miércoles, 19 de febrero de 2014

De las tinieblas a la luz (final).

LA MUERTE ES ÚNICA E ÍNTIMA PARA CADA HOMBRE.


La muerte es única para cada uno de los hombres. Es ley general y universal, el hombre muere una sola vez, Doctrina Católica que va en contra de la falsa reencarnación. Es íntima porque la sufre cada hombre en lo más profundo de su ser.


¿QUÉ NO ES LA MUERTE?


La muerte no es un ser, no es una substancia, no es una persona, la muerte es un hecho, un acontecimiento. Por tanto la imagen que han creado de la muerte es un gravísimo error, la imagen que impía y sacrílegamente veneran como la Santa Muerte, es un esqueleto, es la imagen de una criatura humana ya descarnada por los años que han pasado en torno a su fallecimiento.

Y así en forma de esqueleto, ha sido representada por varios artistas en todos los ambientes; la antigüedad griega hacía de la muerte un dios, la representaba con los trazos armoniosos de un adolescente adormecido o como el genio a lado de reposo eterno.

Los romanos representaron a la muerte bajo la forma de un esqueleto y adornaba con esta figura los cubiletes de plata y los vasos para deber, indicando así que la vida es breve y que es necesario aprovechar.

En la Edad Media se imaginó y se creó la horrorosa y realista representación de la muerte como un espantoso esqueleto, en parte cubierto por un manto y que sostiene la guadaña y el reloj de la arena.

Ese esqueleto, no es la muerte ni siquiera una imagen y por ningún motivo, puede ser venerada, sin dejar de faltar a la Doctrina Católica y de ofender gravemente a Dios.

No cabe duda, que esta liberalidad concedida a la humanidad con respecto a todo y exclusivamente a la Fe, ha traído este sin número de errores, desbarrando hasta la herejía y adorando a una figura esquelética índole llama "La Santa Muerte". Es verdaderamente un retroceso al paganismo, a la búsqueda de dioses falsos, porque al verdadero Dios no lo han conocido y si lo conocieron, ya lo han traicionado.

La muerte no es una persona, pues una persona es un individuo de orden espiritual, dotado de naturaleza espiritual en su peculiaridad incomunicable. En el mundo terreno es decir en la tierra, sólo el hombre es persona. 

No es una substancia: pues substancia es lo que tiene su ser no en otro, sino en sí. La substancia lleva en sí el ser, su sentido y su valor. Existe en sí misma y es sostén de cualidades, atributos, accidentes ...¿qué es un hecho? Es un suceso o cosa que sucede, ¿qué es un acontecimiento? Un acontecer, sinónimo de suceso y eso es la muerte un suceso.

No es ni siquiera una imagen; Puedo imaginarme el hecho de la muerte, pero no a la muerte, porque no existe como objeto, sino como acontecimiento y quienes lo imaginan solo pueden concebir en la imagen a un ser que deja de existir, pero nunca a la muerte misma. Aunque en su confusión bien pueden imaginar la muerte substituyéndola con esqueleto descarnado.


¿LA SANTA MUERTE O LA MUERTE SANTA?

Sí por equivocación o ignorancia se dice la santa muerte refiriéndose a una persona es un error, pero si por maldad e ignorancia culpable se da forma a la muerte y se le glorifica es un pecado gravísimo.

La muerte no puede ser venerada, porque no es ni ángel, ni santo, por eso lo correcto es decir muerte santa que corresponde al final de una vida que se desarrolló en el tiempo según la voluntad de Dios y murió en Gracia.

Con este gravísimo pensamiento quedara muy claro que no hay santa muerte y menos para hacerla un dios, pero si hay muerte santa y por ella debemos trabajar y consiste, como antes dijimos en morir en los brazos de la Providencia: así como la muerte no es una persona, sino sólo un acontecimiento, el atributo de santa no está en la muerte, o en su esencia, sino en el estado de gracia que guarde el moribundo la hora de su partida. La muerte Santa es la muerte de los santos ...

Hemos de amar y esperar el momento de la muerte, viviendo una buena vida, para que al llegar, rompa los lazos de la existencia terrena, nos lleve a gozar de Dios a una felicidad inexplicable, perenne aparente y sin termino.

El católico juega hoy con su fe, y asocia el error con la verdad, lo mismo va a un templo católico que se mezcla en templos sectarios, cree en el horóscopo, se cura de hechizos o los hace. Era lo mismo en el cielo que en la New Age y contra toda clase de herejías, de supersticiones y de novedades. La Fe Católica se va ahogando con la falta de respeto a los templos, donde habita Jesús Sacramentado:

Ya no se va al templo a rezar, sino a platicar. A la hora de la Santa Misa, vemos los arrumacos no castos de novios, de esposos y quizá de amantes. Piernas desnudas, piernas cruzadas, comuniones sin confesarse, música mundana, con hipócritas apariencias de ser religiosa, aplausos, porras, todo ... menos un instante con el Señor de los Señores, el Rey del Templo que es Jesús Sacramentado, es para mi, como para muchas gentes, deprimente ver al católico de hoy incluso en los Oficios de Semana Santa y de la famosa Procesión de Viernes Santo, gozar de la lengua y del gusto con toda clase de antojitos, en espera de que salgan las imágenes de la procesión. En cuanto a las costumbres, ya qué puedo decir de esta nauseabunda ciudad, donde son tan pocas las almas que agradan a Dios.

Por ello su fe la ha mezclado y confundido con toda clase de errores.


LA MUERTE ES UN ACONTECIMIENTO NO UN SUJETO.

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