domingo, 16 de octubre de 2016

"Excepciones de la Indisolubilidad y Significación Mística del matrimonio".




EL MATRIMONIO CRISTIANO.
CASTI CONNUBII
Pío XI, 31 de diciembre de 1930.
 
  


  


EXCEPCIONES DE LA INDISOLUBILIDAD

33. – Y aunque parezca que esta firmeza está sujeta a alguna excepción, bien que rarísima, en ciertos matrimonios naturales contraídos solamente entre infieles, o también, tratándose de cristianos, entre los matrimonios no consumados, tal excepción no depende de la voluntad de los hombres ni de ninguna autoridad meramente humana, sino del Derecho Divino, cuya depositaria e intérprete es únicamente la Iglesia de Cristo. Nunca, sin embargo, ni por ninguna causa, puede esta excepción extenderse al matrimonio cristiano y consumado, porque, así como en él resplandece la más alta perfección del contrato marital, así brilla también, por Voluntad de Dios, la mayor estabilidad e indisolubilidad, que no puede desatar ninguna autoridad humana.

         COMENTARIO
         La explicación de este número es la que se ha dado durante el recorrido de esta preciosa Encíclica de Pío XI: No se confunda indisolubilidad con forzada separación o divorcio. En la Iglesia no existe el divorcio, ya lo explica la Encíclica: ni de parte de Dios, ni menos que autoridad alguna se atreva a separar lo que Dios ha unido legalmente.

         La indisolubilidad, repetimos, sólo se da después de haber descubierto por una recta profunda y responsable investigación, que ese matrimonio no se efectuó.

         Si el cónyuge es irresponsable, vicioso, agresivo y es una amenaza para el hogar, habrá que buscar al Sacerdote responsable de los matrimonios, en la Diócesis propia, para encontrar la solución adecuada, pero nunca el rompimiento del Sagrado Sacramento. Mientras tanto hay que orar.


SIGNIFICACIÓN MÍSTICA DEL MATRIMONIO

         34. – Si queremos investigar, venerables hermanos, la razón íntima de esta Voluntad Divina, fácilmente la encontramos en la significación mística del matrimonio, la cual se verifica plena y perfectamente en el matrimonio consumado entre los fieles. Porque, según testimonio del Apóstol en su carta a los Efesios, el matrimonio de los cristianos representa la unión perfectísima que media entre Cristo y la Iglesia; de modo que mientras viva Cristo y por Él la Iglesia, nunca podrá ser separada por ninguna división. Lo cual enseña también expresamente San Agustín en las siguientes palabras: “Esto se observa con fidelidad entre Cristo y la Iglesia, que por vivir ambos eternamente no hay divorcio que los pueda separar. Y esta misteriosa unión de tal suerte se cumple en la ciudad de Dios…, es decir, en la Iglesia de Cristo…, que aun cuando de casen las mujeres y tomen esposas los varones con el fin de tener hijos, no es lícito repudiar a la esposa estéril para tomar otra fecunda, y si algún varón así lo hiciere, será reo de adulterio, así como la mujer si se une a otro, ante la Ley del Evangelio, no ante la ley de este siglo, la cual concede, una vez que se ha hecho el repudio, celebrar nuevas nupcias con otros cónyuges, como atestigua el Señor que concedió Moisés a los israelitas a causa de la dureza de su corazón”.


COMENTARIO
         Lástima inmensa es que los matrimonios, en ocasiones, aún los más fieles a la Iglesia Católica, no escarben y, menos profundicen el sentido íntimo y místico del matrimonio.

         Pues con un romanticismo sobrenatural, podrían entender la excelsitud de la unión inmaculada que existe entre Cristo y la Iglesia y compararla con la unión Sacramental de los desposados. Entendidas, así las cosas, habría incluso un respeto mutuo, verdaderamente cristiano.

         Cristo y la Iglesia, por siempre y para siempre, aunque el mundo termine; pues Cristo es Dios y la Iglesia, cuyo Cuerpo son los fieles y estos, se dividen en Iglesia Militante, Iglesia Purgante e Iglesia Triunfante vivirán en la Eternidad. Tanto la Iglesia en la Tierra, como la Iglesia en el Purgatorio y, no se diga, la Iglesia en el Cielo están plenamente unidas a Cristo.

El Verbo se hace hombre y le llamamos Jesucristo y Él funda su Iglesia, no sin antes haber arrebatado, con su Pasión y Muerte, a las almas del poder de Satanás. En la tierra envía su espíritu para el ingreso oficial de las almas a su Iglesia, asistiéndolas, por siempre, para su Salvación. Desde el Cielo recibe las oraciones de la Iglesia Militante por las almas que en el Purgatorio se purifican. Y en el Cielo les da el gozo perenne a todas las almas que ya están allí y, al final de los tiempos, todos los bienaventurados (La Iglesia Triunfante) pasarán y vivirán en el Cielo eternamente y serán la manifestación perpetua de la Institución de la Iglesia con su Revelación Divina, su Doctrina y Magisterio, el Santo Sacrificio de la Misa, Sacramentos y Gracia… De la misma manera hombre y mujer fundan su hogar, que es un pequeño racimo eclesial de la universal Iglesia y que, perseverando en su unión, gozaran en la eternidad mutua felicidad, demostrando así la semejanza con Cristo y su Iglesia por el amor y la perpetuidad.

         Así con esta sencillísima explicación, comprenderemos la unión perpetua entre Cristo y su Iglesia y amaremos más a Cristo.

         El dolor es que los matrimonios nuevos, menos que los antiguos puedan entender la belleza de esta sublime verdad.

Pero siempre es bueno dejar una antorcha encendida 
        

Sor Clotilde

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