martes, 14 de enero de 2014

La Fe (cont).

VIII.- NACIMIENTO DE LA FE.

Ella nace en el sujeto en el momento de su Bautismo, cuando el mismo Espíritu Santo regala el Don preciado de la Fe envirtud de los méritos de Cristo.

Si el bautizado es un niño queda allí latente el esplendor de la Fe que será regada y cultivada por padres y padrinos, mientras el llega a la edad responsable, con buenos ejemplos y recta educación cristiana.

Todo hombre es un compuesto de espíritu y materia creado por el mismo Dios a su imagen y semejanza, y es por ello que encierra en su ser profundos misterios y uno de esos misterios naturales es el que, desde que es concebido, aunque de manera inconsciente empieza a guardar vivencias en su interior; así que aunque el bautizado sea muy pequeño, es menester tomar en cuenta lo antes explicado para iniciar una formación de la Fe correcta y sólida.



IX- CONSERVACIÓN Y CRECIMIENTO DE LA FE.


La conservación de la Fe supone crecimiento. No puede quedar estática, para conservarla hay que alimentarla, y el alimento la desarrolla. El alma que vive en Gracia, gozando internamente, en sí misma, la dulce y sobrenatural compañía de la Santísima Trinidad, alimento extraordinario de toda virtud y vida Santa, nunca perderá la Fe, sino al contrario, irá en crecimiento.

La Gracia.- Desde luego, para vivir en Gracia es necesario huir del pecado y frecuentar los Sacramentos, fuentes de vida y de vida espiritual y eterna. Hay que confesar los pecados y recibir la absolución en el Sagrado Tribunal de la penitencia, donde es el mismo Cristo quien, a través de su ministro, nos perdona los pecados y nos regala su Gracia, y recibir la Sagrada Eucaristía, donde se nos da Nuestro Señor Jesucristo, el mismo Autor de la Gracia.

La oración vocal y mental con que pedimos, ofrecemos,damos y, sobre todo recibimos bienes espirituales. La oración tiene muchos frutos y, entre. ellos, el aumento de la Fe.

La Piedad, que consiste en tratar con respeto y fervor todo lo Sagrado. Ser reverentes con lo Santo, con lo Sagrado, hace florecer la Fe con juventud y frescura.

Instrucción de la Doctrina Católica que, entrando por los sentidos, llega a la razón; conducida hasta la Fe, donde es iluminada por la misma Fe y absorbida para el crecimiento de esta fundamental Virtud Teologal.

Líbrense de la confusión maléfica que llega a poner en el mismo nivel a nuestra única y verdadera Religión Católica con las falsas religiones y los grupos sectarios.

Amor a la Iglesiá Católica. Que nuestra Fe no sólo se base en la convicción de nuestros antepasados, sino en la propia convicción, y así no resbalar a la indiferencia religiosa.

No sentirse cristianos tan maduros que asistan a lugares donde hay falsas religiones o grupos sectarios, pues el que ama el peligro en el perece.

Y entre otras muchas cosas y circunstancias que nos ayudarían a conservar y hacer crecer la Fe, está la congruencia entre lo que creo, lo que predico y lo que hago.

Propaguemos la excelsitud de nuestra Fe y así, ayudando a nuestros hermanos, nos ayudaremos a nosotros mismos.


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