jueves, 30 de abril de 2015

Libertad, Liberación o Libertinaje

¿LIBERTAD, LIBERACIÓN O LIBERTINAJE?

 Por Sor Clotilde García EspejeL
I
Libertad... ¡Palabra mágica en cuya acción radica el éxito, o el fracaso; la grandeza o la mediocridad!  ¡Cuántos heroísmos, cuántas bondades y cuántas infamias y crímenes se comenten, en nombre de la Libertad!
De todas las creaturas sacadas de la nada por Dios, las que alcanzan más perfección y más bellas lucen, son los ángeles y los hombres, y de lo más sublime que le fue dado al hombre, es su libertad.
El hombre, Creatura Racional, que encierra en sí grandes dones: es capaz de pensar, de amar, de elegir. La capacidad del hombre de conocer, abstraer y escoger la posee su entendimiento; concediéndole así la dicha de saborear las verdades y sobre todo, la Verdad. La Voluntad, otra facultad del ser humano que camina en busca de todo bien hasta llegar a su posesión, pero más aún, del BIEN eterno, el Bien de los Bienes: Dios. Y es en la voluntad donde hallamos la propiedad de elegir y a cuya capacidad llamamos Libertad.
¡La Libertad, que puede damos desde las más pequeñas, hasta las más bellas y ,sublimes satisfacciones , así como la consecución de la felicidad terrena y luego eterna; y, también la más atroz desgracia e infelicidad en esta vida,  para después hundimos en el Infierno!.
¿QUE ES LA LIBERTAD?
La Libertad, amoroso y generoso don de Dios es una propiedad de la voluntad con la cual, elegimos lo que nosotros queremos, sin que nadie deba forzar esa elección. "La Libertad se funda en el dinamismo fundamental que la orienta hacia el Bien Supremo".
Dios nos ha dado ese regalo, y con el nos haremos reos de castigo o dignos de premio.
Pero toca al hombre educar esa Libertad. Aunque es verdad que la Libertad es una propiedad de la Voluntad. No olvidemos que la voluntad es la fuerza, pero no la luz, y que la luz es el entendimiento: "El acto Libre consiste, pues, en un cierto dominio del juicio", "Un acto de juicio querido o un acto de querer juzgado" (Padre Sertillanges). La voluntad sigue al entendimiento; no le precede. (Santo Tomás). Por consiguiente, hay que educar el entendimiento formándolo en el recto juicio de la Vida; hay que irle forjando con ideas claras, conceptos certeros, para, que sea luz, luz radiante y no reflejo o espejismo de la luz. Si él guía a la voluntad para que ésta determine, hemos de presentar la realidad, para que la elección no sufra desvíos, equivocaciones. En nuestros presentes tiempos tan llenos de error y oscuridad, empieza el fracaso en la elección, en esa falta de criterio, de identificación con la verdad, y aun queriendo el hombre elegir lo mejor, la concepción errada del entendimiento le entrega la mentira, la falsedad por el bien.
Estructurado el entendimiento en la verdad, por la Verdad y con la Verdad, ha de suponerse una voluntad firme, fuerte, que busque y encuentre el Verdadero Bien. La sensualidad de nuestros tiempos, la molicie y la susceptibilidad inducen a la libertad a escoger, no el sólido bien, no lo superior, sino lo inferior; o bien, la substitución de un aparente bien por el verdadero.
Igualmente, hay que educar al hombre en su libertad, hay que enseñarlo no a saberse y considerarse libre; sino, sobre todo, a ser libre, cuando los pequeños empiezan a querer caminar sus padres los van enseñando y conduciendo: primero los detienen, luego los dejan solos... pero los cuidan muy de cerca.
Y cuando los dejan totalmente, es cuando comprenden que además de poseer fuerza en las extremidades, tienen el juicio suficiente para no llegar por donde puedan tropezar y caer. De esta manera hay que educar en el hombre la Libertad de modo que tal educación no raye en la absorción, consentimiento o descuido y libertinaje.
Puede decirse que un hombre es perfectamente libre, en el amplio concepto, cuando su elección ha de conducirlo al crecimiento humano, a la felicidad y no a la desgracia, consiguiendo la armonía, el equilibrio de su ser, y de las relaciones de su ser con los otros seres .
Aquel que pasa cerca de una cantina y elige no entrar porque sabe que daña su salud, desequilibra su ser y se desvía de la eternidad, es verdaderamente libre; igualmente el que, rodeado de dinero ajeno, sabe respetarlo y no se mancha tomando lo que no es suyo, pues conoce hasta las últimas consecuencias; el que elige la verdad y no la mentira, lo difícil y no lo fácil; su alma antes que su cuerpo; el bien del prójimo antes que el suyo y a Dios antes que todas las cosas, ese sabe elegir, ese sabe ser libre porque conoce y vive la jerarquía de valores.
Advertimos que el acto, la acción que el hombre realiza con conocimiento y libre voluntad, es libre y de una libertad perfecta; ya que lo ejecuta con conocimiento y voluntad; sin embargo el acto efectuado libremente, pero sin rectitud y que no conduce a la perfección y no realiza la finalidad de la libertad, -que no consiste únicamente en elegir, sino en saber elegir - ese es un acto libre pero imperfecto que trastorna a la libertad. Cuando el hombre con su libertad hace no lo que debe, sino lo que quiere, rompe su propia armonía, su equilibrio, y se desvía de su finalidad, que es encontrarse con la verdad; abrazarse con el Bien, glorificando a Dios, siendo feliz alcanzando la felicidad eterna.
Cuando el hombre, invocando a la libertad, por propia voluntad, se sumerge en los peores pecados, vicios, delitos y ha degenerado su libertad, la ha corrompido, y lógicamente puede llamársele a él degenerado y corrompido. –A eso llamamos libertinaje el cual tiene varios grados-.
Hay otros defectos que no la degeneran plenamente, pero sí la debilitan; y como siempre, es el ser humano el que queda débil, no con una debilidad física, sino con algo verdaderamente triste, una debilidad moral.
Y, ¡algo increíble!: el hombre llega libremente a perder, porque queda esclavo de sus propias pasiones y se destruye psicológicamente con el mal uso de su libertad y esto es lo último que el
hombre hace.
"La Libertad humana, incluso en las condiciones normales de su ejercicio, es, pues, una libertad limitada y frágil; es este el signo de su encarnación, por esto no podría haber nada más peligroso y más falso a la vez, que la idea de una libertad desencarnada, ignorante de sus límites y de las fuerzas impersonales que colaboran con ella en la posesión del acto humano". (R Simón)
Cuanto más se desvía el hombre de su Fin en el uso de la Libertad, más esclavo es de sus vicios y de sus pasiones. Aquel que elige el cigarro, siempre será esclavo del mismo; va a necesitado con urgencia, va a depender de él; al principio fue libre su elección, pero poco a poco se habrá convertido más en una dependencia, que en una libre elección; y (a pesar de los daños que sabe habrá de reportarle) ya no puede prescindir del aparente y pasajero bienestar que da a los sentidos.
¿Y qué diremos del doloroso y trágico vicio del alcohol? Meditemos y preguntemos: ¿Serán libres o esclavos aquellos que dependen del alcohol? Y, ¿las drogas? ¡Las drogas!... ¿Podrá ser libre, aquel pobre ser que, perdida su fuerza, depende de algo no vivo y, además, dañino?
Y si hablamos de pasiones y pecados, tendremos que concluir que, o las definimos y vencemos, o nos convertiremos en sus esclavos. La lujuria, la gula, la envidia, etc., ciegan, confunden, limitan, trastornan al hombre y, con él, a su libertad.
Cuando el hombre es sometido por miedo o dolor a realizar un acto, no es un acto libre; así: cuando los pecados, las pasiones ciegan al hombre; y lo someten, ya no es libre, al principio eligió, después se hizo esclavo, ha vendido su libertad a bajo precio. Sabemos que los sentidos son inferiores a las facultades, y la libertad es una propiedad de la voluntad y la voluntad es una de las facultades del ser humano; por lo mismo, cuando los sentidos dando rienda suelta a las pasiones han sometido a la voluntad que busca el bien, para vivir relajadamente, concluimos que la libertad ha quedado sujeta y que la materia está dominando al espíritu, los sentidos están aprisionando a lo superior.

El hombre es esencialmente racional, intelectual, lo es del mismo modo, libre y su libertad estará, a veces en potencia, muchas en acto; decimos en potencia al existir de la libertad en el hombre y llamámosle en acto cuando se ejerce la libertad.

miércoles, 15 de abril de 2015

Muerte y Castigo del Calumniador(fin)

FALSO TESTIMONIO

Ajab y Nabot.- El Rey Ajab indignado por no querer Nabot venderle su viña, le levantó por consejo y obra de su esposa Jezabel dos falsos testimonios: de haber blasfemado contra Dios y contra el Rey. El desgraciado Nabot fue arrastrado por eso hasta fuera de la ciudad y muerto a pedradas. Ajab, luego que supo la muerte de Nabot, se dirigió en su caso a tomar posesión de la Viña de Nabot, cuando le salió al encuentro el Profeta Elías, quien le dijo de parte de Dios: los perros que han lamido la sangre de Nabot, en el mismo lugar lamerán también la tuya. Los perros se comerán a Jezabel en el campo de Jezrael. Ajab se arrepintió de su crimen y por eso no murió en ese campo, pero terminó después muerto y por una flecha y al lavar su carro de su sangre en el estanque de Samaria, los perros lamieron su sangre. A Jezabel, precipitada de una ventana se la comieron los perros en Jezrael. Si los castigos que Dios da al falso testimonio no son siempre tan sensibles, no son por eso menos reales. "¿Por qué te glorías de la maldad/ y te envalentonas contra el piadoso? / Estás todo el día maquinando injusticias, / tu lengua es navaja afilada, autor de fraudes; prefieres el mal al bien, / la mentira a la honradez; / prefieres las palabras corrosivas, lengua embustera. /Pues Dios te destruirá para siempre, / te abatirá y te barrerá de su tienda; / arrancará tus raíces del suelo vital." (Salmo 51, 3-7 Palabra de Dios)

"Un hombre que se equivoca, pero que a pesar de todo posee cierta conciencia, ciertamente reconocerá un día su error y tendrá la posibilidad de convertirse. Un hombre sin conciencia no tiene dicha posibilidad. No es posible ser solidarios de hombres sin conciencia". Josef Tischner.

"Seis cosas hay que aborrece Yahvé, y siete son abominación para tu alma: ojos altaneros, lengua mentirosa, manos que derraman sangre inocente, corazón que fragua planes perversos, pies que ligeros corren hacia el mal, testigo falso que profiere calumnias y el que siembre pleitos entre las familias. (Libro de los Proverbios Cap. VI, 16 al 19).

El que ha levantado falso testimonio, está obligado a retractarse y a reparar los daños causados por su falso testimonio.

HASTA AQUÍ EL CATECISMO DEL PADRE RIPALDA COMENTADO, Y AUMENTADO ERUDITAMENTE POR EL PADRE DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS, LUIS VEGA.

SOR CLOTILDE GARCÍA ESPEJEL, E. D.

Ante un mundo que se hunde en la mediocridad y la decadencia,
surge una juventud generosa
buscando nuevos y luminosos horizontes .
El único Amor que nunca engaña, es Dios ...
el único valor que jamás se devalúa es el alma ...

A muchas almas de nuestro tiempo
las llama Dios para rehacer el mundo,

y las asocia en la Obra de la salvación de las almas.

lunes, 13 de abril de 2015

Muerte y Castigo del Calumniador(cont.)

SUSURRACIÓN

Una aldea donde la paz había reinado por mucho tiempo, de repente se vio sumergida en pleitos y odios sin cuento. El buen cura buscó diligentemente la causa y vino   a encontrarla en un frutero que tenía especial placer en contar en una casa lo que había oído en otra de las personas de la casa visitada; así creó odios, murmuraciones ...Llamó, pues el cura a todos los padres de familia y les rogó le dijeran las quejas que cada uno tenía contra los demás. Cada uno las fue diciendo, y resultaron ser todas falsedades inventadas por el frutero. Para remediar el mal les dijo que no había remedio más fácil que el de echar al frutero de la aldea. Lo mandaron traer y le intimaron la orden de salir de la aldea en 24 horas; si no ... Santo remedio: todas las quejas se acabaron y volvió la paz a la aldea.

DIFAMACIÓN

La esposa de Federico había llegado a Milán. Pero el pueblo se amotinó contra ella. Montándola en un asno con la cabeza hacia atrás, fue paseada en la ciudad entre escarnios y afrentas. Cuando lo supo el emperador, enfurecido llegó a las puertas de Milán con gran ejército. Cortó las conducciones de agua y no permitió la llegada de los víveres, hasta que Milán se rindió a los rigores del hambre. El emperador hizo entonces que los habitantes se llegasen a su presencia, cada uno con una soga al cuello, como significando que serían colgados. A los nobles les permitió que acudiesen con una espada desnuda con la que iban a cortarles la cabeza. La ciudad fue entregada al saqueo de las huestes imperiales. Finalmente fueron desmanteladas las fortalezas y derribados los muros de la ciudad. Ya satisfecha su venganza, se retiró el emperador dejando la ciudad convertida en un desierto. Así fue castigada la deshonra inferida a la emperatriz.

CALUMNIA

Cuando los primeros misioneros empezaron a predicar el Evangelio en el Japón, ciertos comerciantes holandeses fueron al emperador y le dijeron que el único fin de esos misioneros era traer a los españoles y portugueses al país para ir tomando posesión de él y añadirlo a sus dominios. Esta gran calumnia fue el origen de la ruina de la religión en ese imperio y de la gran persecución contra los cristianos. Entonces había como 400 000 cristianos en el Japón. Cuarenta años después, apenas quedaban algunos pocos. ¿Qué castigo no les habrá dado Dios a los calumniadores por el mal  tan grande causado por su calumnia?


miércoles, 8 de abril de 2015

Muerte y Castigo del Calumniador(cont.)

Falso Testimonio
Contiene una triple culpabilidad: De mentira testificando contra la verdad; de perjurio quebrantando el juramento de decir verdad; por esto siempre es pecado grave; de injusticia por el daño que causa al acusado por lo menos en su reputación.

Contiene una triple ofensa, ultraje a Dios a cuya presencia deshonra poniéndolo por testigo de lo falso; engaña al juez o testigo, al acusado le arruina la vida y a la sociedad la engaña injustamente.

Lo esencial del falso testimonio es testificar con mentira. La injusticia al individuo y a la sociedad siempre la hay.

Por todo esto es especialmente odiado por Dios: "un calumniador testimonial no quedará sin castigo" (Prov. XIX). "El que levanta falso testimonio perecerá" (Prov. XXI, 28) "No tendrás ninguna compasión del falso testimoniador; le quitarás alma por alma, ojo por ojo, diente por diente" (Deut. XIX, 18).

Las leyes humanas han castigado siempre con severidad el falso testimonio

                            EJEMPLOS:

SECRETO

El Secreto de Wilkins.   - Wilkins, caballero Inglés que cayó en desgracia del Rey, fue desterrado a la isla de Jersey. Desamparado y sin amigos se consumía de tristeza. Antes de marchar al destierro había confiado la educación de su hijo único a uno de sus amigos, y la muerte de este le determino a volver secretamente a Londres, a fin de arreglar sus negocios, recoger sus fondos y retirarse con su hijo. Lord Tharley le ofreció su casa; y Wilkins, disfrazado, se hospedó allí; redondeó sus asuntos y dispuso su partida para el día siguiente. Se felicitaba del buen éxito, cuando entre en la casa el joven Cercey, quien al ver a Wilkins, luego lo reconoció. Este confiesa que se halla de incógnito en Londres, a donde ha venido con el objeto de recoger los restos de su fortuna. Le recomienda el secreto y el duque de Cercey le da su palabra de guardarlo. Luego que Cercey sale de la casa, encuentra a uno de sus amigos a quien le cuenta todo.

RESTRICCIÓN MENTAL

Huida de S. Atanasio. Este santo era muy perseguido por los Arrianos. Una vez iba huyendo de los que lo perseguían navegando por un río. Habiendo llegado a cierto paraje del río, dio orden al piloto para que se volviese y saliese al encuentro de los perseguidores. Al acercarse a ellos, éstos preguntaron si habían visto al Obispo Atanasio. A lo cual respondió el mismo Atanasio: hace poco tiempo él pasó precisamente por este mismo sitio yendo río abajo. Lo que era verdad. Así se salvó de los que lo perseguían.

SOSPECHA TEMERARIA

Luis el Severo.- Hacia el año 1255, estando este duque de Bavaria en una de las provincias del Rhin, recibió por equivocación una carta de su esposa dirigida a uno de los oficiales. Como la carta contenía alguna muestra de aprecio, el duque supuso que su esposa le había traicionado. Unos sombríos celos se apoderaron de su corazón. Se apresuró a volverse a su casa, al entrar en su castillo lleno de ira mató a una persona. Después mandó encarcelar a su mujer, y al día siguiente, sin tener en cuenta la justicia, la mandó decapitar. El miserable llegó después a enterarse de que su esposa era inocente, pero era ya tarde. Se afligió tanto que una noche se le puso toda la cabeza blanca.

JUICIO TEMERARIO

El platero y su aprendiz. Un platero tenía un aprendiz, muchacho honrado y activo. Cierta vez descubrió el amo unas gemas en una pequeña hendidura de la ventana del muchacho. Lo tuvo por ladrón y lo echó de su casa, a pesar de los lloros y protestas del muchacho. Andando el tiempo, otras gemas fueron encontradas en la misma ventana. Indagaron la causa de eso y llegaron a ver que una urraca había llevado esas gemas a la ventana, pues solía ir el pájaro al muchacho que la estaba amansando. Quedó muy apenado el platero, pero ya era tarde. La sospecha es como el veneno que hiere al malo, pero también al bueno.

MURMURACIÓN


El Prior y los Solitarios. Este era un santo severo consigo mismo y muy caritativo con los demás. Un día que se halló presente a una asamblea de solitarios del desierto, después de tratar de varias materias de piedad, algunos de los monjes empezaron a hablar de ciertas faltas graves de un hermano ausente. El prior al principio guardó silencio; pero viendo que ellos continuaban esa plática dejó la asamblea. Ya afuera cogió un saco y lo llenó de arena y luego una canasta donde echó poca arena. Se echó el saco a la espalda y con la canasta en la mano entró de nuevo en la asamblea, que admirada al verlo en esas fachas le preguntó que significaba aquello. - Ay, dijo suspirando, este saco de arena representa mis innumerables pecados y faltas; pero tengo cuidado de echármelo a la espalda para no verlos; y este canasto que contiene poca arena; representa los pecados de los demás, que tengo delante de los ojos para juzgarlos y condenarlos. Estas palabras tan ingeniosas y verdaderas, movieron a los solitarios y no volvieron a hablar de las faltas ajenas.

lunes, 6 de abril de 2015

Muerte y Castigo del Calumniador(cont.)

CALUMNIA

Calumnia es imputar al prójimo un defecto o pecado falso.

El calumniador es aborrecido de Dios: "preferiste la calumnia al lenguaje de la verdad ... por eso Dios te destruirá para siempre" (Ps. LI 5, 7) "El Mesías humillará al calumniador" (Ps. LXXI).

La calumnia está prohibida por Dios expresamente: "No calumniarás a tu vecino" (Lev. XIX, 13) El calumniador es semejante al demonio que es "el calumniador de sus hermanos" (Apoc. XII,10).

La calumnia es especial falta contra la caridad porque el calumniador es un amargado y el dolor que llega al corazón del calumniado pudiera causarle amargura. Otras muchas penas se sufren mejor que la calumnia. Job, sufrió muchas cosas, pero se justificó de la calumnia (Job. XXXI).

Se falta gravemente a la justicia. A las faltas, pues, de caridad y justicia añade la falta a la verdad, supliéndola con la mentira pecaminosa.

POR ESO ES CASTIGADA NO SOLO POR DIOS, SINO POR LAS LEYES CIVILES.

La calumnia es pecado grave por su naturaleza; siempre es pecado por fundarse en la mentira, nunca habrá razón para levantar un falso, realizar una calumnia.

Puede ser venial si lo que dijo no es grave. La gravedad de esta falta se mide en general por la gravedad del daño. El daño causado ordinariamente es tal. Que aunque se retracte el calumniador, difícilmente se logra desvanecer la calumnia por completo. Hay ciertas calumnias que tocan materias tan delicadas, en las que aunque se logre cerrar la herida, queda siempre la cicatriz ... Por eso decía el diabólico Voltaire: "calumnia, calumnia que siempre queda algo".

Quien infama o quita la honra está obligado a restituirla pronto del modo que pueda, y a reparar los daños que se hayan seguido.

No basta con confesarse, pues no se perdona el pecado sin restituir lo quitado, salvo circunstancias muy claras y autorizadas por el confesor.

Infama el que hace que una persona pierda estima ante o tras, sea por la detracción, sea por la calumnia.

Honra u honor es la manifestación externa de la reverencia debida al prójimo por su excelencia.

HAY PERSONAS, Y SON MUCHAS. QUE PIERDEN SU HONRA, SU FAMA POR SI MISMAS, POR LA CONDUCTA ESCANDALOSA QUE LLEVAN:

La hipocresía es fingir bondades, ocultar pecados, engañarlos a todos que lleva vida buena y echar culpas propias a los demás. Es fingirse víctima, cuando la verdad es que sus víctimas son los prójimos.

Es la hipocresía, por su malicia, pecado grave, lo demuestran los anatemas que lanzó Cristo contra los hipócritas: "Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis el Reino de los Cielos a los hombres, porque ni vosotros entráis y ni dejáis entrar".


Los llama ciegos y necios, sepulcros blanqueados, serpientes, raza de víboras.

sábado, 4 de abril de 2015

Muerte y Castigo del Calumniador(cont.)

Padre Jerónimo Ripalda.

Después de la sabia exposición de Santo Tomás iluminada por la palabra de Dios a través de la Sagrada Escritura, exponemos el pensamiento del Padre Jerónimo Ripalda, explicado por el R. P. LuisVega S. J.

"En oír una detracción hay falta si se oye sin buenos fines, esto es: si por estar oyendo la fuerza al detractor para que siga murmurando, ya lo alabe, ya lo anime, quien eso hace se convierte en reo de injusticia y escándalo. San Agustín para impedir la murmuración ponía estos versos en su comedor:
Ninguno del ausente diga males
Si alguien en esto osare desmandarse,
Procure de la mesa levantarse.

"Los detractores son dignos de muerte, como también los que los aprueban" (Rom. 1, 30, 32). "El detractor y el que oye, tienen el demonio en sí mismos: uno en la boca y el otro en los oídos" (San Bernardo).

Si se escucha por gozarse peca contra la caridad.

Gravedad de la detracción: Depende en general del daño causado a la fama del prójimo: Quitar la fama es pecado grave, porque entre las cosas temporales se tiene la fama como la más estimable pues "mejor es el buen nombre que muchas riquezas" (Prov. XXII, 1).

El carecer de la fama impide al hombre hacer muchas cosas. La detracción, ya sea que intente quitar la fama o no, de hecho la quita: luego es pecado grave de su naturaleza. El pecado de detracción se puede cometer también con los muertos.

FAMA

Fama es la estima que hay, mas o menos divulgada, de alguna excelencia de alguna persona.

Estima es el conocimiento de la buena cualidad y comprende: las virtudes, después todo aquello que se considera como perfección del hombre, como es la sabiduría, hermosura, nobleza, riqueza.

Difama pues, quien hace se pierda esa estima a la persona, aunque sólo fuere ante otra persona.

Todos tienen derecho a la buena fama, por lo menos a no ser despreciados, porque la fama es necesaria al individuo. La fama es necesaria para la prosperidad de la sociedad, pues la difamación es causa de disturbios, odios, efusión de sangre. La difamación puede ser causa de que los más útiles a la sociedad sean arrinconados. El derecho a la buena fama es injusto quitarla.

 "No queráis, hermanos, hablar mal los unos de los otros", (Jac. IV, 11). "Los detractores y calumniadores son dignos de la muerte eterna" (Rom. I,30, 32).

Los detractores y calumniadores pecan contra la caridad puesto que hacen un acto de odio o disgusto contra su prójimo, lo expone al desprecio y ridículo de los demás, le causa pena a la víctima si llega a saberlo.

Peca contra la justicia, quitando la fama ante los demás, lo expone a perdidas temporales, pérdida Estima es el conocimiento de la buena de la reputación ...

Equivale a un triple asesinato: el del alma del detractor o calumniador porque peca; el del alma del que escucha, porque también peca y el de la vida civil privándolo de la buena fama.


 La detracción y la calumnia son fuente de otros muchos males: odios y venganzas, de sospechas y malas inteligencias, de pérdidas temporales.

miércoles, 1 de abril de 2015

Muerte y Castigo del Calumniador(cont.)

Cuarta: Por la perdición del alma. En efecto, el hombre mentiroso da muerte a su alma: La boca mentirosa da muerte al alma" (Sab. I, 11). "Tú perderás a todos los que hablan mentira". (Salmo 5, 7). De lo cual se desprende que es pecado mortal.

Debes advertir que de las mentiras algunas son graves, algunas veniales.

Es pecado mortal mentir en las cosas que son de fe; lo cual corresponde a los maestros y predicadores ilustres; esta es más grave que todas las otras especies de mentira: "Habrá entre vosotros falsos doctores, que introducirán sectas de perdición" (II Pedro 2,1). Algunos a veces hablan así para aparecer como sabios: ¿De quién os burláis? ¿A quién le hacéis muecas y le sacáis la lengua? ¿No sois vosotros hijos malvados, raza de mentira? (Isaías 57, 4). Igualmente a veces algunos mienten para dañar al prójimo. "No os engañéis unos a otros". (Colos. 3, 9).

Mas otros mienten en interés de sí mismos, esto de múltiples maneras.

A veces por humildad. Y a veces en la confesión. Sobre lo cual dice San Agustín: "Como se debe evitar que el hombre calle lo que haya hecho, así también que no diga lo que no haya hecho":"¿Acaso tiene Dios necesidad de vuestras mentiras?" (Job 13, 7), "Hay quien maliciosamente se humilla; mas su interior está lleno de dolo; y hay justo que se abate excesivamente con grandes humillaciones". (Eccli 19).

Algunos por un poco de vergüenza, como cuando creen decir verdad y dicen algo falso, y advirtiéndolo se avergüenzan de retractarse. "De ningún modo contradigas a la palabra de verdad, y avergüénzate de la mentira (fruto) de tu ignorancia".(Eccli 4, 30).

Algunos por interés, a saber, cuando quieren alcanzar algo o librarse de algo, "Pusimos nuestra confianza en la mentira, y nos protege la mentira" (Isaías 20, 15). "Quien se apoya en la mentira se alimenta de viento" (Prov. 10:4).

Otros por conveniencia de otro, como cuando quieren librar a alguien de la muerte o de un peligro o daño; y de esto hay que cuidarse, como dice San Agustín: "No tengas miramientos con nadie en daño tuyo, ni mientas a costa de tu alma" (Eccli. 4, 26)

Otros por juego: y esto debe evitarse, no sea que por la costumbre se llegue al pecado mortal; "La fascinación de la frivolidad oscurece el bien"; (Sap. 4, 12). Hasta aquí Santo Tomás.