sábado, 18 de enero de 2014

La Fe (cont).

X.- OTROS ASUNTOS DE LA FE.

La Fe No se opone a la Razón.- Si alguien pregunta a un católico porqué cree en la presencia real de Jesús en la Eucaristía, responderá sin duda que se apoya en la enseñanza infalible de la Iglesia, cuya doctrina es revelada por el mismo Dios y probada con los motivos de credibilidad, que son las profecías y los milagros.

Oigamos a P. Royo Marín: "Los católicos apoyan su fe en la autoridad de Dios que habla en su revelación y cuya revelación se da a conocer por la proposición infalible de la Iglesia Católica, que tiene una autoridad infalible para proponer las verdades de la Fe comprobadas con toda certeza por el Milagro y la Profecía".

Así que el motivo de nuestra Fe se funda en que el Autor de ella es el mismo Dios, que es infinito en toda perfección, y creemos que es Dios el Autor de todo lo revelado, porque la Iglesia, Madre y Maestra, no sólo nos enseña, nos instruye, sino que nos da la seguridad, la certeza de que es Dios quien ha revelado probando su divinidad con el milagro y la profecía. Sólo en nuestra Iglesia Católica existen estos motivos de credibilidad, que son hechos sensibles extraordinarios, que superan las fuerzas de la naturaleza y que se llaman "milagros" (ejemplo: La resurrección de Lázaro, (Jn. XI), e igualmente la Profecía: predicción cierta de un hecho futuro que no se puede conocer naturalmente y que se realiza en la forma de anuncio. (Ejemplo: "la Virgen concebirá" Is. VII-14).

Profecías como Milagros, los encontramos sin número en la Sagrada Escritura. Libro Santo inspirado por Dios y que consigna la historia de modo irrefutable. Aun como hechos simplemente históricos, no habrá persona prudente que se atreva a negarlos; y si dentro de estas narraciones rigurosamente históricas hay hechos milagrosos o profecías profundamente relacionadas con el contexto, ¿podrá alguien atreverse a rechazarlas?

Así que yo, para creer, creo porque, Dios es infinitamente perfecto y su perfección está suficientemente probada: así, como está comprobado que Dios es el Autor de la Revelación y que, por tanto, su Revelación es divina: yo, por mi parte, creo con el Don de la Fe por Él regalado. De aquí concluyo que la Fe no se opone a la razón, antes se apoya en ella. Todos estos razonamientos que nos conducen a aceptar el misterio que no comprendemos con el entendimiento, nos hacen comprender que la Fe en lo sobrenatural se apoya en la razón y la eleva.

El acto de Fe.- Para entender el acto de Fe debemos tener en cuenta sus tres elementos constitutivos: entendimiento, voluntad y Gracia. El 'entendimiento' está creado para la verdad; sin embargo, y a pesar de de sus pretensiones, hay verdades inalcanzables para el entendimiento humano, pues sólo capta lo evidente. Por ello el acto de fe es un acto del entendimiento impulsado por la voluntad; porque como las verdades de Fe no se presentan evidentemente al entendimiento, toca a la voluntad empujar al entendimiento a creer las verdades propuestas por Dios, claras en sí mismas, pero para nosotros suelen ser obscuras y carecer de explicación; y es así como el entendimiento, iluminado por la fe e impulsado por la voluntad movida por la Gracia, acepta seguro las verdades de la Fe.

Dice el Catecismo Romano: "El entendimiento ve razonable dar un sí, porque la autoridad de Dios le ofrece plena garantía; pero no puede darlo si no lo manda la voluntad, porque por sí mismo el entendimiento sólo cede ante la evidencia. Es importantísimo el papel que la voluntad desempeña en el acto de Fe".

Por eso vemos que una vida libertina, inmoral, conduce a la pérdida de la Fe, ya que una voluntad viciada prefiere sus pasiones en lugar de empujar al entendimiento; y también, un entendimiento desviado no estimula a la voluntad. Es por eso que ahora en este mundo sibarita e inmoral, la Fe se extingue y se suplanta por una caricatura de la Fe.


Elementos del Acto de Fe.- 

a) Los motivos de credibilidad (Milagro y Profecía); 
b) apoyo en la autoridad de la Iglesia, que nos propone las verdades de Fe como reveladas por Dios; 
c) de manera formal, la Fe se apoya en la Autoridad de Dios que no puede engañarse ni engañamos;
d) procede simultáneamente, tanto del hombre, como de la Gracia e inspiración de Dios que influye en el entendimiento y la voluntad.

La Fe y la Ciencia.- ¿Se oponen la Ciencia y la Fe? ¡Imposible!. La verdadera ciencia y la auténtica fe jamás se han opuesto, antes al contrario, se completan, e incluso, la fe dirige y eleva a la Ciencia. Si la ciencia y la fe se opusieran, Dios no sería Dios, pues estaría contradiciéndose y contradiciendo, puesto que Él es el Autor de la Fe y el Creador de la Ciencia.

Una verdad de fe es una verdad enseñada por la Iglesia y cuya autenticidad la avala su origen divino; una verdad científica es una verdad comprobada con absoluta certeza por la ciencia. Por otra parte, del mismo modo que una simple opinión teológica, si no está certificada por la Iglesia, aunque venga del más eminente teólogo, no deja de ser una simple opinión; así una hipótesis o teoría, aunque la pronunciara el Premio Nobel de la Ciencia, no pasaría de ser una hipótesis, una teoría... pero jamás una verdad científica.

Los falsos científicos o los falsos filósofos, sea por limitaciones mentales o de formación, o bien por abierta perversidad, han confundido al mundo cuando pretenden obligarlo a reflexionar sobre hipótesis, improbables que se oponen a los dogmas fundamentales. Por ejemplo, el evolucionismo radical darwiniano, simple hipótesis que jamás pudo probarse, que hoy vegeta casi abandonada, se opuso al dogma de la Creación directa del universo por la Causa de las causas, que es Dios.

No hay contradicción entre la verdad de fe y la verdad científica, pero sí puede haberla entre:

Una opinión teológica y una hipótesis o teoría científica, porque ninguna de las dos tiene fundamento evidente.

Igualmente, entre una opinión teológica y una verdad científica; porque la primera no está aprobada y la segunda si está comprobada.

Una verdad teológica y una hipótesis o teoría científica son contradictorias cuando la hipótesis sin fundamento se opone a un dogma. Advirtiendo que, si la hipótesis o la "teoría van por un buen camino, pudieran no oponerse a una verdad de Fe, pues un conocimiento científico generalmente pasa por esas etapas antes de demostrar su evidencia.

Pero entre una verdad teológica y una verdad científica jamás habrá contradicción. Ya dice Bacon: "Si la poca ciencia aparta de Dios, la mucha ciencia conduce siempre a Él". "La Fe no teme a la Ciencia, sino a la ignorancia" (Faría).

Concluyamos aseverando que a la Ciencia no le estorba la Fe; antes al contrario, como dijimos al principio; la Fe es útil y eleva a la Ciencia, pues le da firmeza, la preserva del error, la ilustra... y reconocemos que la ciencia apoya la Fe, no porque la Fe en sí necesite apoyo, sino porque hay que probar lo que se puede probar y es la Ciencia en ese aspecto un,gran auxiliar.


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