Existen el Cielo, el purgatorio y el Infierno. Hay diez
Mandamientos de la Ley de Dios y cinco de la Santa madre Iglesia. Son catorce
los Artículos de la Fe, siete los pecados capitales que llamamos mortales,
siete los Sacramentos, no se puede comulgar con pecado mortal porque sigue
siendo un sacrilegio, el Matrimonio tiene como primera finalidad la procreación,
los medios anticonceptivos antinaturales están, estuvieron y estarán prohibidos
por Dios, el Santo Sacrificio de la misa sigue siendo la repetición del
Sacrificio de Cristo en la Cruz, la Santísima Eucaristía fue, es y será el
Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de nuestro Señor Jesucristo; Jesucristo
es Verdadero Dios y Verdadero Hombre, la Santísima Virgen es la madre de Dios y
de los hombres, Jesucristo murió en una Cruz por redimimos ... Y si esto no fue
así, no es así y no será así, que lo prueben.
"Los tiempos han cambiado"; estamos de acuerdo.
Pero no porque Dios se hubiera equivocado, sino porque los hombres han degenerado
su libertad y han desobedecido rebelándose contra Dios: "non
serviam".
Dios no ha cambiado ni en su Esencia ni en su Naturaleza;
tampoco ha cambiado la naturaleza de sus creaturas. Lo que sucede es que el
hombre ha olvidado su origen y destino eterno; ha cambiado su primogenitura por
un plato de lentejas, ha cambiado lo excelso por la basura... Y sin embargo, la
vida en el tiempo es solo para glorificar a Dios y lograr la eternidad feliz.
Esto sólo se consigue renunciando a las malsanas pasiones.
Hermano, es verdad que vivimos otros tiempos, pero mira, ¿qué
has conseguido al cambiarlos? Revolotear al mundo y convertirlo en un enorme
lugar de prostitución, crímenes, pobreza extrema, desarmonía, inestabilidad, suicidio...
Y hoy, que ves toda la tierra tinta en sangre, llena de mal,
oliente a pecado, obscura y triste, ¿no se te ocurre examinar cuál es tu culpa?
Todos, arrastrados por la vorágine, buscan "su
verdad", no La Verdad; "su criterio", no el Criterio Universal
fundado en los primeros principios de la razón; "su religión",
acomodada a su "hombre endiosado", y no a la sólida Religión Católica
que custodia la Iglesia UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA. Lo que estorbe a mi querer,
a mis gustos, a mi placer, no es bueno: eso no he de hacerlo; pero si es de mi
gusto, lo quiero, me place porque me agrada: eso sí es bueno... ¡buenísimo!
¡Pero eso está contra el Verdadero Dios, contra la
moral católica, contra el respeto debido al templo y a todo lo sagrado! ¡No importa!
Eso me gusta, eso deseo y basta. Estas son las razones de la sinrazón del
hombre de hoy con las que legitima lo ilegítimo, autoriza lo ya desautorizado y
justifica lo injustificable, aún cuando sus acciones se aparten de la racionalidad
para caer en la animalidad.
Veamos:
a) Dice el hombre de este siglo despojado del auténtico saber
suplantado ya por la ignorancia y desposeído de la luz de la Fe: "todas las
religiones son buenas, todas las religiones nos conducen a Dios". Se
olvidan que sólo hay una Religión que encierra en Sí al único Camino, la única
Verdad que ilumina y la única Vida que da perennidad a ese Camino, a esa Verdad
y a esa Vida, porque en Ella está Jesucristo, Verdadero Dios y Verdadero
Hombre. Sólo la Religión Católica ofrece una extraordinaria barca donde residen
todos los medios de salvación y donde, si sabemos perseverar en Ella, todos
tendremos segura salvación.
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