martes, 18 de octubre de 2016

Encíclica "Moetalium Animos" : Ansia de paz y de fraternidad, La Fraternidad en Religión (inicio)




INTRODUCCIÓN A LA ENCÍCLICA “MORTALIUM ANIMOS”

                La vida presente hemos de tomarla con responsabilidad, y esa responsabilidad, consiste en conocer mi origen, mi fin y el camino inspirado por Dios para lograr mi felicidad eterna. Sólo una vez hemos de pasar por este valle y, sólo una vez tendremos que dar cuenta a Nuestro Señor Jesucristo de la flojedad, indiferencia o interés que tuvimos para cumplir la Voluntad de Dios.

         El día que lleguemos al juicio particular, le diremos a Dios: “Es que no sabía Señor” “y, ¿Por qué no sabías? Dejé una Doctrina, una regla de conducta y un conjunto de verdades para que iluminaran tu Fe y alcanzaras lo encomendado”.

         Católico: no podremos decirle a Nuestro Señor que no sabíamos: nacimos como mexicanos, al calor de la Santísima Virgen María y, en el andar de los tiempos, se nos ha dado la oportunidad de conocer la Revelación Divina, la Santa Misa, los Sacramentos, la Gracia. Además de predicaciones, enseñanzas catequéticas, conversaciones ilustrativas y, ahora el internet que, aunque inundado en gran parte de basura y lodo, tiene en su haber enseñanzas muy buenas que encontramos de labios de Sacerdotes y de Santas opiniones de seglares.

         Procura ir meditando esta preciosa Encíclica de Su Santidad Pío XI (a esto llamamos Magisterio Eclesiástico).

         Seguiré los domingos con la Encíclica del Papa Pío XI  Casti Connubii y los miércoles, también del Papa Pío XI, la Encíclica Mortalium Animos.

ENCÍCLICA

“MORTALIUM ANIMOS”

DEL PAPA PÍO XI

(acerca de cómo se ha de fomentar la verdadera unidad religiosa)
6 DE ENERO DE 1928







1.Ansia Universal de Paz y Fraternidad. Nunca quizá como en los actuales tiempos se ha apoderado del corazón de todos los hombres un tan vehemente deseo de fortalecer y aplicar al bien común de la sociedad humana los vínculos de fraternidad que, en virtud de nuestro común origen y naturaleza nos unen y enlazan a unos con otros.
Porque no gozando todavía las naciones plenamente de los dones de la paz, antes al contrario, estallando en varias partes discordias nuevas y antiguas, en forma de sediciones y luchas civiles y no pudiéndose además dimitir las controversias, arto numerosas, acerca de la tranquilidad y prosperidad de los pueblos sin que intervengan en el esfuerzo y la acción concordes de aquellos que gobiernan los estados, y dirigen y fomentan sus intereses, fácilmente se hecha de ver -mucho más conviniendo todos en la unidad del género humano-, porqué son tantos los que anhelan ver a las naciones cada vez más unidas entre sí por esta fraternidad universal .

COMENTARIO

Esta interesante Encíclica del Papa Pío XI, escrita el 6 de enero de 1928, está pisando no sólo otra época histórica, sino, de la misma manera, otro espíritu cristiano; sin embargo, los gobernantes, que nunca cambian y cuya finalidad es el poder, el dominio, el dinero y en otros, los más débiles, el servilismo hacia los grandes; sí podemos decir que son los mismos del momento presente.

En cambio, al mundo de hoy, en una palabra, en cuanto a la Caridad, no le importa en lo absoluto la fraternidad, sólo le interesa su ego y lo que le pertenece; por otro lado, la diferencia moral y religiosa del actual cristiano, no lo invita a una fraternidad universal.

2.La Fraternidad en Religión. Congresos Ecuménicos. Cosa muy parecida se esfuerzan algunos por conseguir en lo que toca a la ordenación de la nueva ley promulgada por Jesucristo Nuestro Señor. Convencidos de que son rarísimos los hombres privados de todo sentimiento religioso, parecen haber visto en ella esperanza de que no será difícil que los pueblos, aunque disientan unos de otros en materia de religión, convengan fraternalmente en la Profesión de algunas doctrinas que sean como fundamento común de la vida espiritual. Con tal fin suelen estos mismos organizar congresos, reuniones y conferencias, con no escaso número de oyentes, e invitar a discutir allí promiscuamente a todos, a infieles de todo género, a cristianos y hasta aquellos que apostataron miserablemente de Cristo o con obstinada pertinacia niegan la Divinidad de su Persona o Misión.


COMENTARIO


De este número dos, bástenos considerar la antigüedad con que ya se pretende asociar el error con la mentira en pos de una falsa unidad. Con razón a estas alturas vivimos un sincretismo y pluralismo religioso. Reflexionemos igualmente, cómo el Santo Padre Pío XI se adhiere, sin reserva, a la Única Verdad: “Cristo y su Doctrina y no puede haber otra forma de actuar o pensar en aras de una pretendida bondad”. Para amarnos mutuamente, tenemos que identificarnos en nuestras mutuas convicciones, y cuando la verdad es fundamental, ¡Qué digo! Esencial, es imposible entenderse el error y la Verdad.


3.Los Católicos no pueden aprobarlo. Tales tentativas no pueden, de ninguna manera obtener la aprobación de los católicos, porque están fundadas en la falsa opinión de los que piensan que todas la Religiones son, con poca diferencia, buenas y laudables, pues, aunque de distinto modo, todas nos demuestran y significan igualmente el ingenito y nativo sentimiento con que somos llevados hacia Dios y reconocemos obedientemente su imperio.

Cuantos sustentan esta opinión, no solo yerran y se engañan, sino también rechazan la Verdadera Religión, adulterando su concepto esencial, y poco a poco viene a parar al naturalismo y ateísmo; de donde claramente, se sigue que, cuanto se adhieren a tales opiniones y tentativas, se apartan totalmente de la Religión Revelada por Dios.



COMENTARIO

Despertemos a la Verdadera Fe, para entender con claridad los conceptos fundados en la Única y Verdadera Religión de este gran Papa y veamos, como el católico y no católico, desde que ha escuchado el slogan “todas las religiones son buenas, todas nos llevan a Dios” ha perdido no sólo la sensibilidad espiritual, sino la seguridad, la firmeza, traicionado la verdad y viviendo liberalmente en pésimas costumbres naturalistas, ateístas y teístas, con un falso teísmo. Hoy, sería difícil encontrar un niño Santo que, luchando por la verdad, fuera torturado y perdiera la vida.

4.Otro error. – La unión de todos los cristianos. - Argumentos falaces. Pero donde con falaz apariencia de bien se engañan más fácilmente algunos, es cuando se trata de fomentar la unión de todos los cristianos. ¿Acaso no es justo -suele repetirse- y no es hasta conforme con el deber, que cuanto invocan el Nombre de Cristo se abstengan de mutuas recriminaciones, y se unan por fin un día con vínculos de mutua caridad? ¿Y quién se atreverá a decir que ama a Jesucristo, sino procura con todas sus fuerzas realizar los deseos que Él manifestó al rogar a su Padre que sus disimulos fuesen una sola cosa? Y el mismo Jesucristo ¿Por ventura no quiso que sus discípulos se distinguiesen y diferenciasen de los demás por este rasgo y señal de amor mutuo: en esto conocerán todos que son mis discípulos, en que os améis los unos a los otros? ¡Ojalá –añaden- fuesen una sola cosa todos los cristianos! MUCHO MÁS PODRÍAN HACER PARA RECHAZAR LA PESTE DE LA IMPIEDAD QUE, DESLIZÁNDOSE Y EXTENDIÉNDOSE CADA VEZ MÁS, AMENAZA DEBILITAR EL EVANGELIO.


COMENTARIO

No sólo, asoma la cola el diablo, sino que presenta su atrevimiento y audacia a través de los traidores que citan textos de la Sagrada Escritura y, las mismas palabras de Jesucristo, para confundir al mundo y enseñar un falso cristianismo. Meditemos cada párrafo de esta Encíclica que, además de ser un tesoro para la Fe, es un gran estímulo para seguir luchando por la Única Verdad, “La Verdad de Jesucristo”. Bendito sea Su Santidad Pío XI que nos deja esta preciosa Encíclica, que nos da ánimo en tan graves momentos.

5.Debajo de esos argumentos se oculta un error gravísimo. Estos y otros argumentos parecidos divulgan y difunden los llamados “Pan-cristianos”; los cuales, lejos de ser pocos en número han llegado a formar legiones y a agruparse en asociaciones ampliamente extendidas, bajo la dirección, las más de ellas, de hombres católicos, aunque discordes entre sí en materia de Fe.

COMENTARIO

En aquel tiempo, según el comentario del Santo Padre, eran muchos y guiados por los mismos católicos que, a mi parecer, ya eran infiltrados y enemigos de la Fe. Pero, ahora, ¿Qué diremos? Hoy no son muchos, hoy son masas y mientras los enemigos promueven por abajo y por encima una peligrosa unidad de los cristianos, los cristianos desinformados, ignorantes y, sobre todo sin un verdadero espíritu católico, pues ya hace mucho que transitan en la ambigüedad, van felices aceptando la unión de doctrinas las cuales es imposible identificar y menos que haya identidad.


Sor Clotilde

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