miércoles, 10 de junio de 2015

Los Nuevos Valores Poder, Placer y Dinero(cont.)

Existen el Cielo, el purgatorio y el Infierno. Hay diez Mandamientos de la Ley de Dios y cinco de la Santa madre Iglesia. Son catorce los Artículos de la Fe, siete los pecados capitales que llamamos mortales, siete los Sacramentos, no se puede comulgar con pecado mortal porque sigue siendo un sacrilegio, el Matrimonio tiene como primera finalidad la procreación, los medios anticonceptivos antinaturales están, estuvieron y estarán prohibidos por Dios, el Santo Sacrificio de la misa sigue siendo la repetición del Sacrificio de Cristo en la Cruz, la Santísima Eucaristía fue, es y será el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de nuestro Señor Jesucristo; Jesucristo es Verdadero Dios y Verdadero Hombre, la Santísima Virgen es la madre de Dios y de los hombres, Jesucristo murió en una Cruz por redimimos ... Y si esto no fue así, no es así y no será así, que lo prueben.
"Los tiempos han cambiado"; estamos de acuerdo. Pero no porque Dios se hubiera equivocado, sino porque los hombres han degenerado su libertad y han desobedecido rebelándose contra Dios: "non serviam".
Dios no ha cambiado ni en su Esencia ni en su Naturaleza; tampoco ha cambiado la naturaleza de sus creaturas. Lo que sucede es que el hombre ha olvidado su origen y destino eterno; ha cambiado su primogenitura por un plato de lentejas, ha cambiado lo excelso por la basura... Y sin embargo, la vida en el tiempo es solo para glorificar a Dios y lograr la eternidad feliz. Esto sólo se consigue renunciando a las malsanas pasiones.
Hermano, es verdad que vivimos otros tiempos, pero mira, ¿qué has conseguido al cambiarlos? Revolotear al mundo y convertirlo en un enorme lugar de prostitución, crímenes, pobreza extrema, desarmonía, inestabilidad, suicidio...
Y hoy, que ves toda la tierra tinta en sangre, llena de mal, oliente a pecado, obscura y triste, ¿no se te ocurre examinar cuál es tu culpa?
Todos, arrastrados por la vorágine, buscan "su verdad", no La Verdad; "su criterio", no el Criterio Universal fundado en los primeros principios de la razón; "su religión", acomodada a su "hombre endiosado", y no a la sólida Religión Católica que custodia la Iglesia UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA. Lo que estorbe a mi querer, a mis gustos, a mi placer, no es bueno: eso no he de hacerlo; pero si es de mi gusto, lo quiero, me place porque me agrada: eso sí es bueno... ¡buenísimo!
¡Pero eso está contra el Verdadero Dios, contra la moral católica, contra el respeto debido al templo y a todo lo sagrado! ¡No importa! Eso me gusta, eso deseo y basta. Estas son las razones de la sinrazón del hombre de hoy con las que legitima lo ilegítimo, autoriza lo ya desautorizado y justifica lo injustificable, aún cuando sus acciones se aparten de la racionalidad para caer en la animalidad.
Veamos:

a) Dice el hombre de este siglo despojado del auténtico saber suplantado ya por la ignorancia y desposeído de la luz de la Fe: "todas las religiones son buenas, todas las religiones nos conducen a Dios". Se olvidan que sólo hay una Religión que encierra en Sí al único Camino, la única Verdad que ilumina y la única Vida que da perennidad a ese Camino, a esa Verdad y a esa Vida, porque en Ella está Jesucristo, Verdadero Dios y Verdadero Hombre. Sólo la Religión Católica ofrece una extraordinaria barca donde residen todos los medios de salvación y donde, si sabemos perseverar en Ella, todos tendremos segura salvación.

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