domingo, 10 de enero de 2016

"La Epifanía" (continua)

LA EPIFANÍA

            “La Fiesta de la Epifanía que existía en Oriente y en ciertas Iglesias de Occidente, antes de penetrar a Roma, parece haber sido en su origen una Fiesta de la Natividad para la Iglesia.
El 6 de enero era para esas Iglesias, lo que es la Navidad para la Iglesia Romana. Introducida la Epifanía, en Roma, en la segunda mitad del siglo VI, se convirtió en el complemento y coronamiento de la Navidad, pues la Iglesias Orientales llegaron a celebrar con Roma el Misterio de la Navidad, el 25 de diciembre y entonces, el Occidente, adopto el 6 de enero para solemnizar la Epifanía”.
            Parece ser que a esta Gran Fiesta de la Epifanía que fue central para las Iglesias Orientales, nosotros sólo la vivimos como una celebración donde se reparten regalos a los niños.
            Muy hermoso es recordar nuestra infancia en espera de esos Tres Reyes Celestiales que llegaban cada año el 6 de enero. Sin embargo, cuanto más pasa el tiempo, nos olvidamos del gran contenido y expresión de esta Fiesta Eclesiástica.
            ¿Qué quiere decir Epifanía?
            Epifanía quiere decir “Manifestación”. Lo que celebra hoy la Iglesia es la manifestación del Señor al mundo entero.
            Después de darse a conocer a los pastores, se Revela a los Magos venidos de Oriente para adorarlo. Toda la Tradición Cristiana ha visto en los Magos las primicias de la gentilidad. Ellos preceden a todos los pueblos de la tierra, de suerte que la Epifanía, es una afirmación de que Jesucristo viene a salvar al mundo entero.
            Consideremos al Niño Dios en un pesebre o en una cueva, no importa, lo que trasciende es que allí Los Reyes atestiguan que ese Niño ese Rey, es Dios y es Hombre.
            Es Rey porque es y será el Rey de reyes y Señor de los señores y su majestad ha de vivir al fondo de cada creatura, de cada familia, de cada sociedad, de cada país… Él es, Cristo Rey.
            Es Dios, creador de todo lo existente, con todos los atributos del Único Verdadero Dios.
            Es Hombre, porque el Verbo se hizo Carne y hábito entre nosotros.
            Es el Hombre Dios, el Redentor que habrá de volvernos a la amistad con el PADRE.
            Los Santos Reyes venidos del Oriente, manifiestan al mundo que es Rey, Dios y Hombre pues le regalan oro, incienso y mirra.
            Es la primera y gran manifestación al mundo de ayer, de hoy y de siempre, de que ese Niño es Rey, Dios y Hombre
            “Es la hora de que el inmenso mundo pagano iniciará su camino para seguir a la estrella, que le llama para ir en pos de su salvación” (San León).
            Aquí está el sentido pleno de la magnífica profecía de Isaías:
             “De Sabá, vendrán todos trayendo oro e incienso, loores del Señor”. “¡Levántate Jerusalén resplandece, porque se levanta sobre ti, la gloria del Señor”



CONTINUA
           





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