lunes, 30 de marzo de 2015

Muerte y Castigo del Calumniador(cont.)

También el que gustosamente escucha a los detractores: "Pon a tus orejas una cerca de espinas, y no des oído a la lengua malvada, y pon puertas a tu boca y cerraduras a tus orejas" (Ecli. 28, 28). Pues no debe el hombre oír complaciente a tales gentes: muy al contrario, debe mostrarle al detractor un rostro triste y severo: "El viento norte ahuyenta la lluvia, y el rostro severo la lengua detractora" (Prov. 25,23).

También los chismosos, que cuentan cualquier cosa que oyen: "Seis cosas aborrece el Señor. y otra más le es detestable: el que siembra discordias entre hermanos" (Prov. 6, 16, 19). "El murmurador  y el hombre de dos lenguas es maldito, porque perturba
a muchos que vivían en paz; y por los muchos males que se siguen". (Ecli. 28,15).

También los halagadores, o sea, los aduladores: "El pecador gloríase en los deseos de su alma, y el inicuo es alabado" (Salmo 10,3), "Pueblo mío, los que te llaman bienaventurado son los que te engañan" (Isaías 3, 12). "El justo me corregirá y reprenderá con misericordia; pero que el bálsamo del pecador no unja mi cabeza). (Salmo 140, 5).

También los murmuradores, y éstos abundan principalmente entre los súbditos: "Ni tampoco murmuréis" (1a. Cor. 10, 10), "Guardáos de la murmuración, la cual de nada aprovecha" (Sap. 1, 11). "Con la. paciencia se aplaca el príncipe, y la lengua blanda quebranta la dureza". (Prov. 25,15).
"No hablarás contra tu prójimo falso testimonio". Con esta prohibición prohíbese toda mentira. "Guárdate de proferir mentira alguna; porque el acostumbrarse a eso no es bueno". (Ecli 17, 14). Y esto por cuatro razones:

Primera: por la semejanza con el demonio. En efecto, el mentiroso se hace hijo del demonio. Porque por sus palabras se conoce de qué región y patria es un hombre: "Porque tu misma habla te da a conocer", como se dice en Mt. 26, 73. Así, algunos hombres son del linaje del diablo y son llamados hijos del diablo, a saber, los que dicen mentiras; porque el porque el diablo es mentiroso y el padre de la mentira, como se dice en Juan 8, 44. En efecto, él mintió: "De ningún modo moriréis". (Génesis 3, 4). Mas otros son hijos de Dios, los que dicen la verdad, porque Dios es la verdad.

Segunda: por la disolución de la sociedad. En efecto, los hombres viven juntos, cosa que no podría ser si entre sí no dijesen la verdad. Dice el Apóstol "Despojándoos de la mentira, hable cada uno verdad con su prójimo, porque todos somos miembros unos
de otros" (Ef. 4, 25).

Tercera: por la pérdida de la fama. En efecto,al que acostumbra mentir no se le cree. aunque diga !a verdad: ¿Qué se puede purificar con lo que es Inmundo? ¿Y el mentiroso qué verdad puede decir?" (Ecli. 5/34,4).


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