jueves, 15 de septiembre de 2016

"Nuestra Señora de los Dolores"



NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES

         Hoy, 15 de septiembre, la Iglesia conmemora a Nuestra Señora de los Dolores.

         Huimos del dolor porque no apreciamos su riqueza. No hay que buscarlo; pero cuando las circunstancias, ajenas o propias, nos son dolorosas, pensemos que Dios lo permite para nuestra purificación, nuestra conversión, nuestra santificación y que, de uno u otro modo, son para Gloria de Dios y Salvación de Nuestra Alma. Además del enriquecimiento que nos regala como personas y como cristianos.

         Si estamos sufriendo, ofrendamos nuestros sufrimientos a la Dolorosa Madre.

         Felicidades a las que hoy cumplen años o sólo llevan el nombre de Dolores, porque tienen como Patrona a la Virgen de los Dolores.

Honren los Dolores de la Santísima Virgen.

Sor Clotilde


EJERCICIO PIADOSO AL CORAZÓN
DOLOROSO DE LA MADRE DE DIOS


       POR LA SEÑAL…

1er. Dolor. – La aflicción que causó a su tierno corazón, la profecía del anciano Simeón. (Avemaría).

2er. Dolor. – La angustia que padeció su sensibilísimo corazón, en la huída y permanencia en Egipto. (Avemaría).

3er. Dolor. – Las congojas que experimentó su solícito corazón, en la pérdida de su Hijo Jesús. (Avemaría).

4to. Dolor. – La consternación que sintió su maternal corazón, al encontrar a su Hijo Jesús llevando la cruz a cuestas. (Avemaría).

5to. Dolor. – El martirio de su generoso corazón, asistiendo a su Hijo Jesús en la agonía. (Avemaría).

6to. Dolor. – La herida que sufrió su piadoso corazón, en la lanzada que abrió el costado de su Hijo Jesús. (Avemaría).

7mo. Dolor. – El desconsuelos y desamparo que padeció su amantísimo corazón, en la sepultura de su Hijo Jesús. (Avemaría).

Ruega por nosotros, Virgen dolorosísima, para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Siete gracias que la Santísima Virgen concede a las almas que le honran diariamente, meditando sus dolores, con el rezo de siete avemarías (Santa Brígida)

1ro. - Pondré paz en sus familias.

2do. -  Serán iluminados en los Divinos Misterios.

3ro. -  Les consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.

4to. -  Les daré cuanto me pidan, con tal que no se oponga a la voluntad adorable de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.

5to. -  Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal; y protegeré en todos los instantes de la vida.

6to. -  Los asistiré visiblemente; en el momento de su muerte, verán el Rostro de su Madre.

7mo. -  He conseguido de mi Divino Hijo que, cuantos propaguen esta devoción, sean trasladados de esta vida terrenal a la felicidad eterna -directamente, pues serán borrados todos sus pecados-, y mi Hijo y Yo seremos su eterna consolación y alegría.







PROPAGUEN ESTA DEVOCIÓN

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