domingo, 31 de enero de 2016

"La Purificación de la Virgen María"

Purificación de la Virgen María

        “Esta fiesta es una de las más antiguas de la Santísima Virgen María. Celebrada en Jerusalén desde el siglo IV, la Fiesta de la Purificación pasó después a Constantinopla y luego a Roma donde la encontramos, el Siglo VII, asociada a una procesión que parece ser anterior a la fiesta de la Virgen”.
            “La Purificación de la Santísima Virgen se realizó cuarenta días después del nacimiento del Salvador. Se halla, pues, unida al Misterio de la Navidad. La Iglesia la Celebra el 2 de febrero y, al mismo tiempo, la Presentación de Jesús en el Templo”.

 


            “Es una fiesta de Luz. Por su simbolismo, la procesión de la “Candelaria”, procesión de las candelas, evoca la manifestación de Cristo, Luz del mundo, recibido en el Templo por el anciano Simeón como el enviado de Dios: “Luz para iluminar a las gentes y gloria de Israel su pueblo”, el templo, centro de la piedad Israelítica, al recibir a Jesús dentro de sus muros parece que abrá de irradiar con dimensiones universales. La venida del Salvador al Templo. Es el tema principal de la fiesta; pero el pensamiento de la Santísima Virgen se halla presente en toda ella
            La Purificación era una prescripción de la antigua ley: Por su concepción virginal María estaba textualmente excluida de la Ley de la Purificación. Quiso, sin embargo, sujetarse a ella, como su hijo se sujetaba a la Ley de la Presentación de los primogénitos en el Templo, sin tener el Niño ninguna necesidad.
            En cumplimiento de ambas leyes sube hoy la Sagrada Familia al Templo. Allí espera al mesías el Anciano Simeón, que recibe regocijado en sus brazos al Salvador de Israel.
            Se concluye, Celebración del doble Misterio: la Presentación de Cristo y la Purificación de la Virgen María. Y bendícense hoy las candelas para acompañar con ellas encendidas a Cristo, Luz que ilumina al mundo.
            Recomendación: guárdense en casa las velas benditas; en la mano del agonizante la candela encendida es una protesta de fe en la inmortalidad gloriosa que Cristo nos ha merecido.
            Finalmente: estos piadosísimos Misterios nos dan ejemplos muy grandes de sencillez y de humildad. Ojalá reflexionemos en la profundidad de esta preciosa celebración.

Sor Clotilde


 















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