martes, 3 de marzo de 2015

Muerte y Castigo del Calumniador (cont.)

Y la pobre humanidad desorientada, perdida, niega la existencia del demonio cuando es  hoy que tiene más acceso en las almas, y eso es lógico; ya que el dios que el hombre, por conveniencia, se ha creado en su imaginación, no tiene poder para  destruir al demonio, porque ese dios del hombre de hoy, no existe. Así, que en esta época tecnológica, con gran carencia de filosofía, arte y verdadera ciencia; existe una cultura plena de soberbia, de violencia, de orgías, de impiedad, de falsedad e hipocresía; de carencia de principios e inversión de valores por ello se suple en todo la verdad, por la mentira y la VERDAD por la vil mentira. Y como un ejemplo entre miles, daremos éste:

"A los cínicos, inmorales, escandalosos, se les dice honestos", lo cual es una falsa aplicación del concepto "honestidad"

Y, de esta manera, se ha olvidado lo que nos manda el 8° Mandamiento, "no mentirás".

Como la razón fundamental de toda mentira, sea cual fuere su grado o su clase, es la traición a la verdad, hablemos primero sobre la verdad.

El que miente, traiciona la verdad, porque no habla con veracidad. Ya que dicho por Santo Tomás; "La veracidad es la virtud que nos inclina a decir siempre la verdad y a manifestarnos al exterior tal como somos interiormente. La Veracidad es la adecuación entre lo que se piensa, se dice y se hace". La verdad es una virtud que nos conduce a armonizar nuestro exterior, con lo que pensamos interiormente.

El hombre veraz, el que dice la verdad y vive de acuerdo con ella, no pierde su identidad y su vida se desarrolla en la paz y en la tranquilidad.

El verdadero cristiano tiene espíritu de sinceridad conforme a las palabras de Nuestro Señor Jesucristo: "Sea vuestro lenguaje sí, sí, no, no, lo que excede de esto viene del maligno" (Mateo 5, 37).

El verdadero cristiano no es un mentiroso y menos un calumniador, sino que imita a Dios, quien a sí mismo se llama "EL VERAZ" (Juan 8, 26).

Contemplemos, en nuestros bellos sueños que todos decimos la verdad, que somos veraces, que vivimos con sinceridad y, veríamos entonces a las familias, sociedades, países, universo; alegres, en paz, en armonía, en el logro de la felicidad: "Hablad verdad, pues somos miembros los unos de los otros" (Efesios 4, 25).

"Yo soy la Verdad (Jn, 14. 6) palabras brotadas de los mismos labios de Cristo. Quien no
sólo anuncia la verdad, sino que El mismo es la VERDAD.

En cambio, el demonio es: "el padre de la mentira" (Jn. 8, 44).

"La mentira es la negación de la verdad".

La vida del hombre alcanza su perfección en la medida que vive de acuerdo a la voluntad de Dios. El hombre creatura de Dios, sólo es feliz cuando cada uno de sus actos se orienta hacia Él. Y sólo trasciende hacia Dios el que hace su voluntad. La voluntad de Dios es clara y se manifiesta de varias maneras sea aplicada universalmente, sea particular; pero sí es infalible que aquél que quiere vivir de acuerdo con Dios, percibe sus
manifestaciones.

Sin embargo, donde se ve clarísima la voluntad divina es a través de sus  Mandamientos: "Los Mandamientos de la ley de Dios dados en el Monte Sinaí a Moisés".

Tres cosas son necesarias al hombre para su salvación: el conocimiento de lo que debe creer, el conocimiento de lo que debe desear y el conocimiento de lo que debe cumplir. El primero se enseña en el Credo, donde aprendemos los Artículos de la Fe; el segundo conocimiento en el Padre Nuestro y el tercero en la ley" (Santo Tomás).

"La Ley es la ordenación de la razón dirigida al bien común, promulgada por quien tiene la autoridad" (Santo Tomás).

Clasifícase la Ley de la siguiente manera:

a) Ley Eterna se encuentra en la mente de Dios y es inmutable, es la norma suprema de toda moralidad y es universal.

b) Ley Natural, es la Ley Divina impresa en el corazón de los hombres y es universal, inmutable, no admite dispensa, es evidente.

e) La Ley Divino - Positiva que está contenida en la Revelación y en los Diez Mandamientos revelados a Moisés en el Monte Sinaí.

d) Y las Leyes Eclesiásticas que corresponden a la Santa Madre Iglesia y la civil que dictan y ejercen los hombres para la sociedad.

Desde luego, las Leyes Eclesiásticas fundadas en la Revelación y en la constitución de la misma Iglesia, son perfectas; en cambio, las civiles, si desconocen a Dios o no consideran al hombre en todo su contexto, o nacen de la pasión, son erróneas y pueden llegar a la falsedad.

Ahora sólo vamos a exponer, sobre la Ley Divino - Positiva, que corresponde a los Mandamientos de la Ley de Dios.

1°.- AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS.

2°.- NO JURARÁS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO.

3°.- SANTIFICARÁS LAS FIESTAS.

4°.- HONRARÁS A TU PADRE Y A TU MADRE.

5°.- NO MATARÁS.

6°.- NO COMETERÁS ACTOS IMPUROS.

7°.- NO HURTARÁS.

8°.- NO LEVANTARÁS FALSOS TESTIMONIOS NI MENTIRÁS.

9°.- NO CONSENTIRÁS PENSAMIENTOS NI DESEOS IMPUROS.


10°-NO DESEARÁS LOS BIENES AJENOS.

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