domingo, 24 de julio de 2016



EL MATRIMONIO CRISTIANO.
CASTI CONNUBII

Pío XI, 31 de diciembre de 1930.

1.   -“Cuán grande sea la dignidad del casto matrimonio principalmente puede colegirse, venerables hermanos, de que habiendo Cristo, Señor Nuestro e Hijo del Eterno Padre, tomado la carne del hombre caído, no solamente quiso incluir de un modo peculiar este principio y fundamento de la sociedad doméstica y hasta del humano consorcio en aquel su amantísimo designio de redimir, como lo hizo, a nuestro linaje, sino que también  lo elevó a Verdadero Sacramento de la Nueva Ley, restituyéndolo antes a la primitiva pureza de la Divina Institución y encomendando toda su disciplina y cuidado a su Esposa la Iglesia”.

         Dios, creador de todo lo existente, crea hombre y mujer e instituye el matrimonio. Jesucristo Redentor, al redimirnos no sólo sufre, vive y muere por nosotros, sino que funda su Iglesia y en ella los Sacramentos, pues si la Redención nos rescata de las garras de satanás, es necesario el Sacramento del Bautismo para que volvamos a ser hijos de Dios y herederos de su Gloria. Y entre esos Siete Sacramentos eleva el Sagrado Matrimonio a Sacramento.

2.   - “Para que de tal renovación del matrimonio se recojan los frutos anhelados, en todos los lugares del mundo y en todos los tiempos, es necesario primeramente iluminar las inteligencias de los hombres con la genuina Doctrina de Cristo acerca de esta materia, a fin de que después los cónyuges cristianos, robustecidas sus flacas voluntades con la Gracia Interior de Dios, se conduzcan en todos sus pensamientos y en todas sus obras en consonancia con la Purísima Ley de Cristo, de la cual se deriven para sí y para sus familias la felicidad y la paz”.

         Actualmente existe la formación de Pre-matrimoniales, pero no es suficiente para formar un buen matrimonio, el concebir una materia, un concepto, que, hacerlo nuestro y vivirlo.  Por consiguiente, al ser humano hay que formarlo desde el vientre de la madre en el orden cristiano y, posteriormente, ya a su tiempo, con el fundamento de la Doctrina Cristiana estructurar conciencias para el Matrimonio Católico, llegando en su auxilio crecimiento y perseverancia la Gracia Santificante y la Gracia de Estado

ERRORES MODERNOS

         “Ocurre, sin embargo, que no solamente Nos, observando con paternales miradas el mundo entero desde esta como apostólica atalaya, sino también vosotros, venerables hermanos, contempláis y sentidamente os condoléis con Nos de que muchos hombres, dando al olvido la Divina Obra de dicha restauración, o desconocen por completo la Santidad excelsa del Matrimonio Cristiano, o la niegan descaradamente, o la conculcan, apoyándose en falsos principios de una nueva y perversísima moralidad. Contra estos perniciosos errores y depravadas costumbres, que ya han comenzado a cundir entre los fieles, haciendo esfuerzos solapados por introducirse más profundamente, creímos ser nuestro deber, en razón de nuestro oficio de Vicario de Cristo en la tierra y de su pleno Pastor y Maestro, levantar la voz, a fin de alejar de los emponzoñados pastos y, en cuanto esta de nuestra parte, conservar inmunes las ovejas que nos han sido encomendadas”.

         Démonos cuenta que el Magisterio instruye a su pueblo católico pero el católico ha dejado de instruirse y de seguir, porque así le gusta y conviene, todo desorden mundial.

         ¿Ahora desde el Cielo, cómo contemplará el Santo Pío XI el desastre en que ha caído el Matrimonio y con él, familias enteras? Desde luego que reconocerá a los que han traicionado y a los que voluntariamente han trabajado y trabajan por destruir al Matrimonio Católico y lograr un sentido nuevo corrompido de Matrimonio y Familia.

         De 1930 a 2016, han pasado 86 años y en lugar de haber triunfado Matrimonio y Familia. Con dolor contemplamos la derrota, que no sólo han propiciado los enemigos de la Iglesia, sino los que nos llamamos Católicos, quienes por descuido, indiferencia y placer hemos aceptado toda corrupción.

         “En la encíclica Ubi Arcano (23-XII-1922), Pío XI había ya enseñado que “la sociedad es un reflejo de la familia” y que el laicismo había penetrado “hasta las mismas raíces de la sociedad, es decir, hasta el santuario de la Familia”.
(hasta el martes 26 de julio)
Sor Clotilde


 

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