viernes, 29 de abril de 2016

                                             

                                       Continuación del Catecismo de la Iglesia Católica.




1614 En su predicación, Jesús enseñó, sin ambigüedad el sentido original de la unión del hombre y de la mujer, tal como el creador la quiso al comienzo: la autorización, dada por Moisés, de repudiar a su mujer era una concesión a la dureza del corazón ( cf Mt. XIX, 8 ) ; La unión matrimonial del hombre y de la mujer es indisoluble: Dios mismo la estableció: ¨Lo que Dios unió que no lo separe el hombre¨ ( Mt XIX,6 ).
1615 Esta insistencia inequívoca, en la indisolubilidad del vínculo matrimonial puede causar perplejidad y aparecer como una exigencia irrealizable ( cf Mt XIX, 10 ). Sin embargo, Jesús no impuso a los esposos una carga imposible de llevar y demasiado pesada ( cf Mt XI 29-30 ) más pesada que la ley de Moisés. Viniendo para restablecer el orden inicial de la creación perturbado por el pecado da la fuerza y la Gracia para vivir el matrimonio en la dimensión nueva del Reino de Dios. Siguiendo a Cristo, renunciando a sí mismo, tomando sobre si sus cruces ( cf Mt 8,34 ),los esposos podrán ¨comprender¨( cf Mt XIX, 11 ) el sentido original del matrimonio y vivirlo con la ayuda de Cristo. Esta gracia del matrimonio cristiano es un fruto de la cruz de Cristo, fuente de toda la vida cristiana.
1616 Es lo que el apóstol San Pablo da a entender diciendo: ¨maridos amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla¨( Ef V,25-26 ), y añadiendo enseguida: ¨por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne¨. Gran misterio es éste lo digo respecto a Cristo y a la Iglesia¨ ( Ef V,31-32 ).
1617 Toda la vida cristiana está marcada por el amor esponsal de Cristo y de la Iglesia. Ya el bautismo, entraba en el pueblo de Dios, es un misterio nupcial. Es, por así decirlo, como el baño de bodas ( cf Ef V,26-27 ) que precede al banquete de bodas, la Eucaristía. El matrimonio cristiano viene a ser por su parte signo eficaz, sacramento de la alianza de Cristo y de la Iglesia. Puesto que es signo y comunicación de la gracia, el matrimonio entre bautizados es un verdadero sacramento de la nueva alianza (cf DS 1800;cf CICcan.1055,2 ).
 Los Efectos del Sacramento del Matrimonio.
1638 ¨Del matrimonio valido se origina entre los cónyuges un vínculo perpetuo y exclusivo por su misma naturaleza; además en el matrimonio cristiano los cónyuges son fortalecidos y quedan como consagrados por un sacramento peculiar para los deberes y la dignidad de su estado¨ ( CIC can.1134 ).
El Vínculo Matrimonial.
1639 El consentimiento por el que los esposos se dan y reciben mutuamente es sellado por el mismo Dios ( cf marcos 10,9 ) de su alianza ¨nace una institución estable por ordenación divina, también ante la sociedad¨ ( GS 48,1 ). La alianza de los esposos está integrada en la alianza de Dios con los hombres: ¨el auténtico amor conyugal es asumido en el amor divino¨ ( GS XXXXVIII,2 ).
1640 Por tanto, el vínculo matrimonial es establecido por Dios mismo, de modo que el matrimonio celebrado y consumado entre bautizados no puede ser disuelto jamás. Éste vínculo que resulta del acto humano libre de los esposos y de la consumación del matrimonio es una realidad ya irrevocable y da origen a una alianza garantizada por la fidelidad de Dios. La Iglesia no tiene poder para pronunciarse contra esta disposición de la sabiduría divina ( cf CIC can.1141 ).
La Gracia del Sacramento del Matrimonio.
¨ ¿De dónde voy a sacar la fuerza para describir de manera satisfactoria la dicha del matrimonio que celebra la Iglesia, que confirma la ofrenda, que sella la bendición? . los ángeles lo proclaman, el padre celestial lo ratifica…¡qué matrimonio el de dos cristianos, unidos por una sola esperanza, un solo deseo, una sola disciplina, el mismo servicio!. Los hijos de un mismo padre, servidores de un mismo Dios; nada los separa, ni en el espíritu, ni en la carne, al contrario, son verdaderamente dos en una sola carne. Donde la carne es una, también es uno el espíritu ( tertuliano,ux.2,9;cf FC 13 ).

Hasta aquí el Catecismo de la Iglesia Católica.

                                                                


                                 



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