SUSURRACIÓN
Una aldea donde la paz había reinado
por mucho tiempo, de repente se vio sumergida en pleitos y odios sin cuento. El
buen cura buscó diligentemente la causa y vino a encontrarla
en un frutero que tenía especial placer en contar en una casa lo que había oído
en otra de las personas de la casa visitada; así creó odios, murmuraciones ...Llamó,
pues el cura a todos los padres de familia y les rogó le dijeran las quejas que
cada uno tenía contra los demás. Cada uno las fue diciendo, y resultaron ser
todas falsedades inventadas por el frutero. Para remediar el mal les dijo que
no había remedio más fácil que el de echar al frutero de la aldea. Lo mandaron
traer y le intimaron la orden de salir de la aldea en 24 horas; si no ... Santo
remedio: todas las quejas se acabaron y volvió la paz a la aldea.
DIFAMACIÓN
La esposa de Federico había llegado a
Milán. Pero el pueblo se amotinó contra ella. Montándola en un asno con la
cabeza hacia atrás, fue paseada en la ciudad entre escarnios y afrentas. Cuando
lo supo el emperador, enfurecido llegó a las puertas de Milán con gran
ejército. Cortó las conducciones de agua y no permitió la llegada de los
víveres, hasta que Milán se rindió a los rigores del hambre. El emperador hizo
entonces que los habitantes se llegasen a su presencia, cada uno con una soga
al cuello, como significando que serían colgados. A los nobles les permitió que
acudiesen con una espada desnuda con la que iban a cortarles la cabeza. La ciudad
fue entregada al saqueo de las huestes imperiales. Finalmente fueron
desmanteladas las fortalezas y derribados los muros de la ciudad. Ya satisfecha
su venganza, se retiró el emperador dejando la ciudad convertida en un
desierto. Así fue castigada la deshonra inferida a la emperatriz.
CALUMNIA
Cuando los primeros misioneros
empezaron a predicar el Evangelio en el Japón, ciertos comerciantes holandeses
fueron al emperador y le dijeron que el único fin de esos misioneros era traer a
los españoles y portugueses al país para ir tomando posesión de él y añadirlo a
sus dominios. Esta gran calumnia fue el origen de la ruina de la religión en
ese imperio y de la gran persecución contra los cristianos. Entonces había como
400 000 cristianos en el Japón. Cuarenta años después, apenas quedaban algunos
pocos. ¿Qué castigo no les habrá dado Dios a los calumniadores por el mal tan grande causado por su calumnia?
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