sábado, 29 de julio de 2017

"Doctrina de los Doce Apóstoles: Los dos caminos y Camino de la vida".




DIDACHÉ
O
LA DOCTRINA DE LOS DOCE APÓSTOLES
Y
CARTAS DE SAN CLEMENTE ROMANO
Padres apostólicos I

  
DOCTRINA DE LOS DOCE APÓSTOLES

DOCTRINA DEL SEÑOR A LAS NACIONES POR MEDIO DE LOS
    DOCE APÓSTOLES.

Los dos caminos       Dos caminos hay, uno de la vida y otros de la muerte; pero grande es la diferencia que hay entre estos dos caminos (I).
Camino de la vida.     Ahora bien, el camino de la vida es éste:
                                      En primer lugar, amarás a Dios que te ha creado; y, en segundo lugar, a tu prójimo, como a ti mismo.
Y todo aquello que no quieras que se haga contigo, no lo hagas tú tampoco a otro (2).

(I)          La alegoría de los dos caminos no es original del autor de la didaché, pero tampoco creo que se pueda señalar una fuente literaria de donde se haya tomado directamente, pues se trata de una de las más elementales metáforas de la mente humana. De ahí que se encuentre como base de instrucción moral en todas las grandes religiones. Los griegos la conocen desde Hesíodo: “La maldad puede cualquiera tomarla, aun a montones, pues su camino es llano, y está cerca de nosotros; frente a la virtud, en cambio, los dioses inmortales pusieron el sudor, pues la senda que a ella conduce es larga y empinada y difícil en sus comienzos; más una vez que se llega a la cima, se hace fácil en adelante, aunque así sea difícil.” (Los trabajos y los días, v. 287-292). Versos famosícimos que luego se citan constantemente en la literatura griega, Sócrates mismo se edificó en ellos. Los sofistas desarrollan el tema de Hércules en el cruce de caminos; cf. Jenofonte, Memorabilia Socratis, libro II, c.I. 21. El autor de la Didaché no tenía por que ir a tan remotas y, para él, ciertamente incógnitas regiones literarias, cuando tenía la misma imagen en el Evangelio (Mt. VII, 13-15). En el Antiguo testamento es también frecuente. Sobre esta imagen, aperte de la bellísima alegoría del árbol junto a las aguas, se funda el Salmo I, fundamento, a su vez, de todo el Salterio.

(2)       El hecho de que Didaché ponga desde el primer momento el amor de Dios y del prójimo como fundamento de la vida cristiana, es marca y sello de su esencia evangélica. La promulgación definitiva del primero y máximo mandamiento, su enlace esencial con el segundo –“el segundo es semejante al primero”-, el haber colgado, como de áurea anilla, de esos dos mandamientos toda la ley y los profetas, se deben áurea y exclusivamente al Maestro Divino. Juntamente con el doble concepto del amor de Dios y del prójimo, se consigna la “regla de oro” de los estoicos posteriores; “Todo lo que no quieras que se haga contigo no lo hagas tú a los otros.” La regla está ya formulada en Tobías IV, 16, y el Señor, la ratificó en el sermón de la montaña, dándole forma positiva: Así, pues, todo aquello que vosotros queréis que os hagan los hombres, hacedlo también vosotros a ellos. Porque ésta es la ley y los profetas.” Mat. VII, 12, cf. Luc. VI, 31.

VERSIÓN Y NOTAS
POR EL
RVDO. P. DANIEL RUIZ BUENO C. M. E.

Catedrático de Lengua Griega. 

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