viernes, 21 de abril de 2017

Consideraciones del matrimonio mixto, Dispensa de la Iglesia, Inconvenientes del matrimonio mixto, Otras desventajas




EL MATRIMONIO CRISTIANO.
CASTI CONNUBII
Pío XI, 31 de diciembre de 1930.





CONSIDERACIÓN DEL MATRIMONIO MIXTO.

83 – Mucho faltan en esto, y a veces con peligro de su eterna salvación, quienes, temerariamente y con ligereza contraen matrimonios mixtos, de los que la Iglesia, basada en gravísimas razones, aparta con solicitud y amor maternales a los suyos, como aparece por muchos documentos, recapitulados en el Canon del Código canónico, que establece lo siguiente: “La Iglesia prohíbe severísimamente, en todas partes, que se celebre matrimonio entre dos personas bautizadas de las cuales sea una católica y la otra adscrita a una secta herética o cismática; y si hay peligro de perversión del cónyuge católico y de la prole, el matrimonio está, además, vedado por la misma Ley Divina”

DISPENSA DE LA IGLESIA.

84 – Y aunque la Iglesia, a veces, según las diversas condiciones de los tiempos y personas, no niegue la dispensa de estas severas leyes (salvo siempre el derecho Divino, y alejado en cuanto es posible, con las convenientes cautelas, el peligro de perversión), difícilmente sucederá que el cónyuge católico no reciba algún detrimento de tales nupcias.

INCONVENIENTE DEL MATRIMONIO MIXTO.

85 – De donde se origina con frecuencia que los descendientes se alejen deplorablemente de la religión, o, al menos, que vaya inclinándose paulatinamente hacia la llamada indiferencia religiosa, rayan en la infidelidad y en la impiedad. También sucede que en los matrimonios mixtos se hace más difícil la viva conformidad de voluntades, que imita aquel misterio de que hemos hablado, a saber: la arcana unión de la Iglesia con Cristo.

OTRAS DESVENTAJAS.


86. – Porque fácilmente se echará de menos la estrecha unión de las almas, la cual, no se nota y distintivo de la iglesia de Cristo, debe ser también el sello y el decoro y ornato del matrimonio cristiano, pues se suele romper, o al menos relajar, el nudo que enlaza a las almas cuando hay disconformidad de pareceres y diversidad de voluntades en lo más alto y grande que el hombre venera; es decir, en las verdades y sentimientos religiosos. De aquí el peligro de que languidezca la caridad entre los cónyuges y que, consiguientemente, se destruya la paz y felicidad de la sociedad doméstica, resultante principalmente de la unión de los corazones. Porque como ya tantos siglos antes había definido el antiguo Derecho romano, “matrimonio es la unión del marido y la mujer y la fusión de toda de toda vida y la comunicación del Derecho Divino y humano”.

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