viernes, 19 de junio de 2015

Los Nuevos Valores Poder, Placer y Dinero(cont.)

3) Fuerza afirmadora y creadora de valores. El amar y sentirse amado es una motivación sólida que lleva a los mayores esfuerzos, trabajos, sacrificios... y que, además, hace más suaves y dulces los acontecimientos de la vida.
No se confunda pasión sexual, con Amor. Después de estas consideraciones e introduciéndonos a la moral psicológica o a la psicología moral y afectiva de los novios, confirmamos que las impúdicas caricias, no son Amor, sino pasión degradante. Es el despertar de las pasiones que buscan solazarse en el placer, y cuyo pretexto es el afecto naciente en los corazones, confundido en la solicitación y degenerado en las demostraciones físicas.
Aquel afecto virgen, fresco que nacía en los jóvenes, hoy se ve nauseabundo, aún en los adolescentes e impulsivo e ignorante en los pobres niños.
Si el Amor es servicio, en este falso amor, sólo se sirven cada uno para sí egoístamente, según sus falsas necesidades y si el amor es entrega, generosidad, holocausto habría que pensar en la renuncia generosa a pesar del sacrificio para mutuo respeto.
El Noviazgo es una singular afectividad, anterior al matrimonio, en el que un joven y una joven se preparan para la unión sacramental que es el matrimonio católico. Es tiempo romántico y tierno en que han de tratarse, para conocerse, procurando adaptar sus personalidades diferentes y así, de esa manera, alcanzar el triunfo de la unión para toda la vida. Y, en caso contrario al entender, que no podrían convivir por siempre en el matrimonio, separarse y hacer otro noviazgo igualmente limpio, honesto...

El respeto es una bella flor del verdadero Amor: respeto a la persona amada, respeto a quienes están presentes ante el Amor y respeto a quien mañana pudiera ser el esposo de esta que hoy es tu novia. "No olvidéis nunca que, por la Gracia lleváis a Dios en vuestra alma; no olvidéis que esta divina presencia os constituye no sólo en cuanto al alma, sino también en cuanto al cuerpo en templos santos. ¿No sabéis - escribía San Pablo en la primera carta a los Corintios" - que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿No sabéis que vuestros miembros son el santuario del Espíritu Santo, que habita en vosotros, lo cual habéis recibido de Dios y que ya no os pertenecéis?". (I Cor. VI, 15 - 19)

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