NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES
Hoy, 15 de septiembre, la Iglesia
conmemora a Nuestra Señora de los Dolores.
Huimos del dolor porque no apreciamos
su riqueza. No hay que buscarlo; pero cuando las circunstancias, ajenas o
propias, nos son dolorosas, pensemos que Dios lo permite para nuestra
purificación, nuestra conversión, nuestra santificación y que, de uno u otro
modo, son para Gloria de Dios y Salvación de Nuestra Alma. Además del enriquecimiento
que nos regala como personas y como cristianos.
Si estamos sufriendo, ofrendamos
nuestros sufrimientos a la Dolorosa Madre.
Felicidades a las que hoy cumplen años o
sólo llevan el nombre de Dolores, porque tienen como Patrona a la Virgen de los
Dolores.
Honren los Dolores de la Santísima Virgen.
Sor Clotilde
EJERCICIO PIADOSO AL CORAZÓN
DOLOROSO DE LA MADRE DE DIOS
POR LA SEÑAL…
1er. Dolor. – La aflicción que causó a su tierno corazón, la profecía del
anciano Simeón. (Avemaría).
2er. Dolor. – La angustia que padeció su sensibilísimo corazón, en la huída
y permanencia en Egipto. (Avemaría).
3er. Dolor. – Las
congojas que experimentó su solícito corazón, en la pérdida de su Hijo Jesús.
(Avemaría).
4to. Dolor. –
La consternación que sintió su maternal corazón, al encontrar a su Hijo Jesús
llevando la cruz a cuestas. (Avemaría).
5to. Dolor. – El
martirio de su generoso corazón, asistiendo a su Hijo Jesús en la agonía.
(Avemaría).
6to. Dolor. –
La herida que sufrió su piadoso corazón, en la lanzada que abrió el costado de
su Hijo Jesús. (Avemaría).
7mo. Dolor. –
El desconsuelos y desamparo que padeció su amantísimo corazón, en la sepultura
de su Hijo Jesús. (Avemaría).
Ruega por nosotros, Virgen dolorosísima,
para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Siete
gracias que la Santísima Virgen concede a las almas que le honran diariamente,
meditando sus dolores, con el rezo de siete avemarías (Santa Brígida)
1ro. - Pondré paz en sus familias.
2do. - Serán iluminados en los Divinos
Misterios.
3ro. - Les
consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.
4to. - Les daré cuanto me pidan, con tal que no
se oponga a la voluntad adorable de mi Divino Hijo y a la santificación de sus
almas.
5to. - Los defenderé en los combates espirituales
con el enemigo infernal; y protegeré en todos los instantes de la vida.
6to. - Los asistiré visiblemente; en el momento
de su muerte, verán el Rostro de su Madre.
7mo. - He conseguido de mi Divino Hijo que, cuantos
propaguen esta devoción, sean trasladados de esta vida terrenal a la felicidad
eterna -directamente, pues serán borrados todos sus pecados-, y mi Hijo y Yo
seremos su eterna consolación y alegría.
PROPAGUEN ESTA DEVOCIÓN
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