domingo, 18 de septiembre de 2016

"La Jerarquía del Amor"



EL MATRIMONIO CRISTIANO.
CASTI CONNUBII

Pío XI, 31 de diciembre de 1930.


LA JERARQUÍA DEL AMOR

         25.- “Finalmente, robustecida la sociedad doméstica con el vínculo de esta caridad, es necesario que en ella florezcan lo que San Agustín llamaba Jerarquía del Amor, la cual abraza tanto la primacía del varón sobre la mujer y los hijos, como la diligente sumisión de la mujer y su rendida obediencia recomendada por el Apóstol con estas palabras: “Las casadas están sujetas a sus maridos, como al Señor, por cuanto el hombre es cabeza de la mujer, así como Cristo es Cabeza de la Iglesia”.

COMENTARIO

            Los enemigos, insisto, de Dios y de la Iglesia, porque ellos son los que han dejado este mundo revuelto, incluyendo el slogan de la Liberación Femenina. Cuando San Pablo pronuncia estas reveladoras palabras “Las casadas están sujetas a sus maridos, no quiere decir que las esposas no puedan opinar de común acuerdo con el esposo, decidir etc. lo que quiere decir San Pablo, es lo que debe haber en todos los países, en las grandes y pequeñas sociedades: no que se aplaste, no que se imponga, no que se esclavicé a la mujer, sino que haya una jerarquía; ya que es la única forma de organizar con éxito un hogar. Si las casadas toman su papel de esposas y de madres de familia tendrán mucho qué hacer: grandes ideales en la construcción de un verdadero hogar, de un esposo cumplido y amoroso y de unos hijos en los que se refleje la educación que ella sabia y conscientemente va depositando en sus hijos.

         Nadie habla de una sujeción abusiva, desproporcionada que pudiera desfigurar la verdadera imagen de un matrimonio; sino la armonía y dependencia necesarias para configurar exitosamente a la familia.

         Pero la Liberación Femenina, enseña, no la igualdad, porque al fin y al cabo el hombre y la mujer jamás serán iguales. Se ha notado desde que empezó este trágico movimiento, que el hombre se somete a muchos caprichos, pecados y aventuras de las esposas, so pretexto de la igualdad entre hombre y mujer. “No es igualdad, es semejanza”.

         Los ya aludidos, han logrado un mundo en desorden, porque han roto todos los valores resaltando ahora la muerte de la jerarquía y el respeto.

         Termino diciendo, que ni los enemigos de Dios y de la Iglesia y los que se someten a sus ideas falsarias y perversas, conservan siquiera un poco de lógica o sentido común.

         El demonio es el padre de la mentira y sus serviles son unos falsearios, y saben cómo perder a la humanidad, y el pueblo universal e inmediatamente asocia su conducta a las conveniencias que la mala propaganda le infecta.

Sor Clotilde

  



 










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