sábado, 5 de diciembre de 2015

"Segundo Domingo de Adviento"

SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO




            “Pueblo de Sion, he allí que viene el Señor a salvar a las naciones; el Señor hará brillar la majestad de su voz para alegría de vuestro corazón. Si, Tú que gobiernas a Israel, atiende; Tú que guías a José como a una oveja”.
            El espíritu de Aviento, conforme caminamos al Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo nuestros días han de estar saturados de una noble nostalgia por la venida de Nuestro Redentor, de la misma manera que este sentimiento encaminó y llenó la época del Antiguo Testamento, al grado que constituyo un sentimiento místico cuyo espíritu llenaba los pensamientos, palabras y obras de los buenos israelitas.
            Para poder vivir nostálgicamente el Espíritu Navideño, es menester, conocer y creer plenamente en la venida del Mesías: “Tacha de mentirosa a toda la Escritura, aquel que niega el Dogma de la venida del Mesías”.
            “No es esta reminiscencia Veterotestamentaria una estéril imaginación ni una romántica regresión a las estepas de Palestina bajo las tiendas de Abraham, sino una fructuosa expectación, un fecundo deseo que enfervorizará nuestro corazón y lo dispondrá a recibir gracias sobrenaturales”.
              Para llegar a la profundidad de este insigne, eterno, infinito e inexplicable acontecimiento de un Dios que quiere salvar a sus creaturas es necesario conectarnos con la Iglesia para vivir en El Adviento un deseo ferviente de que nazca Cristo en nuestras almas.
            ¡Vendrá a nuestros corazones!
            “¡Ven Señor Jesús!”
            “Mueve, Señor, nuestros corazones para preparar los caminos de tú unigénito; a fin de que por su venida merezcamos servirte con almas purificadas”.


Sor Clotilde.
                                                                                   

 


















No hay comentarios:

Publicar un comentario