ERRORES
MODERNOS.
(Encíclica “Humani
Generis”)
Pío XII
5. – Si miramos fuera del redil de
Cristo, fácilmente descubriremos las principales direcciones que siguen no
pocos de los hombres de estudio. Unos admiten sin discreción ni prudencia el sistema evoluciónístico, que aun en el
mismo campo de las ciencias naturales no ha sido todavía probado
indiscutiblemente, y pretenden que hay que extenderlo al origen de todas las
cosas, y con osadía sostienen la hipótesis monística
y panteística de un mundo sujeto a perpetua evolución. De esta hipótesis se
valen los comunistas para defender y propagar su materialismo dialéctico y
arrancar de las almas toda noción de Dios.
6. – Las falsas afirmaciones de
semejante evolucionismo, por las que se rechaza todo lo que es absoluto, firme
e inmutable, han abierto el camino a una moderna pseudo-filosofía, que, en
concurrencia contra el idealismo, el inmanentismo y el pragmatismo, ha sido denominada existencialismo,
porque rechaza las esencias inmutables de las cosas y no se preocupa más que de
la “existencia” de cada una de ellas.
7. – Existe igualmente un falso historicismo, que se atiende sólo a los
acontecimientos de la vida humana y, tanto en el campo de la filosofía, como en
el de los dogmas cristianos, destruye los fundamentos de toda verdad y ley
absoluta.
8. – Entre tanta confusión de
opiniones, Nos es de algún consuelo ver a los que hoy no rara vez, abandonando
las doctrinas del racionalismo, en que habían sido educados, desean volver a
los manantiales de la Verdad Revelada, y reconocer y profesar la palabra de
Dios conservada en la Sagrada Escritura, como fundamento de la Ciencia Sagrada.
Pero al mismo tiempo lamentamos que no pocos de ésos, cuanto más firmemente se
adhieren a la palabra de Dios, tanto más rebajan el valor de la razón humana; y
cuanto con más entusiasmo enaltecen la autoridad de Dios Revelador, tanto más ásperamente
desprecian el Magisterio de la Iglesia, instituido por Nuestro Señor Jesucristo
para defender e interpretar las verdades reveladas. Este modo de proceder no sólo
está en abierta contradicción con la Sagrada Escritura, sino que aun por
experiencia se muestra ser equivocado. Pues los mismos “disidentes” con
frecuencia se lamentan públicamente de la discordia que reina entre ellos en
las cuestiones dogmáticas; tanto que se ven obligados a confesar la necesidad de un Magisterio Vivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario