martes, 19 de agosto de 2014

Espiritualidad y convivencia en el matrimonio (cont.).

EL MATRIMONIO COMO SACRAMENTO.

¿Qué es el Matrimonio?

"Es la Alianza... por la cual el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole". (Canon 105511).

Etimológicamente viene del Latín Matris – munus oficio de Madre, ya que es a la madre a quien corresponde la parte principal en la procreación de los hijos. No olvidemos que la mujer se casa para ser Madre.

El concepto matrimonio también es equivalente a conjugium, pues los casados quedan unidos bajo el mismo yugo.

Igualmente decimos nupcias del latín Nubeo, porque las vírgenes que se iban a casar se cubrían con el velo como de nube, por pudor y en señal de obediencia.

La acción de casarse puede considerarse como un contrato cristiano; sólo que un contrato suigeneris, porque es natural - sagrado -sacramental -eclesiástico y civil.

Natural: se funda en la misma naturaleza del ser humano; ya que en el mismo ser del hombre existe la necesidad y derecho de unirse con otra persona de sexo contrario.

Sagrado: Lo instituye y bendice el Eterno Padre en el Paraíso Terrenal: "Creced y Multiplicaos" (Gen. 1-28).

Sacramental: Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, elevó esta unión legitima a Sacramento. (cf Mat. XIX-4-6; Eph. V-3l-32).

Eclesiástico: Se efectúa en orden al bien de la Iglesia. Si la Iglesia somos todos los bautizados que creemos y profesamos la Doctrina de Cristo, indudablemente que el matrimonio católico trasciende, se proyecta en gracia, armonía y testimonio a la Iglesia Católica. (Cf. Cn. 1055/2).

Civil: Porque tiende al bien de la sociedad civil, y aunque es primero el Espíritu, es voluntad divina que no despreciemos los medios humanos, de seguridad y subsistencia. El matrimonio es el núcleo de toda la sociedad humana.
Habiendo sido elevado el Matrimonio a Sacramento, hablaremos del Sacramento como Fundamento - Apoyo - Ascensor de la vida espiritual de los casados.

El Sacramento como Fundamento,
¿Qué es un Sacramento?

Es un signo sensible, instituido por Jesucristo para darnos la Gracia Santificante y aumentarla y con la Gracia los Dones y las Virtudes. (Cf. Canon 840).

Jesucristo Instituyó el Sacramento del Matrimonio para santificar la unión legitima entre el hombre y la mujer, para aumentarles la Gracia Santificante y darles gracias especiales que les ayuden a unirse santamente y a educar cristianamente a los hijos.
Habiendo sido elevado el matrimonio a la calidad de Sacramento, deben recibirlo como fundamento sólido para la espiritualidad de los cónyuges.

Todo estado trae consigo sus propias gracias, la religiosa, al consagrarse a Dios, sabe que al pronunciar sus votos, no está sola y que, en el cumplimiento de los mismos, tendrá todos los auxilios para realizar una vida pobre, casta y obediente. Así los casados, cuyo fundamento es el Sacramento del Matrimonio, todas sus obras estarán avaladas, bendecidas y sobrenaturalizadas, en la fuerza y la perseverancia que da la estructura fundamental del Sacramento.

Los esposos que invitan a Cristo a su boda para alcanzar su bendición Sacramental, reciben también la garantía de su asistencia y ayuda permanente.

El Sacramento como Apoyo.

Mas no solo es fundamento, sino a medida que se construye la vida, el Sacramento del Matrimonio va siendo también el apoyo para combatir los obstáculos, para vencer las tentaciones, para sumergirse en la oración, en una oración asidua que consista además de las plegarias, en una vida consciente del Sacramento, de lo que éste da, y de lo que él mismo exige. La Consciencia del Sacramento no ha de ser sólo un recuerdo de la realización exterior, sino la actualización de su esencia perenne y constante en derechos, gracias y deberes.
Habrá de ayudarles a realizar una sólida espiritualidad que no se reducirá a simples oraciones, sino a la presencia constante de Dios, de quien se implorará ayuda para la realización plena del Matrimonio.

El Sacramento como Ascensor.

Es de lógica que el ser humano no ha de permanecer inconmovible, pues, adelanta o retrocede; por consiguiente, el Sacramento del Matrimonio no sólo ha de ser el fundamento de la santidad, ni únicamente su apoyo sino será el ascensor que eleve a los cónyuges a las altas esferas de la espiritualidad. No rompan con las vivencias del Sacramento: ténganlo presente y saquen de él todas las gracias necesarias para escalar las cumbres en orden a la unión con Dios, quien instituyó, el Matrimonio. Enlacen la gracia específica del Sacramento del Matrimonio con las gracias específicas de la Penitencia y Eucaristía, sacramentos que procurarán recibir constantemente.
El Concilio Tridentino indica que la gracia que se da en el Sacramento del Matrimonio santifica a los cónyuges,

Es bendecida la unión sacramental, por la Liturgia de la Iglesia, y la Liturgia contribuye también al aumento de la Gracia Santificante en los esposos.

El Matrimonio no es simplemente un hermoso e inolvidable día, ni un vestido blanco, ni un banquete, ni un viaje de bodas. El Matrimonio es un Sacramento que supone de parte de quienes lo reciben una gran responsabilidad, madurez, generosidad y conciencia; así como la entrega incondicional para llevar a feliz termino el plan de Dios.


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