martes, 19 de agosto de 2014

Espiritualidad y convivencia en el matrimonio (cont.).

II.- RELACIONES HUMANAS EN EL MATRIMONIO
Su Naturaleza.
Su Desarrollo.


1.- Una vida de Piedad.
2.- Conocimiento.
3.- Aceptación.
4.- Comprensión.
5.- Respeto Mutuo.
6.- Unificación de ideales.
7.- Diálogo.
8.- Entender juntos la autenticidad del Amor.
9.- La Familia de ambos en las relaciones Humanas del Matrimonio.


Relaciones Humanas.

¿Qué son las relaciones humanas?

Es la comunicación y convivencia de dos o más personas, así como de pequeños o grandes grupos. Esa comunicación se manifiesta con palabras, actitudes, sentimientos proyectados. Sentimientos proyectados, decimos, porque son esos estados anímicos o pensamientos animados que, indudablemente, son más elocuentes que las palabras y que hacen sentir profundamente dolor, enojo o alegría, a aquellos con quienes nos comunicamos.

En estos años se ha hablado y se habla mucho de Relaciones Humanas: se imparten conferencias lo mismo a nivel elevado que medio o bajo; sin embargo, las relaciones entre los hombres cada día son peores, tanto en el hogar como en toda clase de uniones o sociedades. ¿Por qué?

1.-- Porque al hombre, creatura humana compuesta .de cuerpo y alma que piensa, ama y decide y que trae consigo las funestas consecuencias del pecado original, no le basta una plática, sino que necesita una formación integral.

2.-- Porque el hombre, quien posee una alma, no sólo necesita alimento para la materia sino también para su espíritu, y si queremos transformar a un hombre con pláticas sin Dios, sin el Evangelio, estamos errando el camino.

No sólo conferencias, sino una educación física, fisiológica, espiritual, evangélica; no olvidando que no solo tiene derechos, sino también deberes; no sólo capacidades, sino también limitaciones; que no está solo en el mundo, sino que es un pobre hombre entre miles de millones de hombres y de otras creaturas a quienes debe respeto y consideración. Mas como el hombre elige, si prescinde de Dios, no podrá elegir lo mas difícil, sin lo más fácil y relajado, que lo llevará al desequilibrio humano.

No nos conformemos con pobres nociones sino con la formación de una vida.


Relaciones Humanas en el Matrimonio.

Para lograr unas buenas relaciones en el Matrimonio, tendremos que hablar aunque sea brevemente de los siguientes puntos:

1.- Una vida de Piedad: Nada tan bello como relacionarnos con los que queremos: sin embargo nada tan difícil, sobre todo en el Matrimonio, donde la intimidad hace que los seres descansadamente se abran y manifiesten su verdadera forma de ser, y que, además es una vida de constante trato: por lo cual, es lógico que surjan, primero leves y después serias dificultades que, incluso, llevan al rompimiento final después de miles de promesas.

¿Cómo hacer para no llegar a tales extremos? Evitar desde el principio vivir una vida de riñas e incomprensión. ¿Cómo? Ante todo con una vida de piedad, una vida relacionada con Dios para liberarse del egoísmo y de la subjetividad y mirar objetiva y generosamente la forma de ser del cónyuge y, asimismo cobrar fuerzas de la fuente de la virtud, que hace de pecadores santos. Me refiero a la participación del Santo Sacrificio de la Misa, frecuencia de los Sacramentos de la Penitencia y la Eucaristía: al rezo del Santo Rosario y a todo aquello que une con Dios y da fortaleza y acierto. Así podrán decir como San Pablo: "Todo lo puedo en aquel que me conforta".

¡Imposible llegar incólume al final sin la unión con Dios!

Hoy, en los hogares se detectan pleitos y gritos, se vive con egoísmo, libertinaje, anarquía y desesperación. Quieren hallar remedio en un psicólogo materialista que ni les compone su vida y sí los conduce a la relajación y al desenfreno. La Confesión Sacramental, la Dirección espiritual, ha pasado de moda para ellos.

2.- Conocimiento:
a) No se ama lo que no se conoce: así que el amor ha de fundarse no en el ver, sino en el mirar: se ve lo físico, se mira lo interior, y, aunque no debe menospreciarse lo físico, sí, en cambio, debe situarse en su justo valor como parte integral del hombre, pero no como parte esencial. Hay que dar preponderancia a todo lo que el ser humano posee en su interior y, así se le amará con solidez y profundidad y, sobre todo para siempre.

b) El verdadero amor ama a pesar de las limitaciones, a pesar de los defectos, y siempre lleva el anhelo de perfeccionar, de elevar, de salvar al ser amado.


c) Durante el noviazgo, desgraciadamente, no suelen, conocerse. Por un lado tratan conscientemente de ocultarse sus miserias para no decepcionarse: por otra parte, no hay tiempo ni oportunidad para aflorar las miserias, menos ahora que los novios en lugar de dialogar, de platicar cosas útiles, se la pasan en caricias sucias, obscenas y culpables que rompen con toda ilusión y buen deseo. Saliendo a flote el instinto y no la persona.

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