Y la pobre
humanidad desorientada, perdida, niega la existencia del demonio cuando es hoy que tiene más acceso en las almas, y eso
es lógico; ya que el dios que el hombre, por conveniencia, se ha creado en su
imaginación, no tiene poder para destruir
al demonio, porque ese dios del hombre de hoy, no existe. Así, que en esta
época tecnológica, con gran carencia de filosofía, arte y verdadera ciencia;
existe una cultura plena de soberbia, de violencia, de orgías, de impiedad, de
falsedad e hipocresía; de carencia de principios e inversión de valores por
ello se suple en todo la verdad, por la mentira y la VERDAD por la vil mentira.
Y como un ejemplo entre miles, daremos éste:
"A los
cínicos, inmorales, escandalosos, se les dice honestos", lo cual es una
falsa aplicación del concepto "honestidad"
Y, de esta
manera, se ha olvidado lo que nos manda el 8° Mandamiento, "no
mentirás".
Como la razón
fundamental de toda mentira, sea cual fuere su grado o su clase, es la traición
a la verdad, hablemos primero sobre la verdad.
El que miente,
traiciona la verdad, porque no habla con veracidad. Ya que dicho por Santo
Tomás; "La veracidad es la virtud que nos inclina a decir siempre la
verdad y a manifestarnos al exterior tal como somos interiormente. La Veracidad
es la adecuación entre lo que se piensa, se dice y se hace". La verdad es
una virtud que nos conduce a armonizar nuestro exterior, con lo que pensamos interiormente.
El hombre
veraz, el que dice la verdad y vive de acuerdo con ella, no pierde su identidad
y su vida se desarrolla en la paz y en la tranquilidad.
El verdadero
cristiano tiene espíritu de sinceridad conforme a las palabras de Nuestro Señor
Jesucristo: "Sea vuestro lenguaje sí, sí, no, no, lo que excede de esto
viene del maligno" (Mateo 5, 37).
El verdadero
cristiano no es un mentiroso y menos un calumniador, sino que imita a Dios,
quien a sí mismo se llama "EL VERAZ" (Juan 8, 26).
Contemplemos,
en nuestros bellos sueños que todos decimos la verdad, que somos veraces, que
vivimos con sinceridad y, veríamos entonces a las familias, sociedades, países,
universo; alegres, en paz, en armonía, en el logro de la felicidad: "Hablad
verdad, pues somos miembros los unos de los otros" (Efesios 4, 25).
"Yo soy
la Verdad (Jn, 14. 6) palabras brotadas de los mismos labios de Cristo. Quien
no
sólo anuncia la verdad, sino que
El mismo es la VERDAD.
En cambio, el
demonio es: "el padre de la mentira" (Jn. 8, 44).
"La mentira es la negación de la verdad".
La vida del hombre alcanza su
perfección en la medida que vive de acuerdo a la voluntad de Dios. El hombre
creatura de Dios, sólo es feliz cuando cada uno de sus actos se orienta hacia Él.
Y sólo trasciende hacia Dios el que hace su voluntad. La voluntad de Dios es
clara y se manifiesta de varias maneras sea aplicada universalmente, sea particular;
pero sí es infalible que aquél que quiere vivir de acuerdo con Dios, percibe
sus
manifestaciones.
Sin embargo, donde se ve clarísima la voluntad divina es a través de
sus Mandamientos: "Los Mandamientos
de la ley de Dios dados en el Monte Sinaí a Moisés".
Tres cosas son necesarias al hombre para su salvación: el conocimiento
de lo que debe creer, el conocimiento de lo que debe desear y el conocimiento
de lo que debe cumplir. El primero se enseña en el Credo, donde aprendemos los
Artículos de la Fe; el segundo conocimiento en el Padre Nuestro y el tercero en
la ley" (Santo Tomás).
"La Ley es la ordenación de la razón dirigida al bien común,
promulgada por quien tiene la autoridad" (Santo Tomás).
Clasifícase la Ley de la siguiente manera:
a) Ley Eterna se encuentra en la mente de Dios y es inmutable, es la
norma suprema de toda moralidad y es universal.
b) Ley Natural, es la Ley Divina impresa en el corazón de los hombres y
es universal, inmutable, no admite dispensa, es evidente.
e) La Ley Divino - Positiva que está contenida en la Revelación y en
los Diez Mandamientos revelados a Moisés en el Monte Sinaí.
d) Y las Leyes Eclesiásticas que corresponden a la Santa Madre Iglesia
y la civil que dictan y ejercen los hombres para la sociedad.
Desde luego, las Leyes Eclesiásticas fundadas en la Revelación y en la
constitución de la misma Iglesia, son perfectas; en cambio, las civiles, si
desconocen a Dios o no consideran al hombre en todo su contexto, o nacen de la
pasión, son erróneas y pueden llegar a la falsedad.
Ahora sólo vamos a exponer, sobre la Ley Divino - Positiva, que
corresponde a los Mandamientos de la Ley de Dios.
1°.- AMARÁS AL
SEÑOR TU DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS.
2°.- NO
JURARÁS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO.
3°.-
SANTIFICARÁS LAS FIESTAS.
4°.- HONRARÁS
A TU PADRE Y A TU MADRE.
5°.- NO
MATARÁS.
6°.- NO COMETERÁS
ACTOS IMPUROS.
7°.- NO
HURTARÁS.
8°.- NO
LEVANTARÁS FALSOS TESTIMONIOS NI MENTIRÁS.
9°.- NO
CONSENTIRÁS PENSAMIENTOS NI DESEOS IMPUROS.
10°-NO
DESEARÁS LOS BIENES AJENOS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario