Que no te engañe la demagogia, sé
ante todo mujer, no olvides a la Sagrada Escritura que dice: "La Verdad os
hará libres". Y si la Verdad es que eres mujer, sé mujer para que seas
libre.
El mundo es lo que la mujer
quiere, la mujer ha querido un mundo confundido, nebuloso, podrido, desquiciado
y lo logró.
¿Cree la mujer que es pensante
porque asiste a la Universidad, usa pantalones, sus modales son masculinos,
ocupa altos o bajos puestos y manda y domina al marido?, ¡Pobres mujeres las
liberadas, hoyes cuando menos piensan!
Los sofismas de tal movimiento
han corrompido a la mujer ignorante.
La ignorancia grita por su
libertad y la astucia las somete a la esclavitud.
Ya hace algunos años que oímos
terminillos muy retumbantes pero vacíos y que no se encuentran en el
diccionario: las masas los han hecho suyos sin reflexión y suenan por todas partes.
Entre ellos voy a citar únicamente: "mentalizar", "conscientizar"
y "programar".
Empecemos por
jerarquizarlos:
I°.- mentalizar; 2°.- conscientizar y 3°.- programar.
Sanamente entendido: y realizado,
sólo diríamos que son substitutos de otros conceptos y por "mentalizar" entenderíamos formar criterio; por "conscientizar" hacer
conciencia de la existencia y vivir de acuerdo con tal criterio; y por "programar", enseñar a
emprender la vida con metas secundarias
y medios lícitos hacia un verdadero y elevado fin.
Pero resulta que no es así, pues
por allá muy en lo alto y en el fondo; estos conceptos tienen otra finalidad y
son grandes fuerzas que han atado a la Libertad del hombre:
Mentalizar:
no es enseñar, guiar, sino la primera etapa de un lavado de cerebro, de una bella
y sutil imposición mediante la cual van despojando al hombre de su capacidad de
elegir.
Conscientizar:
ya es otro escalón; pasa de la mente a la errónea convicción del individuo; ahora
no solo conoce y cree, sino que es indispensable que así actúe y haga actuar a
los demás.
La
Programación: es la dirección a control remoto de quien así ha quedado
convertido en robot. Es tan vil, que mejor me callo, no sea que quieran
programarme a mí.
Tres consejos en boga, muy
usados, pero que no interpretados como dije al principio son una
infamia que despoja
al hombre de sí mismo para caer y ahogarse en los más tenebrosos errores.
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