"Otros jóvenes, la inmensa mayoría, son llamados por
Dios a ser cooperadores en la procreación de nuevas vidas. Haced que conozcan
la belleza del amor cristiano; y para preparados a la formación de una vida
honesta y dichosa, haced que sepan apreciar las alegrías de una pureza sin mancha."
( S. S. Pío XII a la A. C. En 1953)
h) El Matrimonio ha sufrido, indudablemente la influencia de
la época y ha descendido en sus relaciones de tal manera, que prefiero guardar
celosamente la denominación que hoy merecen. En este nuevo concepto de noviazgo
y matrimonio, llevado a la práctica, quien ha quedado esclava es la "mujer
liberada", pues la que, gracias a Dios no aceptó liberarse de las buenas
costumbres, del sano criterio es dueña de su persona y no juguete de sus pasiones
y de las de otros.
Pero es lógico que en todo un texto y contexto de
inmoralidad, la mayoría salga atrapada
en las redes de esta "modernidad" de "son otros tiempos" y
si los noviazgos no son decentes, no podemos pedir algo mejor a los matrimonios:
"¿Cómo esperar castidad y fidelidad conyugales de un joven que nunca sabe vencerse
a sí mismo, dominar sus pasiones y rechazar las invitaciones pérfidas y los
malos ejemplos si antes del matrimonio se ha permitido toda clase de
desórdenes? (S. S. Pío XII)
Y; claro que hombres y mujeres de tal medida no pueden formar
un hogar cristiano, sin violencia sin lujuria, hogar que es inestable y ellos,
los cónyuges, no saben educar a los hijos o al hijo, porque hoy determinan por
su voluntad, aunque sea contra la de Dios, cuál ha de ser el número de seres
que traerán al mundo.
Desde que Dios creó al hombre, hasta el momento presente, ha
demostrado la humanidad la facilidad con que se degenera. Todas las épocas han
sido difíciles, siempre se han visto grandes pecados, grandes crímenes; pero lo
doloroso de estas últimas décadas es que todo pecado se ha hecho oficial y se
considera natural. La preocupación no es por el mal moral, sino por los
contagios, por las enfermedades que pueden contraer, para ello, preparan a los
adolescentes y atrevidamente a los niños para que puedan realizar acciones inmorales,
con la condición de que se cuiden del embarazo y del sida. Hay pecados contra
la misma naturaleza, que según médicos y educadores no deben tener prohibición.
i) Las modas, estas respiran sexualidad y se les disculpa su
incultura vistiéndose antiestéticamente y con suma ridiculez, pero jamás su
expresión degradante, excitante y corruptora. Modas auspiciadas por los enemigos
de Dios y por los comerciantes adoradores de la plata; defendidas por la pobre e
inconsciente juventud, apoyadas y escandalosamente usadas por mujeres maduras que
a veces rayan en la ancianidad, solapadas, desvergonzadamente, por los padres y
hermanos; Pues mientras ellas perdieron el sentido del pudor, ellos ya no saben
qué es el honor. El ambiente les ha neutralizado la conciencia.
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