemos de colocar a Dios, a menos que seamos
siempre una pirámide truncada que ha perdido su elevación y su hermosura. Se impone
lo Divino sobre lo humano, si queremos encontrarle sentido a la vida en la
perfecta organización de los valores.
“La
vida, el tiempo, no es más que un recipiente que debemos llenar, una ánfora preciosa
que henchida de perfume, bien debemos romper a los pies de Jesús”.
Oímos constantemente: que la jerarquía de los
valores, que el orden de los valores cuya especulación nos remonta a los más encontrados
pensamientos; que la Gracia, que Moral, que el Alma, que el Cuerpo; que lo
aparente, que lo real, que la Dignidad, que lo Necesario, que lo superfluo… en
fin, cada autor presenta su síntesis y uno queda en el anhelo de conjugarlos
todos para dar al lector un conocimiento completo, pero, al empezar este artículo
consulté, resumí, formule varios modos de expresión, otra forma de presentación;
pero al fin gano el amor y la verdad. ¿Qué, o quien es el amor? ¿Qué es la
verdad? El amor y la verdad es el mismo Dios, por tanto concreté: Dios, Espíritu
y Materia. Se pregunta uno siempre, desde que eran niño: y yo, ¿Para qué nací?
Y respondemos en este México Católico: “Para servir y amar a Dios en esta vida
y después verle y gozarle en la otra”.
¡Qué
forma más sencilla y clara de exponer y concebir la escala de valores!
Dios
como centro y altura, mi alma como una honda que se lanza a ese centro y a esa
altura, mi cuerpo unido a mi alma que sirve de custodia; todas las demás cosas:
concretas, abstractas, reales, necesarias, como medios para alcanzar el fin. Todas
las cosas ordenadas hacia Dios, subordinadas a Él.
Que fácil
sería comprender esta escala de valores, si cada acción ó cada acontecimiento,
fuera un medio para encaminar a mi alma al encuentro con Dios.
Lo que
dice el Concilio Vaticano II: “El Concilio proclama la primacía del orden moral
conjuntamente ordena todos los demás ordenes humanos, por dignos que sean sin
excluir el arte”.
Para
que haya mayor claridad en la práctica, citaremos este criterio de un autor contemporáneo:
PRIMER CRITERIO.- Valores Morales: libertad,
amor, dignidad, mutuo respeto, justicia, verdad.- Valores Materiales: casa, vestido, muebles,
terrenos, reloj, automóvil etc. El que prefiere y hasta pisotea el Valor Moral
por un material, esta visiblemente herrado.
SEGUNDO CRITERIO.- Valores Necesarios:
alimentos a la familia; convenientes: un regalo a un amigo; agradables: ir de
paseo. Debe preferirse lo necesario a lo conveniente, y lo conveniente
antes de lo agradable.
TERCER CRITERIO.- Valores Reales,
quienes siempre nos perfeccionan o enriquecen: estudiar Religión, practicar la
virtud; aparentes: son falsos, prometen un bien y nos despojan de otro mayor.
Pero,
sobre toda esta consideración, está el Valor Eterno: Dios, quien además, es
origen y fin de todo Valor. Más para
entender esto se necesita la Fe Católica, Valor lleno de Luz que ilumina y fortalece el camino hacia Dios en
orden y armonía.
Hoy el
mundo ha invertido los Valores y como ya hemos confirmado, el mundo maneja una
escala irreal, falsa y subjetiva.
Ejemplos:
SOR CLOTILDE
GARCÍA ESPEJEL, E.D.
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