ADVIENTO 2016.
El tema fundamental del Adviento es una espera, pero no una
espera cualquiera, ya que a quien esperamos, es al mismo Dios:
En primer lugar, “La espera que viven
los creyentes en el A.T. quienes viven esperando al Mesías”. De todo ello
hablan los Profetas. Pero esta espera ya se ha convertido en realidad cuando se
anunció la Encarnación del Verbo Divino en el tiempo, colmando las esperanzas
del pueblo que ve llegar al Redentor y, con ello abrirse el N.T.
La segunda y nueva espera es esta: “Que
todos los católicos estemos alerta esperando la llegada del Verbo al corazón
del hombre”. Vano será absolutamente todo si el cristiano no abre y prepara su
alma para recibir al Niño Dios, a su Redentor. Y, ¿Cómo esperar esa llegada?
Con una muy buena confesión y una piadosísima recepción de la Sagrada
Eucaristía.
La tercera espera: “Se orienta asía la
Parusía, es decir a la Venida Gloriosa de Cristo hasta el final de los tiempos”.
“Venid y caminemos a la luz de Yahveh”.
San Pablo nos dice: “Que nos despojemos
de las obras de las tinieblas en todas sus formas y nos revistamos de las armas
de la luz”. ¿Cuáles son esas armas de la luz? Los Sacramentos, la Gracia
Santificante, las Virtudes… esa es la conclusión de la Verdadera Espera del
Verbo en esta Navidad.
Sor Clotilde.
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