martes, 22 de noviembre de 2016

"Unión Irrazonable"




ENCÍCLICA

“MORTALIUM ANIMOS”

DEL PAPA PÍO XI

(acerca de cómo se ha de fomentar la verdadera Unidad Religiosa)

6 DE ENERO DE 1928
   
  



14. UNIÓN IRRAZONABLE.

Por tanto, ¿cómo es posible imaginar una confederación cristiana, cada uno de cuyos miembros pueda, hasta en materias de fe, conservar su sentir y juicio propios, aunque contradigan al juicio y sentir de los demás? ¿y de qué manera, si se nos quiere decir, podrían formar una sola y misma Asociación de fieles los hombres que defienden doctrinas contrarias, como, por ejemplo, los que afirman y los que niegan que la Sagrada Tradición es fuente genuina de la Divina Revelación; los que consideran de Institución Divina la Jerarquía Eclesiástica, formada de Obispos, presbíteros y servidores del altar, y los que afirman que esa Jerarquía se ha introducido poco a poco por las circunstancias de tiempos y de cosas; los que adoran a Cristo realmente presente en la Sagrada Eucaristía por la maravillosa conversión del pan y del vino, llamada "transubstanciación", y los que afirman que el Cuerpo de Cristo está allí presente sólo por la fe, o por el signo y virtud del Sacramento; los que en la misma Eucaristía reconocen su doble naturaleza de sacramento y sacrificio, y los que sostienen que sólo es un recuerdo o conmemoración de la Cena del Señor; los que estiman buena y útil la suplicante invocación de los Santos que reinan con Cristo, sobre todo de la Virgen María Madre de Dios, y la veneración de sus imágenes, y los que pretenden que tal culto es ilícito por ser contrario al honor del único Mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo? 

COMENTARIO

Nosotros, seres humanos, por ignorancia, por la concepción de una Caridad equivocada, o abiertamente con mala intención, para perseguir solapadamente a la Iglesia Católica, podríamos manifestar este Totum Revolutum de ideas contrarias y contradictorias sobre principios fundamentales y, de hecho, la sociedad actual vive un pluralismo religioso. Sin embargo, y esto es verdad, no encuentra en ello la unión fraterna, sino la complicidad de la traición al mismo Dios.

     Ahora, hay que pensar si Dios perfectísimo, e inmutable, quien es la misma perfección, la misma inmutabilidad, la verdad, la lealtad… hubiera situado la Caridad, que es Él mismo, y que de allí emerge a los demás, de unirlos en contradicciones religiosas proclamadas por Él para que el hombre viviera en unión. No, ¡Imposible! Dios fundó una sola Iglesia, una sola Doctrina con su único Dogma, su única moral, su único culto. Y no queramos falsamente, vivir en la neblina con el pretexto del amor. Nos debemos a La Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo: fieles y valientes hasta el final en una sola Religión, una sola Doctrina un solo Culto y los que estén en el error, tendrán que aceptar la Única Verdad.


Sor Clotilde

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