jueves, 10 de diciembre de 2015

"Tercer Domingo de Adviento"

TERCER DOMINGO DE ADVIENTO

“Regocijaos el Señor está Cerca”



lvador. Celebración que nos recuerda aquel feliz día para toda la creación; sobre todo, y con precisión, para la creatura humana hecha a Imagen y Semejanza de Dios, y, por quien, siendo Dios se hizo hombre para salvarlo de la esclavitud del demonio, del pecado y, en consecuencia, de la enemistad con Dios.

            Así que deseamos que para vivir aquel irrepetible momento de un Dios que baja del cielo a la tierra, nos pongamos a través del Sacramento de la Confesión en Gracia Santificante y, así, en la Santa Misa de Navidad hagamos real, presente el Nacimiento del Niño Dios en nuestras almas mediante la Sagrada Comunión, donde Jesucristo nos visitará con su Cuerpo, con su Sangre, con su Alma y con su Divinidad. Y nosotros plenos de amor y gratitud podamos ofrecerle nuestras vidas, a cambio de la vida que Él entregó por nosotros. Sin descuidar que hoy, igualmente, hemos de reflexionar en su Segunda Venida, que próxima o lejana, pero se realizará.



             Ahora terminaremos con una parte de los bellísimos sermones de aquel gran e inolvidable predicador: San Juan Crisóstomo y cuyo sermón nos es muy adecuado, no solo para la Navidad, sino para esta época en que el mundo naufraga en el error, en el pecado, en la disolución absoluta de la moral, hasta las peores acciones y el mismo e infamante crimen.

 “Yo los exhorto a que se despierten y a que levanten sus ojos hacia el sol de la justicia. Quien duerme no puede contemplar el sol ni recrear sus ojos con la visión bajo la belleza de sus rayos. Todo lo que ve, lo ve entre sueños. Por esto necesitamos confesar nuestros pecados y derramar muchas lágrimas, porque estamos pecando sin remordimiento, porque nuestras faltas son grandes y no merecen perdón. Muchos de los que me están escuchando son testigos de que no miento. Sin embargo, aunque no merezcamos perdón, convirtámonos y obtendremos una corona. Yo llamo “Convertirse” no solo apartarse del mal pasado, sino en practicar en adelante el bien –lo que es mucho mejor- el precursor de Nuestro Redentor dice: “Hagan frutos dignos de conversión”. ¿Cómo los haremos? Practiquemos las acciones contrarias. Como si dijera: ¿Has robado lo ajeno? entonces ahora da hasta lo que te pertenece. Para nuestra salvación no basta con arrancar el aguijón, también hay que aplicar la medicina sobre la herida. ¿En el tiempo pasado te has entregado a la gula y a la embriaguez? Ahora ayuna y bebe agua. Trata de evitar el daño que te ha venido por eso”. (San Juan Crisóstomo 344-407. Homilías sobre el Evangelio de San Mateo).

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Almas que viven en gracia…
Almas que buscan a Dios…
Almas que naufragan…
Almas todas:

En la reflexión y a través de la interiorización, hallaremos siempre la luz y el camino de la verdad que son:

EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPÍRITU SANTO
Sor Clotilde


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