b)
Determinismo Fisiológico.- Niega la libertad alegando que la herencia y
el temperamento son factores que la anulan:
Refutación.- Es verdad que influyen
estos factores en todo el ser del individuo, y que mejor
dicho son parte de él, pero sólo
influyen , no determinan; es lo contrario; la voluntad puede obrar con decisión
sobre tales factores y superarlos, corregirlos, elevarlos. De lo contrario ya
no habría virtudes, que nacen, precisamente, del vencimiento de un defecto. No
existiría lo bueno y lo malo, lo bajo y lo sublime, y menos habría mérito o
demérito; castigo o premio.
c).
Determinismo Psicológico.- Que no podemos elegir porque los motivos se
nos presentan de tal forma, que es el motivo el que nos determina. Leibnitz lo
expone así: "La voluntad es siempre determinada por un motivo, cuando
delibera es que está en presencia de varios motivos contradictorios; entre
ellos hay uno que es el más fuerte, y es siempre por esto por el que la
libertad se decide. El motivo más poderoso la determina como el peso mayor hace
inclinar a la balanza del lado en que se coloque.
Refutación. - Aunque la libertad se
determine por algún motivo siempre lo hace libremente. Explicando con claridad, diremos:
que la elección no se la impone el motivo, sólo se la
ofrece y ella elige. Los Motivos
inferiores al que elige, tienen la fuerza que la voluntad quiere darles; así
que ella es la dueña de tu elección, y no olvidemos que la voluntad no elige a
ciegas, pues tiene la luz del entendimiento, que le da el conocimiento de los motivos
para que, iluminada, ella elija con su fuerza.
Creado el hombre para la
felicidad, no ha de perderla ahora y allá por el mal uso de su libertad.
Hermano mío en el corazón de Dios,
usa bien: de tu libertad y encontrarás una personalidad renovada, segura y
feliz, un hogar donde reine la paz; una sociedad justa, equilibrada, la única y
verdadera Religión vivida con profundidad y después el Cielo donde por siempre
contemplaremos y gozaremos de Dios.
¡Cuesta vivir la auténtica
libertad, pero vale la pena el esfuerzo!
Sor Clotilde García
Espejel, E. D.
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