domingo, 4 de diciembre de 2016




PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO





         Oración: “Dios todopoderoso, aviva en nosotros el deseo de salir, al encuentro de Cristo, acompañados por las buenas obras, para que, colocados un día a su derecha, merezcamos poseer el Reino de Dios de los Cielos” (Oración de la Iglesia).

Oración: “Señor, que fructifiqué en nosotros la celebración de estos Sacramentos, con los que Tú nos enseñas, ya en nuestra vida mortal, a descubrir el valor de los Bienes Eternos y a poner en ellos nuestro corazón” (Misal Romano).


SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO


    

  
Oración: “Despierta, Señor, nuestros corazones y muévelos a preparar los caminos de tu Hijo para que cuando venga podamos servirte con conciencia pura” (Colecta, Segundo Domingo de Adviento).

         Oración: “¡Oh Señor Jesús!, al venir por vez primera en la humildad de nuestra carne, realizaste el Plan de Redención trazado desde antiguo y nos abriste el camino de la Salvación. Has que cuando vengas de nuevo en la Majestad de tu Gloria, revelando así la plenitud de tu obra, podamos recibir los bienes prometidos que ahora en vigilante espera, confiamos alcanzar”. (Misal Romano. Prefacio de Adviento).

         Oración: “¡Oh Señor! No me jacto de mis obras… no alabó las obras de mis manos: temo que sí Tú las examinas, encontrarás en ellas más pecados que méritos. Sólo una cosa pido y esto espero conseguir: no desprecies las obras de tu mano.

         Mira en mí tu obra y no la mía, porque, si miras mi obra, me condenarás, pero si miras la tuya, me salvarás. Pues lo que hay de mí de bueno, todo me viene de Ti y es tuyo más que mío… por Gracia he sido salvado por medio de la Fe y no por merecimiento mío” (San Agustín).

Sor Clotilde.

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